viernes, 28 de julio de 2023

MIRADOR DE LOS POLEOS - MONTAÑA CASCAJO - MIRADOR DE LOS POLEOS (Regreso por los Volcanes de Boca Cangrejo)

MIRADOR DE LOS POLEOS - MONTAÑA DEL CASCAJO - MIRADOR DE LOS POLEOS
(Regreso por los Volcanes de Boca Cangrejo)

FICHA TÉCNICA

TÉRMINO MUNICIPAL: Santiago del Teide y Guía de Isora.

COMO LLEGAR: Desde el núcleo urbano de Guía de Isora, tomamos la carretera TF-82 que nos lleva a la población de Chío, allí conectamos con la carretera TF-38 de acceso al Parque Nacional del Teide; en el punto kilométrico 15,8 está ubicado el Mirador de Montaña de los Poleos.
COMIENZO: Mirador de Montaña de los Poleos.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Moderada.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 16,9 km.
PROVISIÓN DE AGUA: No.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Mirador de los Poleos; 2.- Montaña de los Guirres (1501 m.); 3.- Área Recreativa de Chío; 4.- Montaña Cascajo (1764 m.); 5.- Montaña Grande de Las Cuevitas (1804 m.); 6.-Sendero homologado PR-TF-43.
VENTAJAS: Ruta de alto valor paisajístico, pudiendo observar el panorama volcánico de varias de las erupciones históricas de la isla.
INCONVENIENTES: Hay que estar pendiente en varios lugares, a las indicaciones de los mojones de piedras.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.


PUEDES SEGUIR Y DESCARGAR ESTA RUTA EN WIKILOC



CARTOGRAFÍA


DESCRIPCIÓN

Iniciamos la ruta en el Mirador de los Poleos, un excelente balcón natural que se alza sobre la banda noroeste de la isla de Tenerife, concretamente sobre las medianías del municipio de Santiago del Teide, teniendo a la vista la silueta inconfundible de la Isla de La Gomera y desde donde se puede apreciar el enorme manto volcánico que dejó la erupción de los Volcanes de Boca Cangrejo (1588 m.), llegando hasta la población de Puerto Santiago; son dos cráteres de tipo estromboliano y una de las erupciones históricas documentadas en la isla de Tenerife, al ser la que vislumbró Cristóbal Colón, en el año 1492 de camino al descubrimiento de América.

Mirador de Los Poleos (izq.).


Empezamos a caminar por un estrecho pasillo delimitado, que discurre al lado de la carretera TF-28, bordeando después las faldas de Montaña del Centeno (1448 m.), otro volcán cuyas laderas se encuentran cubiertas de un frondoso pinar canario (Pinus canariensis) y que quedó al margen de la erupción antes citada. Enlazamos enseguida con una pista forestal que continúa bordeando la carretera progresando con algunas ondulaciones en el terreno, hasta introducirnos en un escaso pinar, donde tendremos que fijarnos en el inicio de una vereda que por nuestra izquierda, empieza junto a unas rocas de gran tamaño; veremos algún mojón que nos indica el camino correcto. 

Pasillo peatonal junto a la carretera TF-38 (izq.).


Sendero bordeando la Montaña de Los Poleos.

A medida que avanzamos, el camino se visualiza con más claridad y continúa su curso bastante sinuoso llaneando unos metros y después de girar paulatinamente un poco hacia la izquierda, acentúa su pendiente descendente a medida que vayamos bordeando las faldas de Montaña de los Poleos (1480 m.). El sendero está bastante claro y su morfología adaptada al terreno, va realizando infinidad de curvas entre algunos ejemplares aislados de Escobones (Chamaecytisus proliferus) que jalonan nuestros pasos; en un momento determinado, después de dejar atrás una vaguada, el trayecto da un giro a la derecha para encaminarnos, junto a los restos de unos muretes de piedra seca y mediante un paso llano, hacia el sendero homologado PR-TF-43.3, distante unos ciento cincuenta metros, es una de las variantes del PR-TF-43 denominado Circular del Chinyero, concretamente la que une el núcleo urbano de Santiago del Teide con dicha circular, en la Montaña de la Cruz (1520 m.).


