martes, 15 de septiembre de 2015

CAMINO DE SANTIAGO 2015 - PONFERRADA - VILLAFRANCA DEL BIERZO


CAMINO DE SANTIAGO 
2015
PONFERRADA - VILLAFRANCA DEL BIERZO

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PRÓLOGO:

Hostal Nirvana en Ponferrada
El día 9 de agosto de 2015 fue la fecha elegida para continuar con el Camino de Santiago, ya que el año anterior habíamos hecho las seis últimas etapas, partiendo de Sarria y terminando con éxito en Santiago de Compostela y conseguir así la tan anhelada Compostela. Este año habíamos decidido seguir con nuestro Camino e ir acumulando etapas hacia atrás; escogimos la ciudad de Ponferrada como punto de partida para terminar en Villafranca del Bierzo, etapa estipulada en todas las guías del Camino; Acabaríamos después de unos 24 kilómetros en la citada Villafranca.
El viaje hacia Santiago fue un vuelo directo bastante temprano desde Tenerife, para luego hacer una conexión en bus hasta la estación de autobuses de Lugo y desde allí hasta la ciudad de Ponferrada. La llegada fue hacia las 7 de la tarde y después de instalarnos en el hostal y dejar el equipaje nos dirigimos al centro histórico a curiosear un poco. Cruzamos el puente sobre el Río Sil y estuvimos en el Castillo de los Templarios, que domina la ciudad; luego en los alrededores de la Plaza Virgen de la Encina, donde está el Museo de la Radio de D. Luis del Olmo. La Calle del Reloj conecta con la Plaza del Ayuntamiento donde está el emblemático edificio de las casas consistoriales y en su entorno bulle un ambiente festivo con innumerables restaurantes, tascas y bares para pasar un buen rato.

De regreso al hostal algo tarde, prepararíamos la mochila y descansamos plácidamente con un pequeño nudo en el estómago, pensando de nuevo como sería nuestro segundo Camino.

 
Saliendo de la ciudad de Ponferrada.


DESCRIPCIÓN:

El Hostal Nirvana, es un establecimiento recomendable para pernoctar, recientemente restaurado, muy limpio, con habitaciones amplias y a unos cien metros del Camino Francés. Desayunamos en su cafetería muy temprano y luego nos dispusimos a iniciar el Camino, después de la foto de rigor en la puerta del hostal.

  
Iglesia de Sta. María de Compostilla.

Nos dirigimos a la Avenida la Libertad y caminamos hacia el Museo de la Energía, que queda a las afueras; luego giramos a la izquierda por la Avenida de Compostilla y pasamos junto a la Iglesia neorrománica de Santa María de Compostilla. Al salir de dicho barrio iremos por la Calle Cabo de Finisterre que cruza más adelante la N-IV, para llegar a Columbrianos, donde veremos en la entrada el cementerio y la Iglesia de San Esteban; seguimos y cruzamos la Avenida de Asturias y luego encontraremos en un cruce la Ermita de San Blas y San Roque. El Camino sigue luego por un descampado, con muchas huertas a los lados hasta desembocar por la Calle Real en el núcleo urbano de Fuentes Nuevas, donde nos da la bienvenida un cruceiro con una fuente de agua fresca en su base; entramos al pueblo junto a la pequeña Iglesia del Divino Cristo, del siglo XV y antes de abandonarlo, visitamos la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVIII, no sin antes fijarnos en los nidos de cigüeñas que coronaban su espadaña y en un curioso balcón de madera que rodeaba la misma.


 
Ermita de S. Blas (i); Parroquia de N.S. de la Asunción,
en Fuentes Nuevas (d).


Por una pista estrecha y asfaltada entre verdes campos, nos acercamos a Camponaraya y entramos a esta población junto a la Parroquia de San Ildefonso; reponemos fuerzas con unos plátanos, algo de fruta y nos refrescamos un poco para seguir el curso del Camino saliendo del pueblo junto a la Capilla de la Soledad, un pequeño santuario que pasa casi desapercibido. Después, rodeando una rotonda de la carretera, pasamos junto a la cooperativa Viñas del Bierzo, donde hay un área de descanso con una fuente de agua bajo una imponente sombra que dan unos grandes árboles.

