viernes, 26 de enero de 2024

EL BUENO - CRUZ DE IFONSE - EL BUENO (Regreso por la Fuente del Helecho)

EL BUENO - CRUZ DE IFONSE - EL BUENO
(Regreso por la Fuente del Helecho)
 
 
FICHA TÉCNICA

TÉRMINO MUNICIPAL: Arico.
COMO LLEGAR: En el kilometro 50,9 de la carretera TF-28 se encuentra el cruce con la carretera TF-534 que nos llevará directamente al núcleo poblacional de El Bueno.  
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Baja.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 7,6 km.
PROVISIÓN DE AGUA: No.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Plaza de San Pancracio, 2.- Atarjea de tosca, era y horno junto a la pista; 3.- Pino del Morro del Buey; 4.- Algibe y refugio excavado en la tosca; 5.- Decantador de agua y Horno Mister Villa; 6.- Cruz de Igonse; 7.- Fuente del Helecho; 8.- Aula de la Naturaleza Finca el Helecho.
VENTAJAS: Recorrido muy solitario por las medianías del municipio de Arico.
INCONVENIENTES: Ninguno digno de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
 

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CARTOGRAFÍA
 

DESCRIPCIÓN
 
Iniciamos la ruta en la Plaza de San Pancracio, donde hay un área recreativa y anexa a la misma se encuentra la Ermita de San Pancracio, un templo muy sencillo en el cual destaca sus ornamentos de piedra de cantería chasnera y bloques de tosca blanca, rematada en una doble espadaña donde se ubican las campanas. Desde este mismo lugar podemos disfrutar de unas vistas panorámicas de la plataforma costera del municipio de Arico y una parte del de Fasnia, donde destaca notablemente la Montaña de Fasnia (404 m.), que alberga en su cima una pequeña Ermita; al otro lado, en primer plano, podemos observar el cauce del Barranco Madre del Agua, que se extiende bajo el Risco Mermejo y la costa turística de El Poris; más al sur, se eleva la Montaña Centinela (267 m.), catalogada Monumento Natural, un cono volcánico que alberga un entorno de unas 132 hectáreas, donde crece un Cardonal – Tabaibal digno de ser protegido.
 
Ermita de San Pancracio.
 
 
Empezamos a caminar por la pista de acceso al caserío, que asciende con fuerte pendiente entre algunas huertas de cultivo; la vía discurre por el Lomo Márquez, una lomada elevada que se extiende entre dos barrancos aledaños. Junto a la pista hay una atarjea de tosca que la bordea en su totalidad, al igual que una era de trilla y un horno, también de tosca, este último ubicado en unas huertas de propiedad privada, en una lomada adyacente. 
 
 Era y horno de tosca.

Atarjea de tosca junto al camino.
 
Giramos a la derecha en la primera bifurcación que encontremos y, evitando la pista de tierra, tomamos el camino original que asciende bastante erosionado y oculto por la vegetación, bordeando los muros de piedra seca de unas huertas, terminando poco después en otra pista que discurre por el Lomo Horno del Buey. Continuamos la ruta ascendiendo por dicha pista, donde se encuentra un enorme y frondoso ejemplar de Pino Canario (Pinus canariensis), el llamado Pino del Morro del Buey; a nuestra derecha, una valla que impide el paso delimita una extensa propiedad privada que incluye en su interior parte del Barranco del Madroño, donde está la Galería Fuente del Obispo y las Casas de Chajaña, las cuales divisamos en la zona denominada Chajaña.
 
 Pino del Morro del Buey (dcha.).

 
 
La pista de tierra continúa con su ascenso y unos metros más adelante gira a la izquierda bordeando la cabecera del Barranquillo de Los Cedros, donde se ubica la Fuente de los Cedros; luego avanza llaneando junto a un muro de piedra seca perteneciente a una huerta de cultivo y después vuelve a ascender con fuerte desnivel por un lomo que bordea el Barranquillo de la Canal Verde, donde encontramos algunos hitos etnográficos como un viejo aljibe, canalizaciones para el agua talladas en el terreno y una pequeña vivienda o refugio, excavado en la tosca, cerrado con un muro de piedra seca y puerta de madera, actualmente en desuso y estado ruinoso.
 
 
 
Casa-cueva excavada en la tosca.
 
