jueves, 16 de febrero de 2023

AFUR - ROQUE ALONSO - AFUR (Regreso por el Barranco de los Durazneros y por el PR-TF-8)

AFUR - ROQUE ALONSO - AFUR 
(Regreso por el Barranco de los Durazneros y por el PR-TF-8)
 
FICHA TÉCNICA
 
TÉRMINO MUNICIPAL: San Cristóbal de La Laguna.
COMO LLEGAR: Al Caserío de Afur llegaremos por la carretera TF-136, que se inicia en el punto kilométrico 18,2 de la vía TF-12, que empieza en Las Canteras.
COMIENZO: Caserío de Afur.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Baja.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 3,5 km.
PROVISIÓN DE AGUA: En Afur hay un bar.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Ermita de San Pedro; 2.- Charco de las Pepas; 3.- Degollada de Roque Alonso; 4.- Roque Alonso; 5.- Barranco de los Durazneros. 
VENTAJAS: Recorrido con vistas inmejorables del Valle de Afur y del Roque Negro.
INCONVENIENTES: Ninguno digna de mención.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.


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CARTOGRAFÍA
 

 
DESCRIPCIÓN

Esta ruta coincide en casi todo su recorrido con la ya publicada, AFUR - ROQUE NEGRO - AFUR, con la diferencia que es más corta, ya que, a partir del Roque Alonso, cruzaremos el Barranco de los Durazneros y conectaremos con el PR-TF-8, para regresar de nuevo al Caserío de Afur. 
 
Ermita de San Pedro.

Empezamos en la Plaza principal, donde está ubicada la Ermita de San Pedro, de arquitectura sencilla, construida en el año 1954. El Caserío de Afur fue una aldea perteneciente al pueblo de Taganana, cuando este último era un municipio independiente de Santa Cruz de Tenerife; una vez se efectuó la agregación de Taganana a la capital de la isla, dicho caserío pasó a ser un pago más del municipio, contando con un alcalde pedáneo desde 1930 hasta 1981. Desde esta ubicación destaca la imagen del Roque Páez (586 m.), un pitón fonolítico que se alza en las inmediaciones del Sabinar de Afur, un espacio natural impracticable que alberga uno de los reductos poblacionales de Sabinas (Juniperus canariensis) más extensos de Canarias.
 
 
 Roque Páez (dcha.).

 

Por la trasera de la Ermita empezamos a caminar haciendo caso de la señalización del PR-TF-9, que indica la dirección a seguir hacia Taborno y Las Carboneras; para ello tomaremos el Camino Lomo Centeno, que en forma de sendero cementado y protegido por una baranda de hierro, desciende moderadamente sobre el Llano del Corral, hacia el cauce del Barranco de Afur. Una vez hayamos llegado y atravesado dicho cauce, encontramos una señal del PR en un cruce de caminos, en este punto giramos a la izquierda, abandonando el PR-TF-9 que sigue de frente, pasando junto al Charco de las Pepas, hacia el Caserío de Taborno.
 
 
 
Roque Taborno, Roque Páez y Caserío de Afur.
 
Continuamos por un sendero ascendente y bastante sinuoso, que tiene un firme que presenta algunos tramos empedrados y que avanza bordeando el cauce del Barranco la Quinta, un cauce húmedo, cubierto de un frondoso Cañaveral (Arundo donax), que confluye con el Barranco de Afur unos metros después; pasaremos luego por el exterior de la Casa Vieja, una vivienda rural ubicada al lado del camino, en cuyo patio crece un ejemplar espectacular de Drago Canario (Dracaena draco). El sendero progresa siempre en ascenso, bordeando luego un muro de piedra seca que delimita un espacio donde hay otra vivienda, en este caso en estado de abandono.
 
 
Roque Páez (izq.).
 
