miércoles, 9 de marzo de 2022

VERA DE ERQUES - FUENTE DE LAS GOTERAS - VERA DE ERQUES (Regreso por El Almácigo)

 VERA DE ERQUES - FUENTE DE LAS GOTERAS - VERA DE ERQUES 
(Regreso por El Almácigo)

FICHA TÉCNICA

TÉRMINO MUNICIPAL: Adeje y Guía de Isora. 
COMO LLEGAR: Desde la autopista TF-1, dirección sur, saldremos por la salida 87 en dirección a Vera de Erques por la carretera TF-465, que se cruza en un momento determinado, con la TF-82 y continúa de frente hasta terminar en el Caserío de Vera de Erques. 
COMIENZO: Plaza Gaspar Alonso Pérez, en la Vera de Erques
FINAL: Mismo lugar. 
DIFICULTAD: Media - Baja.
DURACIÓN: Indeterminada. 
LONGITUD: 4,5 km. 
PROVISIÓN DE AGUA: En el Caserío de Vera de Erques hay varios establecimientos de restauración; la Fuente del Dornajito y la Fuente de Las Goteras suelen tener agua, pero sólo para refrescarse.  
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Ermita de la Virgen del Carmen; 2.- Miradores en la Calle La Morra; 3.- Galería de la Viña; 4.- Cueva de la Corriente; 5.- Saltadero del Dornajito; 6.- Fuente del Dornajito; 7.- Fuente del Tío Aristides; 8.- Galería de El Chorro y Fuente de Las Goteras; 9.- Saltadero y Picacho del Fraile; 10.- Casa del Almácigo; 11.- Era de Clemente.
VENTAJAS: Recorrido de alto valor paisajístico y etnográfico. 
INCONVENIENTES: El sendero por el interior del barranco tiene algunos tramos invadidos por la vegetación del entorno y en el remonte del salto donde está la Fuente del Dornajito, hay que estar muy atento. 
PELIGROSIDAD: La travesía por el interior de un barranco siempre entraña peligro de desprendimientos, sobre todo en la época invernal, por lo tanto, iremos con la máxima precaución. 
TIPO DE RUTA: Senderismo.
 
 
PUEDES SEGUIR ESTA RUTA EN WIKILOC


CARTOGRAFÍA


DESCRIPCIÓN

Vera de Erques es un caserío rural situado al borde del Barranco de Erques, en los altos del municipio de Guía de Isora; fue una zona puntera en lo que se refiere al cultivo del cereal ya que está ubicado cerca de varios manantiales naturales de agua, de ahí su importancia etnográfica, albergando gran cantidad de eras de trilla y algunos hornos dispersos por el entorno. También abundan las casas construidas en el siglo XVIII y XIX, al más puro estilo de la arquitectura popular canaria. En el centro del pueblo se encuentra la Plaza Gaspar Alonso Pérez, situada a modo de mirador panorámico, ya que desde allí puede observarse una bella imagen de toda la costa del municipio y de la isla de La Gomera en el horizonte marino; en el centro de la plaza está la Ermita de la Virgen del Carmen, de estilo contemporáneo y sencillo, rematada con un pequeño campanario y una cruz.

Ermita de la Virgen del Carmen.


Iniciamos el recorrido por la Calle la Parranda que en pocos metros conecta con la Calle de la Tuna, la cual abandonamos en pocos metros para continuar cruzando el Barranco de la Pasada, por la Calle La Morra, todo ello haciendo un recorrido urbano entre algunas viviendas y huertas de cultivo dispersas. En una curva que hace la calle hacia la derecha, justo después de haber cruzado el Barranco de la Cruz, se desvía hacia la izquierda un camino empedrado que asciende sinuoso entre unas huertas, terminando poco después de nuevo en la Calle de La Morra, donde hay dos miradores contiguos situados estratégicamente asomados al imponente tajo que forma el Barranco de Erques.
 

Mirador en la Calle de la Morra (dcha.).

 Barranco de Erques.