PR-TF-43.3 (dcha.).

Justo en el cruce hay un tubo volcánico, rodeado de algunas especies vegetales como Poleo de Monte (Bystropogon origanifolius), Alhelí del Teide (Erysimum scoparium) y Escobones (Chamaecytisus proliferus). Continuamos la marcha hacia la izquierda, descendiendo suavemente por el PR, que se encuentra perfectamente marcado y discurriendo justo al lado del talud rocoso que ha formado la colada volcánica de Montaña Chinyero (1554 m.), otra de las erupciones históricas y documentadas de la isla; se trata de un cono volcánico, también de tipo estromboliano, que se formó en la erupción de noviembre del año 1909, la última que ocurrió en la isla, creando tres brazos de lava, dos de los cuales se petrificaron cerca del cono y el otro se extendió hasta tocar la Montaña de Bilma (1369 m.), distante unos 4,5 km del foco eruptivo. 



Caminamos por el interior de la Reserva Natural Especial del Chinyero, un espacio natural protegido de interés científico, de 2.379 hectáreas, que concentra una cantidad bastante numerosa de volcanes que forman la llamada Dorsal de Abeque. El sendero progresa en descenso, bajo el pinar y llega un momento en que el paisaje se abre para dejarnos ver la imagen de otros dos volcanes de la zona, la Montaña Aguda (1367 m.) y la Montaña Prieta (1362 m.), que destacan en el entorno con su color ocre, debido a la oxidación del material volcánico del que están formados. 

Bomba volcánica en el PR-TF-43.3 (dcha.).



El sendero va progresando entre gran cantidad de Escobones (Chamaecytisus proliferus), que por esta zona presentan un porte considerable y zigzaguea luego algo pedregoso, pudiéndonos encontrar también en nuestro camino algunos ejemplares muy frondosos de Poleos de Monte (Bystropogon origanifolius), de Alhelíes del Teide (Erysimum scoparium) y algún Taginaste Rojo (Echium wildpretii) muy aislado. Más adelante, el trayecto del PR gira suavemente hacia la derecha, alejándose del borde de las coladas volcánicas y adentrándose más en el pinar, donde podemos observar alguna bomba volcánica de un tamaño bastante formidable. 

Montaña Bilma (1369 m.).

La isla de La Gomera desde el PR-TF-43.3.

Llega un momento en que el paisaje se abre ante nuestros ojos y deja detrás el bosque, dejando entrever las Montañetas Negras (1332 m.), un cono volcánico de reducidas dimensiones y rodeado del mar de lavas del Chinyero (1554 m.), que posiblemente fuera de la misma fisura eruptiva de Montaña Bilma (1369 m.), también visible desde el punto donde estamos; esta última erupción no ha podido datarse, lo que sí se sabe a ciencia cierta es que su lengua de lava discurrió más de nueve kilómetros por el Barranco de Santiago, hasta desembocar en el mar en Puerto Santiago.

Abandonamos el PR-TF-43.3 en este punto.



Continuamos la marcha por el PR-TF-43.3, en esta ocasión jalonado por muretes de piedra seca donde crecen abundantes Cabezotes (Carlina falcata), algunas Vinagreras (Rumex lunaria) y Cerrajones arbóreos (Sonchus canariensis); luego avanza sinuoso entre algunas huertas medio abandonadas donde hay algunas Higueras, que comparten terreno con grandes ejemplares de Escobones (Chamaecytisus proliferus); en este punto, en el Morro Cho León, tendremos que abandonar el PR y hacer un giro a la izquierda para tomar un viejo camino casi imperceptible e invadido por la vegetación, que se dirige muy pedregoso y erosionado hacia el pinar. Una vez en el interior del mismo iremos llaneando mediante un agradable sendero hasta toparnos con el frente de lava de los Volcanes de Boca Cangrejo (1588 m.), cuyas coladas siguen su curso hacia la población de Arguayo; nosotros seguimos la vereda que discurre paralela a dicha colada, caminamos junto a una pequeña hornacina que hay bajo uno de los pinos, erigida en memoria de algún fallecido y continuamos en ascenso, siguiendo la traza de la senda que zigzaguea sorteando los árboles, escondiéndose en algunas ocasiones bajo el sotobosque y que gracias a algunos mojones colocados estratégicamente, podremos continuar sin perderla.




