martes, 30 de octubre de 2012

EL BAILADERO – TAGANANA – ROQUE DE LAS BODEGAS (Por el PR-TF-4)


EL BAILADERO – TAGANANA – ROQUE 
DE LAS BODEGAS
(Por el PR-TF-4)

Roque de las Ánimas y Roque de En Medio
 FICHA DE LA RUTA

TÉRMINO MUNICIPAL: Santa Cruz de Tenerife.
COMO LLEGAR: Al punto de partida se llega por la carretera TF-134 que comienza en un cruce entre los kilómetros 9 y 10 de la TF-12 y que está distanciado de dicha confluencia unos quinientos metros.
COMIENZO: El Bailadero.
FINAL: Playa del Roque de las Bodegas.
DIFICULTAD: Baja hasta Taganana. Alta a partir de La Crucita, en el Camino Bajo el Roque se complica el recorrido porque tiene muchos pasos expuestos, resbaladizos y estrechos, con riesgo de desprendimientos y caída.
DURACIÓN: 4 horas.
LONGITUD: 7,5 Km.
PROVISIÓN DE AGUA: En Taganana y en la playa del Roque de las Bodegas hay varios bares y restaurantes.
LUGARES DE INTERÉS: Sendero señalizado como PR-TF-4, hasta Taganana; El Bailadero; Roque del Valle (586 m.); Mirador de Amogoje; Caserío Fajaneta; Caserío Azanos; Camino Lomo los Lirios; Plaza e Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves; Fuente la Pianola; Ermita de Santa Catalina; Empedrado en Casas del Camino; Camino Bajo el Roque; Roque de las Ánimas; Playa Roque de las Bodegas.
VENTAJAS: Vistas panorámicas del valle donde está situado el pueblo de Taganana, en la práctica totalidad del recorrido. El Camino Bajo el Roque tiene vistas panorámicas de la costa y Roques de Anaga. Conexión con el PR-TF-8, PR-TF-4.1 y PR-TF-6.2.
INCONVENIENTES: Continuo descenso. Hay un tramo muy expuesto y peligroso después de La Crucita, en el Camino Bajo el Roque.
PELIGROSIDAD: Baja hasta Taganana. Alta a partir de La Crucita, en el Camino Bajo el Roque.
TIPO DE RUTA: Senderismo.

PUEDES SEGUIR ESTA RUTA EN WIKILOC



CARTOGRAFÍA



DESCRIPCIÓN

Inicio junto a la carretera TF-134.
Entre los puntos kilométricos 9 y 10 de la carretera TF-12, se encuentra una bifurcación con la carretera TF-134 que va hacia Taganana; a unos quinientos metros de dicho cruce hay un túnel por donde discurre dicha carretera, y antes del mismo hay un espacio de recreo, denominado Rosa Sosa, que está provisto de mesas y asientos, donde daremos comienzo la ruta. Frente a este lugar y cruzando la carretera, se inicia un sendero junto a una señal de madera que indica “El Bailadero”; asciende por unos escalones tallados y sigue en zigzag con largos tramos y con firme algo terroso, bajo grandes ejemplares de Hayas (Myrica faya), Brezos (Erica arborea), algunos Acebiños (Ilex canariensis) y con sotobosque característico de la laurisilva como las Bicacareras (Canarina canariensis). En unos cinco minutos encontraremos un cruce de caminos, donde tendremos que desviarnos a la derecha por firme compacto a la vez que muy erosionado; continuaremos en suave ascenso entre multitud de Helecheras (Pteridium aquilinum), Cerrajones (Sonchus acaulis), Capitanas (Phyllis nobla) y bajo un frondoso bosque de laurisilva; mas adelante el firme se compone de multitud de escalones tallados en el suelo que zigzaguean suavemente y el trayecto se presenta con una superficie muy desgastada por el uso, dejando al descubierto muchas de las raíces de los árboles que bordean el camino.

Primeros tramos ...

.. hacia El Bailadero.