La calle continúa en ascenso y sin asfaltar, en pocos metros veremos como comienza por la derecha un sendero que se dirige al fondo del barranco, es el llamado Camino de la Calzada Grande; al principio tiene el firme con restos de empedrado, avanzando luego en línea recta y en suave descenso bajo el Morro Horno la Teja, entre Vinagreras (Rumex lunaria), Verodes (Kleinia neriifolia) y Piteras (Agave americana); presenta más adelante varios tramos muy pedregosos y otros con su pavimento de piedra bastante conservado, luego continúa por una zona donde crecen algunos Almendreros e Higueras, justo donde hay una vereda que se interna en el cauce donde se encuentran las instalaciones de la Galería de la Viña, que se componen de varias infraestructuras hechas de piedra en estado de abandono.

 

 
Tramo empedrado en el Barranco de Erques.

Llegamos al cauce del barranco, un terreno muy pedregoso rodeado de grandes paredes de roca basáltica donde hay gran cantidad de Vinagreras (Rumex lunaria), Escobones (Chamaecytisus proliferus) y algunos Taginastes (Echium virescens), a nuestra izquierda está la Cueva de la Corriente, una gran oquedad que, con toda seguridad, habrá sido refugio para pastores y otros viandantes que recorrían estos viejos caminos para comerciar con sus productos agrícolas. 

 
 Galería de la Viña.

 Cueva de la Corriente (dcha.).

Cruzamos el cauce y ascendemos unos metros por el camino que se dirige al Caserío de Tijoco Alto, que se encuentra muy pedregoso y casi oculto por la vegetación, enseguida lo abandonamos y giramos a la izquierda para internarnos por la vertiente norte del barranco por otra vereda que intuiremos bajo la abundante vegetación; se va abriendo paso y va tomando forma entre multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Tabaibas (Euprobia lamarckii) y Taginastes (Echium virescens), bajo el Lomo Carmona; luego, más adelante, vemos algunos restos de empedrado en su recorrido por la zona conocida como Riscos Caídos, una pared rocosa donde se ubica la Cueva de las Palomas, aunque mayoritariamente tiene su firme bastante pedregoso y conserva una pared de piedra seca que cimenta su trazado. 

 

Taginastes (Echium virescens) (dcha.).

La abundante vegetación, donde podremos observar especies como la Tabaiba Majorera (Euphorbia antropurpurea), compartiendo espacio con gran cantidad de Escobones (Chamaecytisus proliferus), Tabaibas (Euprobia lamarckii), Inciensos (Artemisia thuscula), Magarzas (Argyranthemum frutescens) y un largo etcétera, impide en algunas ocasiones avanzar con cierta facilidad, aunque el camino sea evidente. Llega un momento en que tendremos que pisar el cauce propiamente dicho del barranco, donde repentinamente nos encontraremos con el Saltadero del Dornajito, un salto natural del barranco, que pertenece al R10 del Descenso del Barranco de Erques (Medio), en cuya base se encuentran dos fuentes separadas por una corta distancia, la Fuente del Dornajito y la Fuente del Tío Aristides, que tuvieron gran importancia en el pasado, para los habitantes, tanto del Caserío de Vera de Erques, como el de Tijoco, así como del municipio de Guía de Isora en general; están ambas estancadas dentro de unas estructuras de piedra que recogen el agua que mana naturalmente del risco, donde cuelgan gran cantidad de Culantrillos (Adiantum capillus-veneris); en el entorno y aprovechando la umbría y la humedad del lugar, pueden verse también bastantes ejemplares de Malfuradas (Hypericum grandifolium).

 
 Fuente del Dornajito (dcha.).

Para salvar este salto que nos hemos encontrado tendremos que remontarlo poniendo la máxima atención, aunque hay agarres para las manos y apoyos para los pies que no son muy complicados; sospechamos que había un posible paso que lo rodeaba por la izquierda, pero se ve muy complicado debido a la masa vegetal que lo ha sepultado. 