Continuamos subiendo y esta vez pisando ocasionalmente las lavas de los Volcanes de Boca Cangrejo (1588 m.), pasando cerca de algunas bombas volcánicas de considerable tamaño; el camino se va internando cada vez más en el mar de lava y llega un momento en que, bajo las faldas de Montaña del Centeno (1448 m.), cuya base bordeamos al inicio de la ruta, gira contundentemente a la derecha para internarse de lleno en la colada de lava de Boca Cangrejo y al mismo tiempo abandonar los límites de la Reserva Natural Especial del Chinyero.



Colada de lava de los Volcanes de Boca Cangrejo.

El sendero está marcado y discurre llaneando algo sinuoso sobre el material volcánico formado por escorias rocosas originarias de la erupción, que hace un poco incómodo progresar con facilidad; tenemos frente a nosotros la vista del Teide (3715 m.) con su inseparable Pico Viejo (3135 m.) y a nuestras espaldas se va alejando poco a poco la silueta de Montaña del Centeno (1448 m.), cuyas laderas están completamente cubiertas por un bosque de Pinos Canarios (Pinus canariensis). Durante el recorrido podemos observar algunas “manchas” o “islas”, que son pequeños espacios rodeados de lava donde el terreno se ha salvado del flujo de la misma, permitiendo que crecieran minúsculos bosques de pinos aislados; es el caso de El Asiento y la Mancha de las Toscas, medianamente cercanas al sendero por donde vamos progresando.


Montaña del Centeno (1448 m.) cubierta de Pinos Canarios.


Después de unos cuatrocientos cincuenta metros cruzando el campo de lava, nos internamos de nuevo en el pinar avanzando por una estrecha vereda que se va abriendo paso entre los pinos, entre los cuales hay muchos que están breados, esto quiere decir que tienen en la base del tronco una abertura en forma de cicatriz que se les hacía para obtener la brea y utilizarla en diferentes labores domésticas, como por ejemplo, para impermeabilizar los barcos. Entramos paulatinamente en el campo lávico que generó la Montaña del Cascajo (1764 m.), cuya boca eruptiva y cono volcánico están distantes más de tres kilómetros de nuestra situación; progresamos sorteando grandes bombas volcánicas y bastantes promontorios rocosos originarios del entorno volcánico de dicho volcán, e infinidad de piedras esparcidas por el borde del camino, que bien lo podremos identificar gracias a algunos mojones de piedras situados estratégicamente.

Senda intuitiva por el pinar.

                    Pino breado.

Llegaremos en un momento determinado a la carretera TF-38, teniéndola que cruzar con precaución, para continuar por una vereda que avanza con las mismas características, bastante sinuosa y en continuo ascenso. En poco tiempo estaremos frente a otro cono volcánico que destaca entre el pinar y después seguiremos por nuestra derecha, en ascenso y bordeándolo por su base y en su totalidad; a mitad de camino, podemos asomarnos a su cráter subiéndonos a su ladera circundante para observar el interior y desde una de las zonas más altas podremos entrever en el horizonte las islas de La Palma y de La Gomera, así como parte de la cadena montañosa que rodea el municipio de Santiago del Teide. 

Carretera TF-38.



De regreso al sendero principal, continuamos la marcha hasta otro volcán muy cercano, la Montaña de los Guirres (1501 m.), al cual podemos subir si nos apetece y rodear en su totalidad el cráter, que nos ofrece una vista panorámica del entorno, incluso más espectacular que el anterior. En este punto tenemos que girar a la derecha, evitando continuar de frente hacia la Montaña de Los Poleos; para ello seguiremos el trazado del sendero que se interna por una de las lenguas de lava pertenecientes a Montaña Cascajo (1764 m.), cuyas laderas de color rojizo visualizaremos en la lejanía, al igual que la silueta de Pico Viejo (3135 m.) que se eleva por detrás. 

