CHINAMADA – EL BATÁN
(Regreso por el PR-TF-10)
FICHA DE LA RUTA
TÉRMINO MUNICIPAL: La Laguna.
COMO LLEGAR: Aproximadamente en el Kilómetro 21 de la carretera TF-12 que parte desde Las Canteras, comienza la TF-145 que termina en Las Carboneras; una vez en el centro urbano de dicha población, continúa una carretera estrecha que termina en el Caserío de Chinamada.
COMIENZO: Plaza principal del Caserío de Chinamada.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Baja.
DURACIÓN: 4 horas.
LONGITUD: 9,2 Km.
PROVISIÓN DE AGUA: En el único Bar-Restaurante que hay en dicho caserío. También, si decidimos subir al Caserío de El Batán, hay otro Bar.
LUGARES DE INTERÉS: Caserío de Chinamada; Vistas del Roque de los Pinos; Degollada de Anube y antiguas Casas-Cueva; Grabados y Cazoletas Guanches; Antiguos Lavaderos, Charcos y Cueva del Lino; Valle de Los Batanes; Era y Drago (Dracaena draco) frente a la Cueva del Lino; Vistas espectaculares en el Lomo de los Dragos; Casas en Los Morales; PR-TF-10 a partir de las inmediaciones de la Degollada de las Escaleras; Casa Tamé; Cabezo del Bailadero (691 m.).
VENTAJAS: Recorrido circular y de alto valor paisajístico. Posibilidad de observar grabados y cazoletas de los Guanches sin desviarse del sendero.
INCONVENIENTES: Algunos tramos con desnivel muy alto.
PELIGROSIDAD: Baja.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
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CARTOGRAFÍA
Caserío de Chinamada y Roque de los Pinos.
Estando en la Plaza principal de Chinamada, junto a su pequeña y pintoresca Ermita con vistas espectaculares al Valle de Los Batanes y al Roque de los Pinos (550 m.), comenzaremos la ruta por el Camino Pradillo, vía de acceso asfaltado que viene desde Las Carboneras. Iremos en suave ascenso junto a La Montañeta (647 m.), un montículo de origen volcánico donde hay plantadas varias viviendas y donde llama poderosamente la atención un bello ejemplar adulto de Drago Canario (Dracaena draco); hay una valla de madera protegiendo la carretera y cuando termine dicho vallado, a mano derecha se inicia un estrecho sendero que discurre descendente por la Ladera el Salto entre Inciensos (Artemisia canariensis), Vinagreras (Rumex lunaria) y algunos Pencones (Opuntia maxima); hay algunos escalones de piedra y otros tallados en la roca que facilitan el paso; un poco mas adelante nos encontraremos con una puerta de madera que rebasaremos sin dificultad, debiendo cerrarla cuando la pasemos ya que está puesta estratégicamente para que no se pierda el ganado que pasta por los alrededores.
Inicio del sendero.
El Batán, Barranco del Tomadero y Roque de los Pinos.
Continuamos por firme compacto y en suave descenso y en breve veremos como otro camino se desvía hacia la izquierda el cual tendremos que ignorar; una bajada rocosa y brusca nos lleva de nuevo a llanear junto a unos Brezos (Erica arborea) y luego unos escalones de piedra nos deja en un pequeño mirador natural, en El Toscón, desde donde podremos recrearnos de la impresionantes vistas que ofrece el Valle de los Batanes y las laderas del profundo Barranco del Tomadero. La senda gira bruscamente a la izquierda y comienza a descender con un desnivel mas pronunciado hacia el fondo del Barranco de Bolo; el firme es algo pedregoso y en algunos tramos muy expuesto, teniendo que estar atentos a posibles resbalones que nos de un buen susto innecesario; en ocasiones está tallado en la roca en forma de una perfecta escalera, lo cual nos facilita enormemente el paso; por los bordes crecen multitud de Pencones (Opuntia maxima), que se hacen acompañar por Inciensos (Artemisia canariensis), Tabaibas (Euphorbia mellifera), Cornicales (Periploca laevigata) y Bejequillos (Aeonium lindleyi) los cuales nacen abundantemente en las paredes que protege el recorrido.
Roque de los Pinos y Barranco del Tomadero.
Casa-Cueva bajo el Roque Anube.