Después de ignorar por la izquierda un atajo hacia la carretera, nos encontraremos con un alto muro de cemento que delimita el trayecto, seguiremos junto a este y enseguida llegaremos a un claro junto a unas huertas de cultivo donde hay una especie de pista de acceso; aunque parezca que estamos en propiedad privada, no es el caso, ya que hay una pequeña rampa en forma de senda que termina en El Bailadero, un espacio donde hay un pequeño llano de tierra junto a la carretera TF-123, que hacia la derecha, se dirige hacia el Caserío de Lomo de las Bodegas y al de Chamorga.


En esta explanada hay un panel explicativo con información de los senderos del Macizo de Anaga y en las inmediaciones hay una edificación de aspecto descuidado que desluce un poco el paisaje. Veremos una señal del PR-TF-4 junto a la vía, que nos obliga a adentrarnos por La Fuentecilla, mediante una vereda algo estrecha que se amplía a medida que vamos discurriendo por ella; continúa descendiendo con firme empedrado y entre grandes ejemplares de Helechos (Pteridium aquilinum), donde también podremos ver Capitanas (Phyllis nobla), Bicacareras (Canarina canariensis), Cerrajones (Sonchus acaulis) y un precioso y denso Fayal – Brezal (Myrica faya y Erica arborea).

Bajada por La Fuentecilla.


Empedrado entre Helechos.

Mas adelante y sin parar de bajar en continuos zigzagueos, veremos una zona donde nos llamará la atención algunos diques rocosos que se alzan sobre las paredes colindantes y curiosamente una de ellas la veremos permanentemente cubierta de un liquen que le da un color verde muy interesante, todo ello debido a la persistente humedad de la laurisilva que rodea este camino.

Taganana entre montañas.

Cuando la masa boscosa lo permite, podremos empezar a disfrutar de las amplias panorámicas que nos ofrece el valle que alberga el pintoresco pueblo de Taganana y sus caseríos, al igual que las montañas que lo rodean, como el Roque Marrubial (487 m.) y el Roque Tagoro (512 m.), ambos en la misma cresta montañosa que se eleva sobre el Barranco de Afur y continua hasta el Cabezo de los Guanches (529 m.), y mas alejado puede divisarse también el imponente Roque Taborno (706 m.).



Escalones tallados.


Luego sigue un poco más estrecho y sin pavimento de piedra, para poco después pisar sobre firme cubierto de hojarasca; un poco mas tarde otro claro en el monte, nos ofrece la vista de la salida del túnel de la carretera y su discurrir sinuoso hacia Taganana y al mismo tiempo el sendero se expone bastante al precipicio, teniendo que tener un poco de cuidado.


Unos escalones horadados en el firme dan paso a un tramo llano protegido por una pared lateral, donde podremos ver un enrejado de malla metálica que resguardan unas rocas desprendidas y evitan que caigan a la carretera. Antes de acometer de nuevo una sinuosa bajada, encontraremos un alto rocoso, rodeado de Inciensos (Artemisia thuscula), Bejeques de Anaga (Aeonium ciliatum), Pasteles de Risco (Aeonium canariense) y algunas Retamas (Teline canariensis), que se desvía del sendero principal y desde donde vale la pena recrearse con las fantásticas panorámicas del valle y del imponente Roque del Valle (586 m.), que se alza desnudo de vegetación vigilando tan majestuoso paisaje, desde aquí podemos ver también la costa del Roque de las Bodegas y de los Roques de Anaga.


Roque del Valle.


Continúa luego descendiendo por La Quebrada en fuerte pendiente y por firme algo resbaladizo, donde podremos pisar ocasionalmente en algunos restos del empedrado; mas adelante la erosión del uso ha hecho que el camino se hunda bastante en el terreno y que discurra bastante terroso, aunque suficientemente ancho y cómodo de salvar. Luego, algunos escalones de piedra que protegen de mas erosión, pasan junto a una pared rocosa donde cuelgan numerosas Zarzas (Rubus bollei), y entre Helechos (Pteridium aquilinum) bordeando el sendero y un pequeño murete de piedra seca, llegaremos a una degollada con buenas vistas, quedando a nuestras espaldas la impresionante y majestuosa vista del Roque del Valle. El camino sigue su curso en línea recta y en esta ocasión muy resbaladizo, discurriendo mas estrecho y junto a un talud rocoso paralelo a la carretera y a un nivel superior de esta, hasta que desemboquemos en ella por una rampa muy empinada y protegida por un pasamano. 