 

 
 
 
Una vez lo hayamos superado, iremos por la izquierda abriéndonos paso entre multitud de Tabaibas (Euprobia lamarckii), Jaguarzos (Cistus monspeliensis) y Taginastes (Echium virescens), que esconden bajo sus ramas el camino a seguir, evidente gracias a pequeños tramos empedrados y viejos muretes de cimentación que lo soportan; cruzaremos luego el cauce entre Vinagreras (Rumex lunaria) y Escobones (Chamaecytisus proliferus), incluso vemos alguna Retama Blanca (Retama rhodorhizoides). 
 
 

 Camino por el interior del barranco.

Ascendemos luego por la derecha e iremos remontando paulatinamente por la vertiente norte del barranco, mediante un marcado camino que al principio zigzaguea en suave ascenso y luego continúa bastante claro bordeando el cauce del barranco, que nos queda por nuestra izquierda; el trayecto generalmente tiene un firme bastante pedregoso, aunque en algunos pequeños tramos veremos los restos de su empedrado original y los muros delimitadores de su trazado. La vegetación asociada al sendero crece en un entorno húmedo y en muchas ocasiones invade el paso, haciendo algo incómodo el avance; por los alrededores y en los riscos colindantes del cauce, crecen multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Vinagreras (Rumex lunaria), Tabaibas (Euprobia lamarckii), algunos ejemplares aislados de Tabaibas Majoreras (Euphorbia antropurpurea), Escobones (Chamaecytisus proliferus) y un largo etcétera. 



En un momento determinado, después de haber cruzado una resbaladera muy pedregosa, el camino termina desembocando en el cauce del barranco, teniendo que remontar unos metros junto a un talud rocoso para llegar al lugar donde se ubica la Galería de El Chorro y la Fuente de Las Goteras, situadas bajo la vertiente rocosa de la zona conocida como La Vera de los Arcos. La galería es solo una oquedad de pocos metros de profundidad y el manantial consta de un depósito hecho de mampostería y piedra viva, unido mediante una fina tubería a otro más pequeño.

Fuente de Las Goteras y Galería el Chorro.

Para continuar con la ruta, cruzamos el cauce del barranco y buscamos el inicio del sendero que nos sacará de él y que asciende entre unas rocas, bastante sinuoso, entre Tabaibas (Euprobia lamarckii) y Cerrajones Arbóreos (Sonchus canariensis); el camino está perfectamente visible y delimitado, transcurriendo entre gran cantidad de Verodes (Kleinia neriifolia), Matorriscos (Lavandula canariensis) y Jaguarzos (Cistus monspeliensis). 



El Picacho de El Fraile (dcha.).

Llega un momento en que llegaremos a un promontorio rocoso anexo al trazado del recorrido, al cual nos podemos asomar, ya que tiene una pequeña repisa donde poder colocarnos y disfrutar de las magníficas panorámicas del entorno del profundo tajo del Barranco de Erques; de frente podemos ver el profundo corte del barranco que se extiende hacia el mar entre grandes paredes, el camino por el cual hemos venido y en el océano, parte de la isla de La Gomera. A la izquierda la vertiente sur del barranco que se alza abrupta hacia el Llano de Carmona, por donde discurre un sendero que se dirige hacia la zona de El Cedro y del Risco de Tonásaro; en esa ladera peñascosa se encuentran algunas especies vegetales como Sabinas (Juniperus canariensis) y Almácigos (Pistacia atlantica) y algunas especies rupícolas como Moralitos (Rhamnus integrifolia) y Turgaites (Senecio teneriffae). Más a la izquierda tendremos la visual del Picacho del Fraile, un curioso pitón rocoso que protagoniza el paisaje, ubicado en las inmediaciones y en lo alto del Saltadero del Fraile.



Camino de salida del barranco.