Montaña del Cascajo y Pico Viejo, al fondo.

Montaña de los Guirres (1501 m.).

El sendero continúa su avance con firme muy pedregoso, clásico de los terrenos volcánicos y en línea recta, para más adelante girar bruscamente a la derecha en las inmediaciones de la ubicación de una pared rocosa que nos llamará bastante la atención, rodeada de un entorno boscoso y entre grandes rocas volcánicas, un sitio ideal para descansar.




Curiosas formas volcánicas.

Recuperamos la marcha, siguiendo la senda pedregosa que cruza una pequeña vaguada y luego asciende bastante sinuoso por donde hay varios pinos breados, hasta llegar a una bifurcación donde un curioso elemento rocoso fruto de la erupción, en forma de pirámide, nos llamará poderosamente la atención; en este punto aparece el Camino de la Vega, una recorrido que se cruza con nuestra ruta, que une el Caserío de Chirche con la zona recreativa de Los Arenales; si seguimos por este camino, hacia la izquierda, en pocos metros podremos observar otra pirámide rocosa. Continuamos de frente, evitando el Camino de la Vega, con la vista puesta en tres cumbres emblemáticas de nuestro recorrido, la Montaña Cascajo (1764 m.), El Teide (3715 m.) y su inseparable Pico Viejo (3135 m.). 


Montaña del Cascajo, Teide y Pico Viejo (dcha.).

Lengua de "picón" proveniente de Montaña del Cascajo (1764 m.).

Después de unos doscientos metros de recorrido en ascenso moderado y con firme bastante pedregoso, llegaremos al borde de una pequeña lengua de lava proveniente de Montaña Cascajo, compuesta de fragmentos de lava minúsculos llamados “lapilli” o como se denomina en Canarias, “picón”, un terreno libre de cualquier tipo de vegetación; evitando pisarla lo menos posible, giramos a la izquierda y nos introducimos de nuevo en el pinar y continuamos la ruta llaneando hasta encontrarnos de nuevo con la carretera TF-38, a la cual accederemos mediante una remontada por un caos de rocas donde el sendero no está marcado. 


Pista bordeando la carretera TF-38.

Tenemos que cruzarla y acceder a una pista de tierra que discurre paralela a la vía, por las laderas de Montaña Cascajo (1764 m.), que avanza con bajadas y remontes suaves y en pocos metros vuelve a cruzar de nuevo la carretera, para acceder al Área Recreativa de Chío, un espacio recreativo al abrigo del Pinar de Chío, provisto de instalaciones para tal fin; en este punto también está el inicio del sendero homologado SL-TF-203, del cual hay una señalización, que une la población de Chío con la zona recreativa donde nos encontramos.

Área Recreativa de Chío y Pista de Montaña Cascajo.


Montaña Samara, Teide y Pico Viejo.

Desde nuestra ubicación accedemos de nuevo a la carretera para cruzarla y continuar nuestro recorrido por la Pista Montaña Cascajo, denominada BC-1 (Bicicletas y Caballos) y VM-20 (Vehículos a motor), según reza en la señalización ubicada en el inicio de dicha pista. Seguimos su trazado que asciende suavemente por las inmediaciones de Los Arenales en dirección a la Montaña Cascajo (1764 m.), cuando lleguemos a su base, continuamos rodeándola por su cara noroeste, entre sus laderas y el frente de lava de Montaña Reventada (2232 m.), distante de este punto unos 4,5 km.; iremos acompañados de las vistas extraordinarias que nos ofrece la Montaña Samara (1936 m.), el Teide (3715 m.) y Pico Viejo (3135 m.). 



Unos metros después de que hayamos rebasado sus laderas, veremos un apartadero a nuestra derecha y el inicio de un casi imperceptible sendero que se interna por las coladas de lava de Montaña Reventada (2232 m.) y que se dirige hacia la Montaña Grande de Las Cuevitas (1804 m.), la cual nos queda justo enfrente después de acceder a una llanada que se extiende alrededor de su base. Evitamos una escorrentía natural y avanzamos por la derecha guiándonos por algunos mojones de piedras dispersos por el terreno, que nos van llevando paulatinamente a rodear el cono volcánico de la Montaña Grande de Las Cuevitas (1804 m.); nos fijaremos en una bifurcación que por la izquierda asciende al punto más alto de su cumbre, desde donde podemos observar su cráter eruptivo dispuesto hacia el norte y las vistas panorámicas del entorno, donde destaca otra perspectiva diferente de la Montaña Cascajo (1764 m.) y por supuesto del Teide (3715 m.) y Pico Viejo (3135 m.).