Roque de Taborno.

Una vez en la carretera, evitaremos por un momento seguir hacia la izquierda por donde nos indica la señalización del PR, y nos acercaremos al Mirador de Amogoje, distante unos ciento cincuenta metros y situado junto a dicha vía; es un pequeño espacio que merece la pena disfrutar ya que desde aquí se observa el valle que se extiende sobre Almáciga y los barrancos y cumbres que se elevan sobre el mismo, como el mítico Roque Anambro (862 m.), el Roque Chinobre (905 m.) y mas cercano, el Roque de Anjúa (636 m.), este último sobre el Barranco del Campanario; un poco mas adelante y bajo el Roque de Amogoje (458 m.) hay unas edificaciones ruinosas que dirigen el paso del PR-TF-4.1 que va hacia Almáciga.

Mirador de Amogoje hacia los Roque de Anaga.

De vuelta al PR-TF-4, nos desviaremos de la carretera por un camino estrecho y muy degradado, bajo el Cabezo Montillo (475 m.), discurre bordeado de continuos derrumbes de las resbaladeras colindantes; un poco mas adelante es más cómodo y muy compacto, con vistas a nuestras espaldas del Roque Amogoje (458 m.), que curiosamente tiene forma de cabeza de león.


Roque de Amogoje.

Continúa después entre algunos Pencones (Opuntia maxima) muy pedregoso, terminando enseguida por medio de unos escalones, de nuevo en la carretera; caminaremos unos metros por la misma y a la derecha se interna el sendero entre Inciensos (Artemisia thuscula), Vinagreras (Rumex lunaria) y Pasteles de Risco (Aeonium canariense) por una zona horadada en la roca, para ir descendiendo paulatinamente por una loma donde crecen multitud de Tabaibas (Euphorbia lamarckii), Inciensos (Artemisia thuscula) y algunas Piteras (Agave americana); las vertientes colindantes están plagadas de Brezos (Erica arborea) y esporádicas Palmeras Canarias (Phoenix canariensis).


Vistas de Taganana.

Transcurre el camino paralelo a la carretera y algo sinuoso, recreándonos a la vez con las vistas espectaculares del Roque de en Medio (453 m.) y la Degollada de los Roques, haciéndose notar también la cumbre del Roque de la Ánimas (373 m.), todos ellos dispuestos majestuosamente sobre el pueblo de Taganana. Prontamente, una resbaladeras sinuosas dan paso a una zona rocosa algo resbaladiza, que nos dejan de nuevo en la carretera, donde crece un gran ejemplar de Verode (Kleinia neriifolia) junto a algunas Vinagreras (Rumex lunaria); justo al otro lado de la vía sigue descendiendo el camino por firme muy degradado que va en dirección al Caserío de Fajanetas, fluye muy resbaloso y desigual y con incesantes zigzags, termina con dos escalones, otra vez en la carretera.

Roque de En Medio y Roque de las Ánimas.

Caminaremos por ella unos doscientos cincuenta metros, hasta llegar a un desvío a la izquierda que se adentra por la Calle los Cubanos dentro del Caserío de Azanos; el recorrido por esta calle asfaltada comprende una distancia de unos cuatrocientos cincuenta metros hasta llegar a la confluencia con el Camino Lomo los Lirios, que desciende hacia la derecha con firme empedrado, realizando un recorrido urbano por este último, entre algunas casas antiguas y otras muy pintorescas; mas adelante zigzaguea entre grandes ejemplares de Palmeras Canarias (Phoenix canariensis) y luego discurre en línea recta bajo una antigua casa medio ruinosa donde crecen dos ejemplares majestuosos de Drago Canario (Dracaena draco), cuya presencia no pasará desapercibida.

Camino Lomo los Lirios.

Ejemplar de Drago Canario (i).