Un poco más adelante, unas bajadas muy resbaladizas con firme bastante erosionado, comparten paso con otros tramos rocosos menos comprometidos en El Cerrillar, que zigzaguean antes de terminar en el cauce del barranco; un tramo muy deteriorado y hundido en el terreno nos da paso a otro compuesto por una escalera horadada en forma de semicírculo, que luego gira bruscamente a la derecha por unos estrechos escalones también tallados en la roca y algunos espacios esculpidos a la altura de los brazos para poder agarrarse. Luego, entre una población muy numerosa de Helechos (Pteridium aquilinum), discurre el sendero en busca del fondo del barranco, formado por una superficie de roca desgastada por el paso del agua y donde crecen multitud de Vinagreras (Rumex lunaria), Zarzales (Rubus bollei) y otras especies que buscan la humedad; en este tramo y en época de lluvias podemos encontrar un riachuelo que discurre barranco abajo.
Llegando al Barranco de Bolo.
Cruzaremos dicha cuenca y el evidente sendero de subida se encuentra cimentado sobre grandes piedras muy bien colocadas, donde podremos observar algunos restos de antiguo empedrado; el camino discurre después junto a un muro de piedra seca de considerable altura y muy bien conservado que lo bordea hasta llegar a una pared rocosa bajo el Lomo la Cruz (480 m.); bajo está pared hay una cabaña de piedra y en algunos huecos del risco crecen multitud de Culantrillos (Adiantum capillus-veneris) y Helechos de Manantial (Cystopteris fragilis) que buscan la humedad del interior de la piedra, también hay algunos depósitos horadados en la roca a modo de bebederos para el ganado que se alimentaban de las fuentes naturales y surgencias del talud.
Sendero excavado en forma de escalera (i).
Un poco mas adelante encontraremos un murete de piedra que sostenía alguna puerta, y luego ascienden unos escalones tallados junto a otro refugio de piedra que dan acceso a la Degollada de Anube, un espacio con firme de tosca que lo atraviesa el sendero horadado y que discurre junto a un promontorio rocoso muy curioso que está situado entre el Lomo de la Cruz, a la izquierda, que alberga unas escaleras talladas que se dirigen al Andén Alto y el Roque Anube (434 m.) y otro a la derecha, que aloja una Casa-Cueva deshabitada y que forma una bella estampa con el Roque de los Pinos (550 m.) al fondo y el Caserío de Chinamada.
Refugios de piedra y manantial natural junto al sendero.
Sendero hacia el Andén Alto (d).
El Batán desde la Degollada de Anube (d).
Desde la degollada puede verse una imagen espectacular del Caserío de El Batán, situado en el valle del mismo nombre; siguiendo el sendero por el Lomo de Anube, iremos descendiendo suavemente entre multitud de Pencones (Opuntia maxima), Tabaibas (Euphorbia mellifera), Cornicales (Periploca laevigata) y demás vegetación característica, por un estrecho sendero con firme algo arenoso y ocasionalmente expuesto hacia el barranco, que se dirige hacia un minúsculo bosque de Eucaliptus (Eucalyptus globulus), antes de llegar a el, veremos algunos antiguos muretes de piedra que bordeaban el camino y en otros tramos nos fijaremos en el firme algo descompuesto y deteriorado por la erosión. Continuando el recorrido, llegaremos a las inmediaciones del Lomo de los Inciensos, donde el firme está compuesto de piedra volcánica y donde podremos observar algunos Grabados y Cazoletas Guanches en el suelo situados junto al sendero y expuestos al barranco; es un buen lugar para un descanso, observando el paisaje e interesándonos por nuestros antepasados.
Grabados y Cazoletas Guanches.
Desde el Lomo de los Inciensos.
Continuando el recorrido, bajaremos unos escalones y luego llanearemos junto a multitud de Pencones (Opuntia maxima) por firme arenoso y superficie bastante estrecha; un poco después, cruzaremos una puerta de madera que hay que dejar cerrada una vez rebasada, para luego comenzar a descender tortuosamente y en continuo zigzag y llegar al final de una hoya a un camino llano y excavado en la ladera de un barranquillo, luego desciende bruscamente por unos escalones tallados en la roca y en este punto nos fijaremos en la ladera que nos queda enfrente, en un antiguo refugio con un acceso de piedra y a la izquierda como asciende un angosto sendero bordeado de una delgada valla metálica y que discurre paralelo al cauce del Barranquillo los Morales.
