DESCRIPCIÓN
Vera de Erques es un caserío rural situado al borde del Barranco de Erques, en los altos del municipio de Guía de Isora; fue una zona puntera en lo que se refiere al cultivo del cereal ya que está ubicado cerca de varios manantiales naturales de agua, de ahí su importancia etnográfica, albergando gran cantidad de eras de trilla y algunos hornos dispersos por el entorno. También abundan las casas construidas en el siglo XVIII y XIX, al más puro estilo de la arquitectura popular canaria. En el centro del pueblo se encuentra la Plaza Gaspar Alonso Pérez, situada a modo de mirador panorámico, ya que desde allí puede observarse una bella imagen de toda la costa del municipio y de la isla de La Gomera en el horizonte marino; en el centro de la plaza está la Ermita de la Virgen del Carmen, de estilo contemporáneo y sencillo, rematada con un pequeño campanario y una cruz.
La calle continúa en ascenso y sin asfaltar, en pocos metros veremos como comienza por la derecha un sendero que se dirige al fondo del barranco, es el llamado Camino de la Calzada Grande; al principio tiene el firme con restos de empedrado, avanzando luego en línea recta y en suave descenso bajo el Morro Horno la Teja, entre Vinagreras (Rumex lunaria), Verodes (Kleinia neriifolia) y Piteras (Agave americana); presenta más adelante varios tramos muy pedregosos y otros con su pavimento de piedra bastante conservado, luego continúa por una zona donde crecen algunos Almendreros e Higueras, justo donde hay una vereda que se interna en el cauce donde se encuentran las instalaciones de la Galería de la Viña, que se componen de varias infraestructuras hechas de piedra en estado de abandono.
Llegamos al cauce del barranco, un terreno muy pedregoso rodeado de grandes paredes de roca basáltica donde hay gran cantidad de Vinagreras (Rumex lunaria), Escobones (Chamaecytisus proliferus) y algunos Taginastes (Echium virescens), a nuestra izquierda está la Cueva de la Corriente, una gran oquedad que, con toda seguridad, habrá sido refugio para pastores y otros viandantes que recorrían estos viejos caminos para comerciar con sus productos agrícolas.
Cruzamos el cauce y ascendemos unos metros por el camino que se dirige al Caserío de Tijoco Alto, que se encuentra muy pedregoso y casi oculto por la vegetación, enseguida lo abandonamos y giramos a la izquierda para internarnos por la vertiente norte del barranco por otra vereda que intuiremos bajo la abundante vegetación; se va abriendo paso y va tomando forma entre multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Tabaibas (Euprobia lamarckii) y Taginastes (Echium virescens), bajo el Lomo Carmona; luego, más adelante, vemos algunos restos de empedrado en su recorrido por la zona conocida como Riscos Caídos, una pared rocosa donde se ubica la Cueva de las Palomas, aunque mayoritariamente tiene su firme bastante pedregoso y conserva una pared de piedra seca que cimenta su trazado.
La abundante vegetación, donde podremos observar especies como la Tabaiba Majorera (Euphorbia antropurpurea), compartiendo espacio con gran cantidad de Escobones (Chamaecytisus proliferus), Tabaibas (Euprobia lamarckii), Inciensos (Artemisia thuscula), Magarzas (Argyranthemum frutescens) y un largo etcétera, impide en algunas ocasiones avanzar con cierta facilidad, aunque el camino sea evidente. Llega un momento en que tendremos que pisar el cauce propiamente dicho del barranco, donde repentinamente nos encontraremos con el Saltadero del Dornajito, un salto natural del barranco, que pertenece al R10 del Descenso del Barranco de Erques (Medio), en cuya base se encuentran dos fuentes separadas por una corta distancia, la Fuente del Dornajito y la Fuente del Tío Aristides, que tuvieron gran importancia en el pasado, para los habitantes, tanto del Caserío de Vera de Erques, como el de Tijoco, así como del municipio de Guía de Isora en general; están ambas estancadas dentro de unas estructuras de piedra que recogen el agua que mana naturalmente del risco, donde cuelgan gran cantidad de Culantrillos (Adiantum capillus-veneris); en el entorno y aprovechando la umbría y la humedad del lugar, pueden verse también bastantes ejemplares de Malfuradas (Hypericum grandifolium).
