miércoles, 24 de marzo de 2021

ROQUE NEGRO - DEGOLLADA DE LAS HIJAS - ROQUE NEGRO (Regreso por Lomo Bicho)

ROQUE NEGRO - DEGOLLADA DE LAS HIJAS - ROQUE NEGRO
(Regreso por Lomo Bicho)

FICHA TÉCNICA:

TÉRMINO MUNICIPAL: Santa Cruz de Tenerife

COMO LLEGAR: Al Caserío de Roque Negro llegaremos desde Las Canteras por la carretera TF-12; entre los puntos kilométricos 18 y 19 hay una bifurcación con la carretera TF-136, la cual nos llevará directamente al punto de inicio.
COMIENZO: Caserío de Roque Negro.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Baja.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 7,8 Km.
PROVISIÓN DE AGUA: En los Lavaderos de Roque Negro hay agua para refrescarnos.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Caserío de Roque Negro y Ermita de Nuestra Señora de Fátima; 2.- Degollada de Las Hijas; 3.- Roque del Agua (941 m.); 4.- Sendero homologado PR-TF-2; 5.- Cabezo de la Carbonera (685 m.); 6.- Zona agrícola y mirador en La Porquera; 7.- Lavaderos y Galería de Roque Negro. 8.- Mirador en la Plaza de Roque Negro.
VENTAJAS: Sendero circular alrededor de uno de los caseríos más pintorescos del Macizo de Anaga.
INCONVENIENTES: Señalización escasa.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.



PUEDES SEGUIR ESTA RUTA EN WIKILOC


CARTOGRAFÍA

 
DESCRIPCIÓN

Iniciamos la ruta en la Plaza del Caserío de Roque Negro, bajo la imponente mirada del majestuoso Roque Negro, que se asienta en la cabecera del Valle de Afur. En dicho lugar se alza la Ermita de Nuestra Señora de Fátima, una bonita y bien cuidada Iglesia originaria del año 1950, que se segregó de la de Taganana en 1967.

Ermita Nuestra Señora de Fátima.

Inicio de la ruta.

Abandonamos la plaza por las escaleras de acceso y cruzamos la carretera TF-136 para luego conectar con un pasillo escalonado que asciende junto a una vivienda y que luego zigzaguea entre un muro de piedra seca, que da paso a una vereda ancha bordeada de un talud rocoso donde crecen multitud de Brezos (Erica arborea). El camino asciende suavemente hasta llegar a unas casas, desde donde tendremos unas bonitas panorámicas de Roque Negro (742 m.), característico por tener sus paredes de color oscuro, casi negro.


El recorrido gira bruscamente a la derecha y asciende con un poco más de desnivel avanzando entre el brezal; el firme es de tierra y en algunas ocasiones pisaremos unos escalones tallados en el suelo que facilitan bastante el paso. Luego llanea bordeando la pequeña zona agrícola La Trovisca y después camina junto a una vivienda por la senda que está delimitada por un murete de piedra. Más adelante pasaremos por el minúsculo Caserío de Lomo Perera, sólo formado por poco más de una decena de viviendas. 

Caserío Lomo Perera.

Al final, unos escalones nos hacen desembocar en un pasadizo cementado que termina a su vez en una pista también de cemento. Antes de tocar la pista, evitaremos una vereda a la derecha que se dirige a la carretera; una vez en ella, solo tendremos que cruzarla y conectar con otra senda estrecha con firme también de cemento que rodea una huerta y que avanza protegida por un talud rocoso donde crecen colgantes algunas Helecheras (Pteridium aquilinum) y gran cantidad de Góngaros o Pastel de Risco (Aeonium tabulaeforme) entre las piedras del risco.