Unos metros más adelante llegaremos a otra bifurcación, donde tendremos que hacer un giro brusco a la derecha, para continuar con la subida por una lomada donde se va abriendo paso el sendero, que presenta un firme algo más pedregoso, ofreciéndonos unas panorámicas inmejorables del entorno del Caserío de Afur y de las altas vertientes que resguardan el cauce del Barranco de Afur, donde destaca un promontorio montañoso en el Lomo Centeno, donde se encuentra un pequeño caserío; es de destacar también el cauce profundo del Barranco de Guarnada, cuya cabecera nace bajo El Roquete (564 m.), por donde casi siempre discurre un arroyo de agua. 
 
 
Roque de Taborno (izq.) y Cabeza de Caballo (dcha.).
 
 
Continuamos ascendiendo con fuerte pendiente, llevando nuestros pasos por un dique rocoso donde hay algunos puntos para poder asomarnos hacia el Valle de Afur, destacando visiblemente el Roque Páez (586 m.), que se eleva en las inmediaciones de la base del Cabezo del Tablero (689 m.) y el Roque de Taborno (706 m.) al otro lado del barranco de Tamadite. Terminamos la subida y llaneamos mediante un firme compacto por un camino bastante sinuoso, protegido por una ladera rocosa, donde crecen multitud de Brezos (Erica arborea) y Tabaibas (Euphorbia mellifera) y que discurre bordeando el cauce del Barranco del Agua, en cuyas vertientes destacan varios roques de toba volcánica con formas caprichosas, como el de Cabeza Caballo (386 m.).
 
 

Más adelante giramos a la izquierda y comenzamos a ascender paulatinamente mediante algunos tramos con escalones tallados en el terreno, hasta llegar a la Degollada de Roque Alonso, donde tendremos a la vista el majestuoso Roque Alonso (407 m.), en cuya base desprendida hay unas viejas edificaciones medio ruinosas, una de ellas, la más próxima, hecha de bloques de tosca o toba rojiza.

 Roque Alonso (izq.).


Visitamos el entorno de las casas accediendo por una vereda evidente, siempre respetando sus estancias, ya que son de propiedad particular. Desde el exterior de las mismas tendremos unas panorámicas espectaculares del cauce del Barranco de los Durazneros, que se extiende bajo el Lomo de Inchirés, por donde pasa el PR-TF-8 y la carretera TF-136 en dirección al Caserío de Afur; también es visible el Roque de la Cumbrecilla (647 m.) y los Roques del Fraile y La Monja (698 m.), dispuestos en la misma cuerda montañosa donde se encuentra el Roque Páez (586 m.).


Roque Alonso.


De regreso al camino principal, continuamos ascendiendo por una zona de tosca rojiza que tiene algunos escalones tallados en el terreno y luego, más adelante, un tramo escalonado con peldaños de lajas de piedra, que avanza bordeando un talud rocoso que se extiende bajo el Lomo del Acebiño, entre algunos ejemplares de Brezos (Erica arborea), que crecen por el entorno. Antes de llegar a la Gollada del Góngano, hay una bifurcación en el camino hacia la izquierda, tendremos que tomarla y abandonar el sendero que continúa con fuerte ascenso hacia el Caserío de Roque Negro. 


Sendero bajando al cauce del Bco. de los Durazneros.

Giramos por tanto a la izquierda y comenzamos un brusco descenso en dirección al Barranco de los Durazneros, que más adelante se suaviza cuando vayamos bordeando unos muros de piedra seca que pertenecen a unas huertas de cultivo aledañas al camino. Los bordes del mismo están plagados de Trebolinas (Oxalis pes-caprae), Cerrajones (Sonchus acaulis), Malpicas (Carlina salicifolia), Pasteles de Risco (Aeonium tabulaeforme), etc, al igual que especies arbóreas como Brezos (Erica arborea), Fayas (Morella faya), Acebiños (Ilex canariensis) y demás flora autóctona que compone la laurisilva canaria. Avanzamos por un sendero muy evidente y con firme bastante compacto, ofreciéndonos unas vistas panorámicas del cauce del barranco y del entorno más cercano de sus laderas, viendo desde este punto el Roque Alonso (407 m.) y sus casas incrustadas, desde otra perspectiva; el Roque Páez (586 m.) sobre el Caserío de Afur y el Roque de Taborno (706 m.), al otro lado del Barranco de Tamadite.