Para salvar este salto que nos hemos encontrado tendremos que remontarlo poniendo la máxima atención, aunque hay agarres para las manos y apoyos para los pies que no son muy complicados; sospechamos que había un posible paso que lo rodeaba por la izquierda, pero se ve muy complicado debido a la masa vegetal que lo ha sepultado.
Para continuar con la ruta, cruzamos el cauce del barranco y buscamos el inicio del sendero que nos sacará de él y que asciende entre unas rocas, bastante sinuoso, entre Tabaibas (Euprobia lamarckii) y Cerrajones Arbóreos (Sonchus canariensis); el camino está perfectamente visible y delimitado, transcurriendo entre gran cantidad de Verodes (Kleinia neriifolia), Matorriscos (Lavandula canariensis) y Jaguarzos (Cistus monspeliensis).
Llega un momento en que llegaremos a un promontorio rocoso anexo al trazado del recorrido, al cual nos podemos asomar, ya que tiene una pequeña repisa donde poder colocarnos y disfrutar de las magníficas panorámicas del entorno del profundo tajo del Barranco de Erques; de frente podemos ver el profundo corte del barranco que se extiende hacia el mar entre grandes paredes, el camino por el cual hemos venido y en el océano, parte de la isla de La Gomera. A la izquierda la vertiente sur del barranco que se alza abrupta hacia el Llano de Carmona, por donde discurre un sendero que se dirige hacia la zona de El Cedro y del Risco de Tonásaro; en esa ladera peñascosa se encuentran algunas especies vegetales como Sabinas (Juniperus canariensis) y Almácigos (Pistacia atlantica) y algunas especies rupícolas como Moralitos (Rhamnus integrifolia) y Turgaites (Senecio teneriffae). Más a la izquierda tendremos la visual del Picacho del Fraile, un curioso pitón rocoso que protagoniza el paisaje, ubicado en las inmediaciones y en lo alto del Saltadero del Fraile.
Continuamos el camino, que no para de ascender con fuerte pendiente y con firme muy pedregoso, que avanza zigzagueando entre Verodes (Kleinia neriifolia), Tabaibas (Euprobia lamarckii), Matorriscos (Lavandula canariensis) y algunas Vinagreras (Rumex lunaria), tomando cada vez más altura y teniendo una visual más panorámica del entorno. Llega un momento en que para de ascender y continúa progresando por un tramo más o menos recto y llano, que discurre algo expuesto y a la vez, protegido por una pared rocosa; luego desciende muy levemente y siempre bastante marcado y evidente, coronando más tarde la vertiente norte del barranco. Llega un momento en que pasaremos junto a una gran cueva que se sitúa junto al sendero, un lugar ideal para un descanso y para admirar las vistas panorámicas del entorno del barranco.
El Barranco de Erques está incluido en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Canarias y catalogado como Paisaje Protegido, es un espacio natural de unas 238 hectáreas cuya finalidad principal es preservar el paisaje de gran valor geomorfológico que alberga, en su estado natural; es uno de los cauces más largos de la isla, aunque el tramo a proteger comprende desde el Saltadero de El Fraile hasta su desembocadura en el mar, que se une al Sitio de Interés Científico de los Acantilados de Isorana, excluyendo su cabecera y parte alta, que está dentro de los límites del Parque Nacional del Teide, concretamente en la zona de Boca Tauce.
Seguimos la marcha por un sendero más o menos claro, entre multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis) y algunos Pinos Canarios (Pinus canariensis) aislados, que va descendiendo suavemente y algo resbaladizo, cruzando más adelante unas viejas huertas de cultivo en la zona conocida como Los Llanos de Claca. Más tarde giramos bruscamente hacia la izquierda y después de haber rebasado unos Pinos Canarios (Pinus canariensis) que crecen junto al sendero, volvemos a girar, pero al lado contario, conectando con el camino que aparece delimitado por un viejo muro de piedra seca, que avanza con un desnivel moderado de descenso y con firme compuesto mayoritariamente de roca compacta, aunque tiene algunos pequeños tramos muy pedregosos.
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