Después de una subida por unos escalones, estaremos de nuevo en otra calle cementada la cual transitaremos hasta el final, atravesando algunas viviendas del Caserío del Lomo del Zarzal. Al final de la pista y junto a una casa, empieza un sendero estrecho que progresa en ascenso y luego continúa bastante sinuoso y con firme muy compacto; más adelante llanea pasando junto a un muro de piedra seca perteneciente a unas huertas de cultivo, hasta que lleguemos a un claro del monte desde donde podemos disfrutar de unas fantásticas vistas panorámicas del entorno montañoso más cercano, que es el Valle de Afur y también del Caserío de Taborno y su inseparable Roque de Taborno (706 m.), en el valle colindante. 



En este punto hay un cruce de caminos, de frente ignoramos uno que asciende escalonado y bastante empinado, que se dirige a Casas de la Cumbre y a la derecha continuaremos nuestra ruta cruzando por la Hoya Llano de Cho Pérez por una vereda estrecha y delimitada por un muro de piedra seca que se conserva fuerte y bien estructurado.
Continuamos mediante un sendero que discurre bajo la característica laurisilva del Macizo de Anaga, con pequeños remontes y algunas bajadas sin importancia, durante este recorrido podemos disfrutar y observar el frondoso Fayal - Brezal (Myrica faya y Erica arborea) acompañado de sotobosque formado de Helecheras (Pteridium aquilinum), Capitanas (Phyllis nobla), Follaos (Viburnum rigidum) y un largo etcétera. Recorreremos la base del Lomo el Cristo y la Hoya el Tosconillo; en alguna ocasión vemos como el camino está fuertemente cimentado sobre unos muros de piedra, incluso podremos observar las llamadas "sangraderas", una especie de canalización que cruza perpendicularmente el camino en los barranquillos menos profundos, hechos con el objetivo de desalojar las aguas de la lluvia y que no perjudiquen a la estructura del camino. 
 
 
 
Más adelante vemos otra pared pétrea que delimita el recorrido y al final de la misma tendremos que girar bruscamente a la izquierda, remontando unos escalones tallados y llegar a un amplio espacio carente de vegetación donde se halla una especie de refugio hecho de planchas de hierro o acero que están oxidadas y que ignoramos quien lo haya podido hacer y plantar en este lugar.
 
 
 
El recorrido avanza prácticamente llaneando, siempre con firme bastante compacto y cómodo de pisar, bajo un bosque bastante frondoso de laurisilva; por nuestra izquierda está siempre protegido por un talud rocoso, donde nacen y crecen multitud de Helecheras (Pteridium aquilinum), algunos Bejeques (Aenium ciliatum) y demás flora característica de Anaga; seguimos bordeando el Barranco Madre del Agua, un cauce poco profundo, donde se forma un pequeño claro en el bosque desde donde podremos divisar parte del Lomo de la Porquera, donde se alza un saliente rocoso rodeado de monte verde, que llama mucho la atención. El camino sigue su curso remontando suavemente, más adelante veremos una bifurcación a la izquierda, que ignoraremos, que asciende con fuerte desnivel hasta una edificación; de frente por el mismo sendero y en unos metros, llegaremos a conectar con el camino principal que sube desde el Caserío de Roque Negro, pasa por la Degollada de las Hijas y se dirige, tanto al Caserío de Catalanes, como al Pico del Inglés.
 
 
 
 
 
  
 Bifurcación con el camino del Pico del Inglés (dcha.).
 
En este punto tomaremos a la izquierda y empezamos a ascender por varios escalones de piedra; después continúa la subida sin parar mediante un recorrido muy sinuoso que se presenta con un firme, en algunas zonas escalonadas y en otras con pequeños vestigios de lo que fue un camino empedrado. En un momento determinado, el Fayal - Brezal (Myrica faya y Erica arborea) forma un claro en la frondosidad natural del monte, ofreciéndonos un espectáculo visual donde, a nuestra derecha podemos distinguir la cuerda montañosa donde se alza el Roque de la Cumbrecilla (642 m.), el Roque del Fraile (700 m.) y La Monja (703 m.), el Cabezo del Tablero (690 m.) y el Roque Páez (86 m.) y al lado contrario el Lomo de Taborno donde se alza el Roque Feles (766 m.), el Caserío de Taborno y el Roque de Taborno (706 m.).
 