Continuamos el camino, que no para de ascender con fuerte pendiente y con firme muy pedregoso, que avanza zigzagueando entre Verodes (Kleinia neriifolia), Tabaibas (Euprobia lamarckii), Matorriscos (Lavandula canariensis) y algunas Vinagreras (Rumex lunaria), tomando cada vez más altura y teniendo una visual más panorámica del entorno. Llega un momento en que para de ascender y continúa progresando por un tramo más o menos recto y llano, que discurre algo expuesto y a la vez, protegido por una pared rocosa; luego desciende muy levemente y siempre bastante marcado y evidente, coronando más tarde la vertiente norte del barranco. Llega un momento en que pasaremos junto a una gran cueva que se sitúa junto al sendero, un lugar ideal para un descanso y para admirar las vistas panorámicas del entorno del barranco. 



El Barranco de Erques está incluido en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Canarias y catalogado como Paisaje Protegido, es un espacio natural de unas 238 hectáreas cuya finalidad principal es preservar el paisaje de gran valor geomorfológico que alberga, en su estado natural; es uno de los cauces más largos de la isla, aunque el tramo a proteger comprende desde el Saltadero de El Fraile hasta su desembocadura en el mar, que se une al Sitio de Interés Científico de los Acantilados de Isorana, excluyendo su cabecera y parte alta, que está dentro de los límites del Parque Nacional del Teide, concretamente en la zona de Boca Tauce.



Camino cruzando el Barranquillo del Almácigo.

Casa del Almácigo.

Una vez hayamos salido de los límites del espacio protegido, llegaremos a una lomada rocosa con vistas inmejorables hacia la costa de Guía de Isora, donde destaca la silueta de la isla de La Gomera en toda su extensión. El sendero hay que intuirlo y va girando hacia la derecha encontrándonos unos pequeños tramos empedrados, justo al pasar al lado de las ruinas de una edificación de piedra oculta bajo la vegetación; luego cruza el Barranquillo del Almácigo, donde crece un frondoso Tabaibal Amargo (Euphorbia balsamifera) y después llegaremos a la Casa del Almácigo, una construcción rural abandonada y en estado ruinoso, ubicada en un lugar panorámico donde también, a escasos metros, hay una edificación de piedra con suelo empedrado utilizado en tiempos pasados, bien para guardar el grano, o para los distintos aperos de labranza. 

Casa del Almácigo.


El sendero sigue su curso por el Lomo del Barrero, atravesando el Barranquillo de Clemente por un tramo llano y muy pedregoso, enseguida veremos cómo se cruza un camino perpendicularmente a nuestra dirección; hacia la izquierda podremos visitar la Era de Clemente, distante de este cruce unos ciento cincuenta metros y regresar al camino principal de la ruta por otra senda que asciende bordeando el Barranquillo el Chochal, el cual cruzaremos un poco más adelante.


Era de Clemente.

Seguimos la marcha por un sendero más o menos claro, entre multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis) y algunos Pinos Canarios (Pinus canariensis) aislados, que va descendiendo suavemente y algo resbaladizo, cruzando más adelante unas viejas huertas de cultivo en la zona conocida como Los Llanos de Claca. Más tarde giramos bruscamente hacia la izquierda y después de haber rebasado unos Pinos Canarios (Pinus canariensis) que crecen junto al sendero, volvemos a girar, pero al lado contario, conectando con el camino que aparece delimitado por un viejo muro de piedra seca, que avanza con un desnivel moderado de descenso y con firme compuesto mayoritariamente de roca compacta, aunque tiene algunos pequeños tramos muy pedregosos. 




Llegando de nuevo a Vera de Erques.

Continuamos luego entre unas huertas de cultivo y enseguida encontramos un firme más pedregoso aún y algo incómodo de atravesar, que termina poco después en una pista asfaltada, en la Calle la Tuna. Por ella sigue nuestra ruta con vistas panorámicas hacia las medianías del municipio y a la costa, donde destaca la imagen inalterable de la isla de La Gomera en el horizonte; hay algunas casas rurales y huertas de cultivo, así como varias eras de trilla muy bien conservadas, dándole un aire rural al entorno. En pocos metros desembocamos en la Calle de la Parranda, la misma que tomamos al empezar la ruta, por lo tanto, sólo nos queda llegar de nuevo a la Plaza Gaspar Alonso Pérez, donde terminamos el recorrido.


© Texto y fotografías de Francisco Fariña
 
 

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