 

 

Seguimos una pequeña rampa de subida y cruzamos por un puente la autovía A-6, para luego llanear por una pista de gravilla que discurre por la Hoya del Bierzo entre multitud de viñedos y algunos bosquecillos de Chopos, bajo uno de ellos se encuentra el Arroyo la Reguera donde hacemos una parada para refrescarnos los pies. Luego seguimos caminando sobre el mismo firme y rodeados de viñedos, con un cielo muy azul y apretando algo el calor; cruzamos después de un tiempo la carretera LE-713 y nos dirigimos a Cacabelos por una larga recta asfaltada y con un sol de justicia, que para eso estamos en pleno agosto.
 
 

Llegamos a otra zona de descanso con algo de sombra y agua fresca, justo delante del edificio del Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Bierzo, después entramos en Cacabelos, junto al bonito hotel-restaurante Moncloa de San Lázaro, antiguo hospital de peregrinos, que nos invita a curiosear por su fantástica arquitectura; después seguimos el recorrido por el pueblo y bajo los dinteles de madera de las casas que jalonan la calle principal, luciendo algunas de ellas balconadas repletas de flores.

Ermita de San Roque (i), en Cacabelos.

Puente sobre el Río Cúa.


Visitamos la pequeña Ermita de San Roque, del siglo XV, que está situada junto a la Plaza de San Roque, y que alberga en su interior un pequeño museo sacro; luego seguimos el camino junto a la Iglesia de Santa María y salimos del pueblo cruzando la carretera por encima del Río Cúa; después de cruzarlo nos fijamos en un viejo lagar restaurado y en el albergue municipal que está junto al Santuario de la Virgen de la Angustia.

 
  Santuario Virgen de la Angustia (i).

 llegando a Pieros.

 

Nos espera ahora una larga y suave subida asfaltada por el arcén de la carretera hasta Pieros, una pequeña aldea donde hacemos una parada para refrescarnos en una fuente bajo la sombra; luego nos desviamos hacia la derecha y sin parar de ascender tomaremos a la izquierda por una pista pedregosa que discurre entre extensiones inmensas de viñedos y que nos dirige muy sinuosa a Valtuille de Arriba, minúscula población que cruzaremos casi sin darnos cuenta.

 

Grandes extensiones de viñedos en El Bierzo.

 

Luego nos dimos de frente con unas rampas empinadas y pedregosas, con el sol sobre nuestras cabezas y casi sin agua, aunque con un paisaje de verdor y rodeados de montañas, que se nos hicieron interminables, estando a punto de desistir, pero enseguida vemos una pintura en una vieja casa de piedra que reza: “Bienvenidos a Villafranca” y cambiamos inmediatamente de actitud al ver como poco a poco íbamos introduciéndonos en Villafranca del Bierzo; pasamos junto al Albergue Municipal y luego, por firme empedrado, delante de la Puerta del Perdón de la Iglesia de Santiago, templo románico del año 1186 y recordando que por esta puerta entraban los peregrinos que no podían llegar a Santiago de Compostela para obtener la indulgencia y la ansiada Compostela.

 
Entrada a Villafranca y albergue municipal.

Iglesia de Santiago en Villafranca.


Al finalizar la calle nos topamos de frente con el Castillo de Villafranca del Bierzo, del siglo XVI y giramos luego a la derecha para callejear por el pueblo en busca del Hostal, que estaba situado en la orilla del Río Burbia. Después de unas horas de descanso salimos a visitar el pueblo con tranquilidad y aunque no vimos mucho ambiente peregrino, si lo había local, así que aprovechamos esta situación para quedarnos a cenar en su tranquila Plaza Mayor, que está justo al lado de la imponente Iglesia de San Nicolás y así reponer fuerzas para el día siguiente.



Río Burbia en Villafranca del Bierzo.

Plaza Mayor en Villafranca.


Iglesia de San Nicolás.



© Fotografías y texto de Francisco Fariña
    francisco_farina@yahoo.es



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