  
 
 
Vistas panorámicas hacia el Roque de Taborno.
 
El sendero sigue su recorrido con un largo tramo con el firme casi en su totalidad escalonado, más adelante llanea un poco, incluso desciende muy suavemente, justo donde veremos lo restos de un murete de piedra que sirve para proteger el trazado de posibles derrumbamientos del talud colindante. Llega un momento en que se nos presenta una repentina subida con escalones tallados en la superficie del camino, que en poco más de 50 metros nos deja en la carretera de El Bailadero, la TF-12, justo en el cruce con la que se dirige al Caserío de Afur, la TF-136.
 
 

 
 Tramo del sendero escalonado.

 
 
Cruzamos la vía y nos encontraremos en la Degollada de Las Hijas, un mirador natural con vistas a dos valles diferenciados por la cuerda montañosa en la que nos encontramos; por un lado, el Roque de Taborno (706 m.) preside las preciosas vistas del valle de Afur y por el otro lado destaca, el Barranco de Valleseco con su desembocadura en el Barrio de Valleseco y su playa y la línea montañosa que lo bordea, con el Roque Marrubial y la Fortaleza (716 m.), destacando entre el resto. 
  
 Degollada de las Hijas.

Barranco de Valleseco.

Continuamos por un paso cementado protegido por un pasamano de hierro, que transcurre bajo una edificación que es un restaurante, al final hay dos caminos posibles; uno a la izquierda que desciende hacia el Caserío de la Galería y otro de frente, que es el que tendremos que tomar para continuar con nuestra ruta. Comienza un estrecho sendero con firme rocoso y frondoso sotobosque, donde crecen Bejeques (Aenium ciliatum), Capitanas (Phyllis nobla), Verodes (Kleinia neriifolia), Inciensos (Artemisia thuscula), Helecheras (Pteridium aquilinum), etc. y que sube y avanza bordeando el Cabezo Vueltas de las Zarzas (831 m.); más adelante veremos una tubería que recorre un buen tramo del camino y en un determinado momento pasaremos junto a una pequeña zona habitada, donde daremos un brusco giro a la derecha que asciende fuertemente hasta que encontremos unas huertas cultivadas; en este punto disfrutaremos de bonitas vistas del Barranco de Valleseco y sus laderas colindantes, así como de la cumbre del Roque del Agua (941 m.), que nos queda muy cerca.
 
  
 
 
 
 
A continuación, un muro rocoso natural define el paso, penetrando el sendero paulatinamente de nuevo en la espesura de la laurisilva, encontrándonos el camino más llano; seguidamente va progresando con una suave subida casi inapreciable donde los Helechos (Pteridium aquilinum) inundan los taludes humedecidos y cubiertos de musgo, que bordean el paso. 
 
 
 
 
 
 
Pasaremos luego junto a una torre de alta tensión y después un tramo llano termina que en poco tiempo termina en una bajada estrecha y escalonada que desemboca en una pista asfaltada. Seguimos el curso de la misma hacia la izquierda, hasta que encontremos una valla de hierro que impide el paso de vehículos, giramos a la izquierda abandonando la pista y remontando un tramo que nos deja en un nivel superior a dicha vía; en unos metros hay una trepada muy empinada donde hay una cuerda para poder impulsarnos y avanzar con cierta facilidad; también hay una vieja soga que evidencia el paso. 
 
 
Pista asfaltada.
 
 
 Remontada por una cuerda fija (dcha.).
 
Después de la corta, pero intensa remontada, nos encontramos de nuevo una vereda estrecha con un tramo escalonado que asciende hacia el Lomo de los Catalanes y nos deja en un punto estratégico donde podemos observar otra vez la imagen panorámica del cauce del Barranco de Valleseco y más a la izquierda la cumbre rocosa del Roque del Agua (941 m.), pudiendo también vislumbrar a lo lejos el Roque del Fraile (700 m.) y La Monja (703 m.) y más lejano aún el Roque Chinobre (910 m.), que se encuentra dentro de la Reserva Natural Integral del Pijaral.
 