Enseguida nuestro camino nos deja en el cauce del Barranco del Tomadero, que confluye con el barranquillo citado anteriormente, en el lugar conocido como El Hoyo; el sendero es evidente y transcurre también paralelo a dicho barranco, va ascendiendo suavemente bajo el Lomo la Asomada y con vistas espectaculares del Caserío de El Batán, que nos queda a un tiro de piedra; el firme es algo pedregoso y está bordeado por Cornicales (Periploca laevigata), Piteras (Agave americana), Pencones (Opuntia maxima), Tabaibas (Euphorbia mellifera), Malpicas (Carlina salicifolia), Cruzadillas (Hypericum reflexum), etc.
Era (i) y Cueva del Lino (d).
Luego cruza de nuevo el cauce del barranco y nos encontramos después con un cruce de caminos, a la derecha asciende en fuerte pendiente el trayecto de la Ruta del Lino por El Cuchillete y a nuestra izquierda sigue nuestra ruta, que pasa junto a unos antiguos lavaderos y luego atraviesa un dique rocoso que corta perpendicularmente la cuenca del barranco y continúa a partir de aquí entre paredes de piedra pertenecientes a unas huertas de cultivo, que albergan gran cantidad de parras, ya que hay en las inmediaciones una bodega de caldos muy apreciados, que tienen su propia denominación de origen. Entre dichas huertas discurre el camino que pasa junto a una Era de trilla, situada estratégicamente frente a la Cueva del Lino y bajo un enorme y hermosísimo Drago Canario (Dracaena draco), hay en dicha Era un panel informativo que explica la Ruta del Lino, de la cual hemos recorrido una mínima parte, aunque la mas importante.
Drago (Dracaena draco).
Para continuar, nos fijaremos entre las pequeñas viviendas que allí están, en una escalera de piedra tallada y adosada al muro de una de ellas, que asciende con fuerte desnivel hacia un pequeño collado situado encima de las casas y que continua escalonado salvando una pendiente considerable. Iremos salvando el fuerte desnivel que continúa zigzagueando entre la abundante vegetación, el sendero es estrecho y formado por numerosas curvas, el firme está compuesto mayoritariamente por escalones de piedra y en ocasiones discurre algo expuesto hacia barranco, que fluye junto a algunas viviendas del Caserío de El Batán. A medida que tomamos altura va emergiendo un paisaje espectacular que nos ofrece este núcleo de población: un paisaje agrícola muy bien cuidado con casitas dispersas y pequeños senderos de conexión, donde destaca visualmente la Cueva del Lino en la pared rocosa de la vertiente del barranco; el cauce de dicho barranco con un fluir de agua, sobre todo en temporada de lluvias y por último el Caserío de El Batán en lo alto de la ladera del barranco que nos queda enfrente, donde destaca el Roque los Milanos (635 m.), junto al sendero que va hacia Bejía.
El sendero va cogiendo altura.
El Caserío de El Batán y Roque de los Milanos.
Luego, el camino lo encontraremos excavado en el firme y con pendiente más suave, pasando junto a una casa aislada y después, unos escalones tallados dan paso a una pequeña travesía entre multitud de Pencones (Opuntia maxima) y Vinagreras (Rumex lunaria) junto a otra vivienda y que en unos metros desemboca en La Asomada, un pequeño llano que hace de mirador hacia El Batán y Chinamada, separados ambos caseríos por el Barranco del Tomadero.
Llegando al Lomo de los Dragos.
Desde el Lomo de los Dragos.
El sendero es evidente y continúa su curso en línea recta y con permanente ascenso por el Lomo de los Dragos, que discurre entre el Barranquillo de Los Morales que fluye sobre la Hoya de los Cardos y el Barranco del Río, que es el mismo que el Barranco del Tomadero, pero que adquiere esa denominación en esta parte del Caserío de El Batán.
Sendero por el Lomo de los Dragos.
Mas adelante asciende entre un promontorio rocoso muy empinado que termina en un llano de tierra en Los Acebiños, donde confluye un camino a la derecha que desciende muy sinuoso hacia unas casas aisladas en el Batán de Arriba, por donde pasa el PR-TF-11 ; una vez ignorado éste último, seguiremos sendero arriba por una pista cementada hasta llegar al final, donde hay un viradero con firme de piedra. Aquí, comienza una pista agrícola a la derecha, la cual ignoraremos; de frente asciende por unos escalones un sendero hacia el Lomo el Pino, en la carretera TF-145, por el cual tampoco iremos y la última opción, válida para nuestra ruta, es comenzar el sendero que se interna a nuestra izquierda hacia Los Morales.