Desemboca luego este camino en la trasera de la Iglesia Nuestra Señora de las Nieves y buscaremos luego por un lateral, la puerta principal de dicha Iglesia, donde nos encontraremos con la Fuente de la Pianola, junto a ella está la señalización correspondiente a la conexión con el PR-TF-8 que se dirige, o bien hacia la Casa Forestal por el Camino de las Vueltas, o hacia la Playa de Tamadiste y luego al Caserío de Afur. La plaza es un magnífico lugar para descansar bajo sus enormes Laureles de Indias, después de haber visitado el centro urbano del pueblo y la preciosa Iglesia datada en el siglo XVI, al igual que la cercana Ermita de Santa Catalina, un minúsculo edificio histórico del siglo XVII.

Casco urbano de Taganana.

Plaza Ntra. Sra. de las Nieves.
Siguiendo con nuestra ruta y abandonando el PR-TF-4 que hemos terminado aquí, nos dirigiremos por la Calle la Cuestilla haciendo una travesía urbana entre pintorescas viviendas, iremos en suave descenso por firme empedrado y bordeando el Barranco del Incensial, deleitándonos con las vistas que tendremos a nuestras espaldas de la cuerda montañosa que comprende el valle donde se asienta Taganana, donde destaca visualmente los roques de El Fraile y La Monja y el Cabezo el Tablero (689 m.), entre muchas otras cumbres. Mas adelante comienza la Calle Casas del Camino, que continúa empedrada hasta El Cabezo, donde nos encontraremos con la Calle el Cardonal, que hacia la derecha discurre asfaltada cruzando el Barranco la Cuesta y terminando en la carretera TF-134, la cual se dirige a Roque de las Bodegas y Benijo; desde este cruce se eleva sobre nosotros impetuoso el Roque de las Ánimas, con una imagen realmente sobrecogedora.


Calle Casas del Camino.


Roque de las Ánimas y Caserío Bajo el Roque.

Continuamos caminando por la carretera unos doscientos metros hasta estar junto al Caserío Bajo el Roque, un grupo de casas que se sitúa a nuestra izquierda al borde del barranco; a la derecha y desviándose de la vía, asciende muy deteriorado una estrecha senda junto a un poste de la línea telefónica, es el Camino Bajo el Roque, que comienza en ascenso entre alguna Pitera (Agave americana) y algunos Verodes (Kleinia neriifolia), transita algo resbaladizo y pedregoso, muy erosionado y expuesto a dicha carretera; un poco mas adelante, con la imagen permanente del Roque de las Ánimas muy por encima de nuestras cabezas, comienza a mejorar su travesía, haciéndose bastante compacto y bordeado de Piteras (Agave americana), que le dan una cierta seguridad y evidencia.


Empedrado en el Camino Bajo el Roque.


Roque de las Ánimas.

Casas en Tachero.


Enseguida pasaremos junto a un muro de piedra seca muy alto que protege el camino y el firme comienza a aparecer con un precioso empedrado que nos acompañará un buen tramo. Siempre bajo la atenta mirada del Roque de las Ánimas que va protegiendo la marcha, pasa mas adelante a tener firme terroso y ser algo mas estrecho, transcurre casi llano, con algunos remontes sin importancia y muy evidente, por el borde crecen multitud de ejemplares de Vinagreras (Rumex lunaria), Verodes (Kleinia neriifolia), Inciensos (Artemisia thuscula), algunas Piteras (Agave americana) y en el muro que recorre la casi totalidad del camino, cuelgan multitud de Bejequillos (Aeonium lindleyi) y en los huecos mas húmedos la endémica Margarita de Lugo (Lugoa revoluta), incluso alguna Higuera salvaje también nace esporádicamente; en los riscos mas inaccesibles del roque pueden verse también algunos Dragos Canarios (Dracaena draco), formando pequeñas poblaciones que resisten muy bien, por estar alejados de toda evidencia humana.



Roques de Anaga.