 
Roque Taborno (izq.) y Roque del Agua (dcha.).
 
 
 Señalización del PR-TF-2.

Continuamos la marcha en suave ascenso por el sendero que se presenta con firme pedregoso, con la imagen a nuestras espaldas del Roque del Agua (941 m.), enseguida conectamos con el sendero homologado PR-TF-2 que conecta el Caserío de Taborno con el Barrio de Valleseco, pasando por el Pico del Inglés. A la derecha iremos por el mismo unos doscientos metros hasta encontrar una bifurcación donde hay un poste con una señal del PR que indica la dirección a seguir hacia el Pico del Inglés; nosotros giramos a la derecha por otro camino que desciende entre grandes ejemplares de Helechos (Pteridium aquilinum), que crecen bajo un pasillo arbóreo cuyas gruesas ramas protegen el paso a modo de techumbre. 
 
  
 
 
 
 
 Panorámicas hacia el Valle de Afur.
 
En unos pocos metros, unos escalones de madera nos hacen desembocar de nuevo en la pista asfaltada que dejamos atrás anteriormente; cruzándola nos encontramos una bajada empinada y algo resbaladiza que discurre por un camino bastante ancho con vistas al Valle de Afur, más adelante se convierte en un sendero escalonado que rodea una vivienda y que termina en la pista de acceso a la misma, que empieza en la carretera TF-12. Tendremos que caminar unos cien metros por la vía asfaltada para iniciar de nuevo nuestro recorrido por un sendero que empieza junto a una vivienda, la Casa Pastora, que está situada en la cabecera de la Hoya de las Rosas, donde comienza el Lomo Bicho. 
 
 
Unos escalones que bajan tallados en el firme nos da paso inmediatamente a un sendero ancho que discurre por la cumbre de dicho lomo, que discurre entre el Barranco de Sabugo por un lado, y el de La Porquera por el otro; enseguida la vegetación se abre al paisaje dejándonos ver unas estupendas vistas de Roque Negro (742 m.) y de todo el entorno natural que lo rodea; luego, la frondosidad de la laurisilva vuelve a envolver el camino que desciende suavemente sin parar mediante un firme bastante compacto, con algunos tramos escalonados y que en pocos minutos desemboca en una pista forestal de tierra. 
 
 
 
Iremos a la derecha hasta encontrar como un camino se desvía de la misma y se interna en la frondosidad del bosque; continúa descendiendo muy marcado y evidente hasta encontrarnos de nuevo la misma pista forestal, a la cual llegaremos por unos escalones de madera; la cruzamos de nuevo y progresamos siempre bajando suavemente, el camino discurre bastante sinuoso, con firme rocoso, muy compacto y en muchas ocasiones con escalones tallados en el terreno; en un momento determinado vemos una bifurcación a la derecha que termina a los pocos metros en una pequeña edificación adosada a unas huertas y enseguida llegaremos al Cabezo de la Carbonera (685 m.), un promontorio rocoso de obligada visita y descanso para regocijarnos del panorama que rodea el entorno; a un lado el cauce del Barranco de Sabugo que transcurre bajo el Lomo de Taborno y que concluye en el imponente Roque de Taborno (706 m.); más cercano el Lomo de los Carreteros. 
 

De frente, el final de Lomo Bicho, donde comienza el Lomo de los Codesos y al otro lado el cauce del Barranco de la Porquera bajo Roque Negro (742 m.) y la cuerda montañosa que cierra el Valle de Afur por el sur, donde destaca el Roque Páez (586 m.) y el Cabezo del Tablero (689 m.).
 
  Roque Negro.