Cima de Montaña Grande de Las Cuevitas.

Teide y Pico Viejo desde la cumbre de Montaña Grande de Las Cuevitas.

Sendero entre Montaña Grande y Montaña Chica de Las Cuevitas.


Una vez hayamos visitado la cumbre, volvemos al sendero principal que avanza ahora en suave descenso por las faldas de la montaña, bordeando las coladas de lava de Montaña Reventada (2232 m.), que se extienden por nuestra derecha y cuyo foco eruptivo se encuentra distante unos cuatro kilómetros al norte. La senda continúa su curso rodeando el cono volcánico, que por su cara sur progresa entre éste y las laderas de Montaña Chica de Las Cuevitas y finaliza conectando con el mismo sendero que iniciamos en la Pista de Montaña Cascajo. 




Seguimos la ruta por dicha pista, dejando la Montaña del Cascajo (1764 m.) a nuestras espaldas, abandonándola unos metros después por un sendero al que se accede por unos escalones de piedra, que continúa marcado y descendiendo suavemente entre el pinar y bordeando las inmediaciones de la colada lávica de Montaña Reventada (2232 m.), aflorando entre sus escorias un pequeño cono volcánico de colores rojizos, que pertenece a la erupción de Montaña Cascajo (1764 m.). 


Por las inmediaciones de la base de Montaña Corredera.

El camino continúa su curso entre gran cantidad de Corazoncillos (Lotus campylocladus), que crecen al borde del camino y pueblan masivamente las laderas colindantes; luego, el recorrido gira suavemente a la izquierda y acusa su desnivel de bajada junto a una escorrentía natural que bordea las laderas de Montaña la Corredera (1622 m.), por donde crecen gran cantidad de Codesos de Cumbre (Adenocarpus viscosus) y Pinos Canarios (Pinus canariensis) de mayor porte, alguno de ellos breado. 

Volcanes de Boca Cangrejo (dcha.).

PR-TF-43, Circular del Chinyero.

Llega un momento en que el paisaje se abre cuando estemos pisando sobre las lavas de los Volcanes de Boca Cangrejo (1588 m.), cuya silueta de uno de sus focos eruptivos la podemos apreciar por nuestra izquierda; de frente tenemos en primer término la Montaña de los Poleos (1480 m.) y más a la derecha, la Montaña de la Cruz (1520 m.) y la Montaña del estrecho (1457 m.), que se elevan sobre las coladas de lava de la erupción de Montaña Chinyero (1554 m.).



Continuamos el trazado de la senda, que progresa descendiendo bastante sinuoso y con firme de “picón” algo resbaladizo por las laderas del volcán, hasta que en un momento determinado nos crucemos con el PR-TF-43, por el que tendremos que ir hacia la izquierda siguiendo su trazado perfectamente delimitado, que nos va llevando bajo el pinar, donde destacan algunos ejemplares de gran porte de Pinos Monterrey (Pinus radiata). 

Mirador de Los Poleos.

En un momento determinado el sendero es cortado por una pista forestal que se cruza perpendicularmente, es el momento de abandonar el PR y continuar por dicha pista hacia la izquierda, que nos lleva a la zona de Los Poleos, donde hay un amplio llano que se extiende junto a la carretera TF-38. Antes de desembocar en la vía, hay un desvío a la derecha en forma de sendero, con vistas a nuestras espaldas de uno de los conos volcánicos perteneciente a los Volcanes de Boca Cangrejo (1588 m.), que nos va llevando paralelo a la carretera, hasta el punto de inicio de la ruta, donde daremos por finalizado el recorrido.


© Texto y fotografías de Francisco Fariña