lunes, 29 de septiembre de 2014

CAMINO DE SANTIAGO 2014 - PALAS DE REI - MELIDE


CAMINO DE SANTIAGO
2014
PALAS DE REI - MELIDE


PRÓLOGO:

En la Pensión Ponterroxán, antes de partir.
Nos levantamos temprano y ya oíamos en la calle a muchos peregrinos que habían iniciado la etapa, venían del caso urbano de Palas de Rei y el paso del Camino era a unos metros de nuestro hotel. No pudimos visitar el pueblo cuando llegamos porque nos apresuramos a buscar el alojamiento, que finalmente estaba a las afueras del pueblo y nos daba mucha pereza, después del esfuerzo de la etapa anterior, hacer turismo.
Quedamos en el restaurante del mismo hotel para desayunar; hoy no nos daríamos mucha prisa en comenzar ya que la etapa será una de las más cortas del recorrido total, unos 14 Km, aunque la más bonita por la cantidad de pueblos y aldeas que tendremos que pasar, ya lo verán.
 
Paseo sobre el Río Roxán.
 
DESCRIPCIÓN:


Después de un delicioso desayuno, nos dispusimos a partir y comenzar esta tercera etapa, no sin antes hacernos la foto de rigor de todo el grupo y frente al hotel; cruzamos la carretera y ya estábamos en el Camino, antes de iniciarlo, echamos un vistazo a un pequeño riachuelo, el Río Roxán, que pasa por un espacio natural muy frondoso. Luego nos desviamos de la carretera hacia la derecha y pasamos entre unas casas de piedra y algún hórreo, para más adelante volver a cruzar la misma y adentrarnos por una pista de grava donde algunas losas de piedra evitan el desbordamiento ocasional del paso, aun embarrando a principios de verano; más adelante iremos por un ancho sendero bajo enormes robles y algún eucaliptus hasta llegar a Xan Xulián, dándonos la bienvenida a tan preciosa aldea numerosos hórreos junto al Camino y una pequeña plaza donde hay un cruceiro; también hay una pequeña Iglesia románica del Siglo XII y un entorno rural mus pintoresco donde podemos ver pasar rebaños de vacas con sus correspondientes pastores. 
 
Hórreos, junto al Camino.
 
 
Evitando el barro por una pasarela de piedra.

Abandonamos el pueblo junto a unos lavaderos y cruzaremos una carretera e iremos llaneando por un sendero con firme pedregoso; más adelante cruzaremos el Río Pambre y pasaremos por Pontecampaña, donde hay un albergue de peregrinos. Luego un largo tramo entre minúsculas aldeas como Casanova, A Campanilla y O Coto, recorrido mixto entre bosques y descampados con casas aisladas y algún remonte sin importancia. Llegaremos a Leboreiro, otro pequeño pueblecito de casas de piedra donde nos paramos un buen rato a disfrutar del encanto que nos ofrecía este maravilloso lugar; bebederos para los animales y lavaderos, un cruceiro en el centro del pueblo con calles empedradas, algún hórreo y algunos cabazos, unos grandes canastos hechos de madera trenzada a modo de cestos que se utilizaban para guardar el grano. A la salida de la aldea también se encuentra la Iglesia de Santa María, del siglo XIII, donde visitamos un fantástico mural y sellamos la credencial. 
 
Xan Xulián.
 
Aldea de Leboreiro.
 
Iglesia de Santa María en Leboreiro.
 
Las Chicas, junto a un cabazo.
 

Salimos del pueblo y enseguida caminamos sobre una calzada romana que desciende hasta cruzar el Rio Seco por un precioso puente medieval, allí nos encontramos con dos personajes que iban ataviados con la vestimenta típica del peregrino como son la capa, el sombrero con la concha y el bordón o bastón; no sabemos muy bien porque fue ese encuentro casual, llegamos a la conclusión de que en el Camino hay gente de todo tipo, incluso ellos, que iban muy contentos.
 
 
 
 
Puente y Calzada Romana, saliendo de Leboreiro.
  

Llaneando y en línea recta iremos paralelo a la carretera hasta llegar a un polígono industrial, el cual cruzaremos mediante una hilera de árboles, algunas fuentes y representaciones en recuerdo a peregrinos, que han hecho para disimular y adecentar un poco el Camino al paso por este lugar de continuo tráfico de coches y trabajadores. Al término, nos desviaremos a la izquierda e iremos por una pista con superficie de gravilla donde la frondosa vegetación nos aliviará del intenso calor antes de llegar al final de la etapa.
 

 
 

Una bajada a la izquierda nos deja repentinamente en un precioso puente medieval sobre el Río Furelos y con el entraremos en la preciosa aldea de Furelos, antesala de la ciudad final de etapa que es Melide. La entrada es por camino empedrado y lo primero que vemos es la Iglesia de Xan Xoán, la cual visitamos a toda prisa porque nos echaban de ella; sellamos la credencial en un punto de información turística donde hay un pequeño museo y al salir saludamos al Burro Pompon, un peregrino inusual que pululaba por allí.
 
Puente medieval sobre el Río Furelos.
 
Un inesperado y simpático peregrino.
 
 

El entorno de Furelos es muy pintoresco y da gusto estar un rato por allí, la salida del pueblo nos lleva a ascender suavemente por una larga y recta pista de tierra hasta llegar a la carretera de acceso a Melide, la Avenida de Lugo. Nos queda hacer un recorrido urbano por la ciudad buscando el Hotel Xaneiro, para darnos una buena ducha, comernos luego un pulpo a la gallega en Pulpería Ezequiel regado con un buen Ribeiro y terminar con un café de pucheiro; fantástico final de etapa.
 
En Melide, brindando en la Pulpería Ezequiel y
luego dando un paseo por el centro urbano.


Praza do Convento en Melide.


Por la tarde y después de un merecido descanso, dimos una vuelta por la ciudad, estuvimos callejeando por el centro urbano, lleno de tiendas, bares y restaurantes de todo tipo; por la Plaza del Convento o Praza do Convento, un espacio urbano pétreo donde se encuentra la Casa del Ayuntamiento, el Convento del Sancti Spiritus y la Iglesia de San Pedro, donde asistimos a la Misa del Peregrino. Ya algo tarde cenamos en el restaurante del hotel una buena ensalada y algo de picar, para al día siguiente estar en plena forma. 

Misa del Peregrino en la Iglesia
de San Pedro.

 
© Fotografías de Francisco Fariña y Javier López

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