Nuestra ruta continúa circundando la base del Cabezo de la Carbonera (685 m.) y bordeando el cauce del Barranco de la Porquera y sigue en continuo descenso por el camino que es muy evidente y que avanza con firme rocoso, donde hay algunos tramos que conservan su empedrado original; las vistas del Roque Negro (742 m.) con su inseparable caserío al otro lado del cauce son bastante sugerentes en cuanto a la inmensidad del entorno natural que nos rodea. 
 
  
 Tramo del camino empedrado.

  
 
En poco tiempo llegaremos a la base de un cerro que da inicio al Lomo de los Codesos, que se precipita hacia el cauce del Barranco de la Porquera; en su base hay una vivienda y un pasillo cementado de acceso a la misma. El recorrido gira bruscamente a la derecha, después de haber destrepado unos escalones tallados en el terreno y progresa algo pedregoso cerca de otra morada, que alberga en un patio exterior un hermoso ejemplar de Drago (Dracaena draco); a partir de aquí el sendero sigue su suave descenso, entre algunos muros de piedra seca que pertenecen a las huertas colindantes, por una de las vertientes del barranco. 
 
  
 Lomo de los Codesos.
 
Roque Negro.
 
  
 Drago (Dracaena draco), dcha.
 
Más adelante discurre horadado en la tosca rojiza, avanzando muy sinuoso por numerosos escalones y alguno tramos muy degradados y resbaladizos, haciéndonos llegar al lugar conocido como La Porquera, una zona agrícola donde abundan las huertas de cultivo y alguna casa-cueva utilizada antiguamente como "cuarto de aperos". 
 
 
 
  
 
  
 
Otro trecho en forma de escalera que además está protegido por un pasamano de hierro, desemboca en el exterior de un pequeño grupo de viviendas y poco después en una vía de cemento; por esta última seguiremos cruzando el cauce del barranco y alejándonos de la misma tendremos que desviarnos a la derecha para empezar a subir por una pendiente cementada que poco después se convierte en una vereda y que termina de nuevo en otra pista, esta vez, asfaltada.
 
 
 
 
 
Esta calle discurre entre algunas viviendas dispersas por los alrededores y termina en un mirador estratégicamente situado sobre una loma que se alza sobre el cauce del Barranco de la Porquera; antes de esta atalaya y junto a un Drago (Dracaena draco), hay un sendero estrecho que desciende con fuerte desnivel y con algunos tramos bastante erosionados, que desemboca unos doscientos cincuenta metros después, en el cauce del Barranco del Agua. 
 
Lavaderos de Roque Negro.
 
Remontando por unos escalones para salir del cauce, llegaremos a una pista pavimentada justo al lado de los Lavaderos de Roque Negro y cerca de la bocamina de la Galería Roque Negro; unas infraestructuras etnográficas arraigadas al pueblo, ya que la galería dio trabajo a sus habitantes y alrededor de los lavaderos se generaba la vida social de antaño; el lugar está bien conservado y cuidado, así que nos estaremos aquí un buen rato para disfrutar del entorno.
 
 
 
Justo en frente de los lavaderos y al otro lado de la pista, empieza un sendero bastante estrecho que asciende suavemente por una de las vertientes del Barranco de la Porquera, dejando a un nivel inferior la pista, que se dirige con bastante comodidad, hacia el Caserío de Roque Negro; hay algunos tramos con escalones tallados en el terreno y luego unas escaleras de cemento ascienden con bastante pendiente zigzagueando entre las viviendas del caserío, llegando en unos minutos a la plaza donde iniciamos la ruta. 
 
 
 Panel informativo en la plaza de Roque Negro (izq.).

En este punto hay un mirador natural hacia el Valle de Afur y un panel informativo que nos enseña las particularidades geológicas del entorno; a la vista tendremos las dos cuerdas montañosas que cierran dicho valle, donde se alzan algunos de los roques más notables y nombrados del Macizo de Anaga. Con ello damos por finalizado el recorrido.


Texto y fotografías de Francisco Fariña


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