Continuamos la bajada, que se vuelve muy sinuosa, hacia el fondo del barranco, llegando más tarde a su cauce mediante unos escalones que están labrados en el terreno; el entorno está cubierto de un frondoso Cañaveral (Arundo donax), especie que crece en los barrancos con cauces muy húmedos como este, donde corre un arroyo de agua en días de lluvia. Inmediatamente después de cruzarlo, ascendemos con fuerte y sinuosa pendiente, entre algunos Brezos (Erica arborea), gran cantidad de Cerrajones (Sonchus acaulis) y Trebolinas (Oxalis pes-caprae) en dirección a la carretera TF-136; si echamos la vista atrás, disfrutaremos de las increíbles panorámicas del entorno, donde destaca el Roque Alonso (407 m.), que visitamos anteriormente y el Roque Negro (742 m.), con su increíble silueta de color negro, de ahí su denominación.

En el cauce del Barranco de los Durazneros.

Roque Negro.

Carretera TF-136 y PR-TF-8.

Desembocamos poco después, entre Vinagreras (Rumex lunaria), Pencones (Opuntia maxima) y Verodes (Kleinia neriifolia), en la carretera TF-136, conectando en este punto con el PR-TF-8 que viene desde la Casa Forestal de Taganana y va en dirección al pueblo de Taganana, pasando antes por el Caserío de Afur. 

PR-TF-8 de camino a Afur.
PR-TF-8.



Iremos hacia la izquierda, caminando por la carretera con la máxima precaución y en unos trescientos metros nos desviamos de nuevo a la izquierda en la zona conocida como La Explanada, abandonando la vía y siguiendo la marcha por una pista cementada, que en pocos metros se convierte en un sendero que desciende suavemente al principio y luego muy sinuoso con vistas panorámicas hacia el Valle y el Caserío de Afur, baja con un desnivel más acusado y con firme algo pedregoso y resbaladizo; tiene también algunos tramos bastante erosionados y otros muy pequeños que conservan el empedrado original. 

Arroyo en el cauce del Barranco de los Palos.


Al terminar la bajada, que al final es bastante pronunciada, cruzaremos el cauce del Barranco de los Palos, cuyo entorno está atestado de vegetación, donde abunda un frondoso e invasivo Cañaveral (Arundo donax), que crece gracias al permanente arroyo de agua que fluye formando alguna pequeña cascada que veremos desde el camino; unos pocos metros más adelante este cauce confluye con el Barranco de los Durazneros, el cual bordearemos por una de sus vertientes, ascendiendo suavemente sin abandonar el PR-TF-85, que luce un tramo con su firme empedrado.


PR-TF-8.

Continuamos la marcha por el evidente sendero, ignorando una bifurcación con otra vereda que se dirige por nuestra izquierda, a cruzar el Barranco de los Durazneros mediante un puente; el camino que seguimos en nuestra ruta tiene un pasamanos que nos protege de cualquier caída hacia la ladera del barranco y continúa subiendo hasta desembocar, mediante una escalera, en la carretera TF-136. 



Llegando de regreso al Caserío de Afur.


Caminamos por ella unos cien metros sin dejar el PR y la abandonamos en este punto, para iniciar la bajada por otra escalera que conecta con un camino cementado que discurre bordeando el cauce del Barranco de los Durazneros; va progresando más adelante por un tramo escalonado que avanza bajo una cubierta rocosa y luego asciende suavemente donde crece un precioso Drago Canario (Dracaena draco), para terminar enseguida en una calle empedrada que confluye con la plaza del Caserío de Afur, dando por concluida la ruta justo donde está ubicada la Ermita de San Pedro.

 

© Texto y fotografías de Francisco Fariña