Las vistas desde el sendero alcanzan la hermosa Playa del Roque de las Bodegas, un grupo de roques de pequeña importancia dentro del mar y al fondo los Roques de Anaga, dos islotes rocosos que forman parte de la Reserva Natural Integral de los Roques de Anaga, el Roque de Dentro (180 m.) y el Roque de Fuera (64 m.), ambos de alto interés científico, geológico y paisajístico, encontrándose en los mismos especies vegetales endémicas y vestigios claros y demostrados de presencia humana en época de los Guanches. A nuestras espaldas, el paisaje no es nada despreciable, pudiendo entrever el pequeño grupo de casas de Tachero sobre la Playa de Tachero y mas allá el largo acantilado que va recorriendo el PR-TF-8 en dirección a la Playa de Tamadiste, destacando visiblemente el Roque Marrubial (487 m.).

Playa del Roque de las Bodegas.

Continúa luego por tramos mas expuestos y firme arenoso, donde podremos ver algunos Matoriscos (Lavandula buchii), Magarzas (Argyranthemum foeniculaceum), incluso esporádicamente alguna Lechuga de Mar (Astydamia latifolia); en un momento determinado veremos una bifurcación después de haber salvado la Hoya de los Beroles, en el lugar conocido como La Crucita; el camino original se desvía a la izquierda descendiendo junto a unas huertas abandonadas hacia la carretera, siendo recomendable bajar por el, pero nuestra ruta continúa hacia la derecha remontando un poco por una zona rocosa y volviendo a llanear poco después, en un nivel superior a la Playa de Roque Bermejo, por una senda algo expuesta y que conlleva en algunos tramos concretos bastante peligro, ya que la erosión de las escorrentías de agua de lluvia ha deteriorado el paso, incluso tiene alguno totalmente destruido y habrá que extremar mucho las precauciones.

Playa del Roque de las Bodegas (i).

Roque de las Ánimas.

Después de una interminable y no recomendable travesía, llegaremos a una loma cargada de Tabaibas (Euphorbia lamarckii) en Las Cabezadas, donde nos encontraremos con un viejo vallado el cual nos servirá de guía para encontrar el perdido camino; discurre sinuoso hacia el Cabezo Taitana (97 m.), un promontorio formado de material volcánico de color rojizo; a la derecha nos queda la imagen del Caserío de Almáciga, separado de donde estamos por un ancho barranco con vertientes llenas de Piteras (Agave americana). Buscaremos una antigua edificación en ruinas y una vieja era de trilla abandonada, junto a la cual discurre la perdida senda que tendremos que seguir; luego, en un giro brusco a la izquierda, buscaremos un espinoso bosque de Piteras (Agave americana), entre las cuales zigzaguea un escabroso paso que desciende por una resbaladera de derrubios hacia el Barranquillo el Roque.

Caserío de Almáciga.

Playa y Roque de las Bodegas.

Una vez en su cauce, caminaremos entre multitud de Cañas (Arundo donax) en busca de la salida, que está entre unos Tarajales (Tamarix canariensis), junto a una torre metálica de media tensión y una edificación de cemento; terminaremos en una pista cementada en la trasera de unos restaurantes, hacia la derecha se inicia el PR-TF-6.2 que se une con el PR-TF-4.1 en Almáciga, este último es una variante del PR-TF-4 que regresa por el Valle de Almáciga hasta el Roque de Amogoje; a la izquierda dicha pista termina enseguida en la carretera principal, justo enfrente del Roque de las Bodegas y de la preciosa playa que se extiende bajo los acantilados del Roque de las Ánimas.
 
Roque de Dentro (d).

Daremos por finalizada la ruta en este lugar tan concurrido, hay una serie de servicios como restaurantes, transporte público, paseos por la costa y por el margen del Roque de las Bodegas, y una enorme playa de arena dorada rodeada de un paisaje idílico; la carretera continúa dirección a Almáciga, donde hay otra playa de similares características, y termina en Benijos, otro pintoresco caserío y otra apacible playa; desde este último lugar podemos continuar con el PR-TF-6.2 que conecta en El Draguillo con el PR-TF-6 y el PR-TF-6.3 que conecta con el mismo, pero en la Cruz del Draguillo.

 
© Fotografías y texto de Francisco Fariña


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