Unos metros más adelante, el Canal de Aguas del Sur se cruza perpendicularmente con nuestro camino, justo donde se encuentra el Horno Mister Villa, el hito más importante a tener en cuenta en esta ruta que hacemos; se trata de una infraestructura de forma circular y una altura considerable, datado en los años cuarenta del siglo pasado y construido junto a un decantador de agua que recibe el líquido elemento de varias galerías del entorno. Según un estudio hecho en el año 2020, estas dos construcciones están relacionadas entre sí; el decantador está hecho de tal manera que permite la ralentización de la velocidad del agua al llegar a él, favoreciendo la precipitación al fondo de la gran cantidad de carbonato cálcico que contiene la misma; esa era la materia prima con la que alimentar al horno para obtener la cal, elemento esencial para la construcción y para la utilización agrícola, como la impermeabilización de aljibes y atarjeas, como bien se muestra en algunos elementos del entorno más próximo.
 
 Horno Mister Villa (dcha.).

Canal de aguas del sur (izq.) y decantador de agua (dcha.).
 
Continuamos por la pista, cruzando el canal de alimentación del decantador, ascendiendo con fuerte pendiente por la zona conocida como El Repecho, bajo un pinar escaso, pero con grandes ejemplares que dan algo de sombra en días más calurosos; unos quinientos metros después pasamos junto a un registro hidráulico que sirve de enlace entre dos canales y luego avanzamos bordeando otra canalización, donde el desnivel es algo más suave. Luego, la pendiente se agudiza discurriendo por una loma entre el Barranco de La Sorpresa y el Barranco del Picacho, por donde la pista dibuja varios zigzags antes de llegar a la Cruz de Igonse, donde hay una bifurcación hacia la derecha que es una pista de acceso a la Galería de La Sorpresa. 
 
 La ruta sigue en ascenso por pista la forestal.
 
Acceso a la Galería de La Sorpresa (izq.).
 
Desde este punto tenemos unas vistas privilegiadas, pudiendo observar buena parte de la masa boscosa del Parque Natural de la Corona Forestal, que se extiende más allá de la Degollada Blanca, por donde discurre el profundo cauce del Barranco del Sauce; más a la derecha el Lomo Martiño acoge el cauce del Barranco de Martiño y del Barranco de La Florida y al fondo vuelve a resurgir la silueta de la Montaña de Fasnia (404 m.), en el municipio colindante.
 
 
 Cruzando el Barranco del Picacho.
 
A partir de aquí tendremos que desandar el camino por la pista, esta vez en descenso, unos setecientos metros, hasta intuir un desvío a la derecha que cruza una canalización y que se dirige hacia el borde del Barranco del Picacho. Es una verdea sin definir que se abre paso entre la vegetación, compuesta de Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Escobones (Chamaecytisus proliferus) y Maplicas (Carlina salicifolia) y que cruza el cauce del barranco, para luego ascender por la vertiente contraria bajo unos Pinos Canarios (Pinus canariensis), mediante un remonte estrecho y resbaladizo que avanza entre unas rocas, desembocando poco después en una vieja pista forestal que, por nuestra derecha y en ascenso, se dirige hacia el Lomo de Higueras Blancas. 
 
 
 
 
Nuestra ruta continúa en la dirección contraria, bajando por la pista algo indefinida, de camino a la Morra Ramos, un lomo que bordea el Barranco el Helecho donde se ubica una edificación en estado ruinoso. Cruzamos luego, por las inmediaciones de unas huertas de cultivo, y nos dijimos hacia el pinar que nos queda justo enfrente de nuestra situación; allí nos encontraremos otra pista forestal que ignoraremos, para internarnos en el bosque donde tendremos que buscar el trazado de un sendero, que muy confuso e indeterminado, desciende suavemente bordeando el Barranco el Helecho. 
 
 
 
 
La senda va tomando forma paulatinamente trazando un recorrido más claro a la vez que descendemos por el mismo, llegando más adelante a la altura de un canal de agua, donde tendremos que girar hacia la derecha y remontar unos metros para luego hacer el descenso hacia el cauce del Barranco el Helecho; para ello, el sendero desciende en línea recta, estrecho y algo resbaladizo, que gira más adelante completamente hacia la izquierda y continúa descendiendo suavemente bordeando el cauce y desembocando poco después en el mismo y justo en el lugar donde se encuentra la Fuente del Helecho, ubicada bajo una oquedad rocosa bajo el Risco del Helecho. 
 
 Sendero hacia el cauce del Barranco del Helecho.

 
 Risco y Fuente del Helecho.
 
Desde la fuente parte una canalización que avanza bajo el risco y junto a la misma hay un sendero que la acompaña; iremos llaneando por el hasta que veamos una bifurcación que se desvía por nuestra izquierda y baja con fuerte pendiente hacia el cauce del barranco, donde hay un sifón hidráulico que cruza el cauce. 
 
 
Cruzando de nuevo el Barranco del Helecho.
 
Ascendemos luego por la vertiente contraria mediante una vereda estrecha y no muy marcada, que desemboca en un lomo que se eleva entre el Barranco del Helecho y el Barranco Huerta del Medio; seguimos la marcha hacia la derecha, descendiendo suavemente por dicha lomada entre gran cantidad de Jaguarzos (Cistus monspeliensis), que forman un frondoso sotobosque del pinar de Pino Canario (Pinus canariensis) que rodea nuestro camino. 
 
 
 Canal de aguas del Sur (dcha.).
 
El sendero muchas veces se intuye en ocasionales zonas rocosas y otras está perfectamente marcado por el paso de otros caminantes; de todas las maneras, el trayecto avanza en descenso y nos ofrece algunas panorámicas del entorno y de la zona costera del municipio, cuando la masa arbórea así lo permite. Llega un momento en que nos topamos con el Canal de Aguas del Sur, que se conecta con el Depósito El Bueno, el cual vislumbramos en el lomo colindante que nos queda a nuestra derecha.
 
 
 
A partir de este punto, el camino se hace más evidente bajando algo más sinuoso y con su firme más pedregoso, por el Lomo Iyonse, pasando en un momento determinado junto a una torre de alta tensión y bajo el cableado que soporta la misma; desde este punto, el paisaje se abre a nuestros ojos ya que la masa forestal es más escasa, teniendo a la vista algunos grupos de viviendas dispersas, que pertenecen al núcleo poblacional de El Bueno, ubicadas en el Lomo el Ratón; más al fondo vemos la plataforma costera perteneciente a los municipios de Arico y Granadilla.


 
Continuamos el descenso, ya con el sendero muy evidente y marcado en el terreno, hasta encontrarnos con un registro hidráulico y un canal; desde las inmediaciones podemos ver las instalaciones del Aula de la Naturaleza Finca el Helecho, un lugar situado en el cauce del Barranco del Helecho, formado por varias casas cueva a modo de alojamiento, destinadas a colectivos cuyo propósito sea la educación ambiental. Dichas instalaciones albergan también varios recintos, donde hay alojadas una amplia representación de algunas razas ganaderas autóctonas, como por ejemplo el “Cochino Negro Canario”, además de muchas otras. 


Carretera de acceso a El Bueno.

Seguimos el sendero que se nos presenta con un firme empedrado, aunque tiene algunos tramos erosionados, que discurre algo expuesto al barranco y termina poco después en la carretera de acceso al Caserío de El Bueno; caminamos por la vía unos ciento cincuenta metros, hasta que veamos una pista de tierra que empieza por la izquierda, es el Camino Lomo Grande, que desciende por varias lomadas de las medianías. 

Caserío de El Bueno.

Sendero cruzando el Barranco Madre del Agua.

Caminamos unos metros por ella y enseguida la abandonamos hacia la izquierda, para tomar una vereda que desciende con firme cementado y en algunas ocasiones escalonado, hacia el cauce del Barranco Madre del Agua; el sendero tiene una valla de metal que protege el paso en los lugares más expuestos. 


Panorámicas hacia la costa de Arico.

Plaza y Ermita de San Pancracio.

Una vez en el cauce, lo cruzamos e iniciamos el ascenso con moderada pendiente, por la vertiente contraria, que zigzaguea con firme pedregoso, además de tener algunos tramos ocasionales con escalones de cemento, terminando poco después en una explanada situada en lo alto de un lomo donde las vistas del entorno son espectaculares; después remontaremos unos metros para acabar en la Plaza de San Pancracio, donde iniciamos la ruta y donde la culminaremos.

 

© Texto y fotografías de Francisco Fariña