Sendero hacia Los Morales.
Comienza con firme muy compacto y superficie bastante ancha y llana entre Brezos (Erica arborea), Fayas (Myrica faya), Follaos (Viburnum rigidum) y algunos Aceviños (Ilex canariensis), mas adelante desciende muy suavemente hasta encontrarnos con un cruce de caminos, iremos a la izquierda, bajando unos escalones tallados en el firme que se van internando paulatinamente en un precioso bosque de laurisilva; el sendero está cimentado en ocasiones sobre sólidos muros de piedra que delimitan perfectamente su recorrido, es cómodo de caminar y muy evidente, por lo tanto no hay posibilidad de pérdida alguna.
Escaleras que facilitan el paso (d).
Cuando la vegetación lo permite, el camino se asoma paisajísticamente hacia el Barranquillo de los Morales, dejando entrever el Caserío de Chinamada, que es nuestro destino, y la Casa Tamé, situada en Cabezo Tamé (669 m.), justo por donde pasa el sendero PR-TF-10. Continúa su recorrido, poco después, descendiendo bruscamente en zigzag por firme rocoso, donde hay que prever algún resbalón en temporadas más húmedas; luego vuelve a la normalidad y pasa a ser casi llano, con bajadas muy suaves, a veces protegidas con escalones muy flexibles tallados en el firme.
Vistas hacia El Batán (d).
Unos muretes de piedra bordean el sendero cuando crucemos el Barranquillo de los Morales, donde crecen multitud de grandes ejemplares de Brezos (Erica arborea), con sus troncos retorcidos y luego asciende poco a poco con vistas a las Casas de los Morales, dos construcciones aisladas en una loma junto al barranco. En un momento determinado hay un sendero que se inicia a nuestra izquierda, que tendremos que ignorar, ya que continúa cruzando también el barranco y dirigiéndose a una de las casas, para, una vez en ella, continuar bordeando dicho cauce hasta conectar en las inmediaciones de la Cueva del Lino, con el camino que hemos recorrido.
Cruzando el Barranquillo de los Morales.
Casas de Los Morales.
Continuando por el sendero principal, llegaremos poco después y luego de cruzar una cancela de madera, a las inmediaciones de una de las casas, junto a unas huertas abandonadas donde nacen infinidad de Helechos (Pteridium aquilinum), el lugar es algo mágico, ya que nos encontramos en un pequeño valle con paisajes espectaculares hacia las montañas que acogen el Caserío de El Batán.
De camino al PR-TF-10.
El sendero sigue muy evidente y poco a poco se va acercando a una loma muy empinada por donde discurre muy sinuoso y con un desnivel bastante alto; está delimitado por un muro de piedras y hay mínimos restos de lo que fue seguramente, un precioso empedrado; después de interminables curvas y un esfuerzo considerable, llegaremos a una zona donde el firme está compuesto por tosca volcánica donde hay algunos escalones esculpidos, esta es la señal de que enseguida y después de rebasar otra compuerta de madera, lleguemos al PR-TF-10, donde una baliza señalizadora de dicho PR nos recuerda de que vamos por el camino correcto.
Encuentro con el PR-TF-10.
Casa Tamé (d).
Tendremos que seguir hacia la izquierda por un recorrido muy vistoso y cubierto de una preciosa laurisilva, discurre bajo el Roque Tenejía (793 m.) y en su trayecto nos toparemos con la Casa Tamé, donde hay un corral de ovejas, un amplio espacio de tierra y varias bifurcaciones; a la derecha y justo después de pasar de largo la casa, empieza un sendero que a su vez se bifurca en dos y que se dirigen hacia las montañas y roques superiores, y de frente sigue el camino por el que nos llevará hacia el Caserío de Chinamada; sigue su curso llano y con firme muy compacto, pasamos de largo junto a otra casa aislada y luego junto a un muro de piedras que protege el camino; unos quinientos metros mas adelante, un talud rocoso de tosca donde son visibles estratos de varias erupciones, nos acompaña en un pequeño tramo bajo el Cabezo Tenejía (809 m.), para llegar luego a un mirador natural en el Cabezo del Bailadero (691 m.), donde podremos recrearnos con las fabulosas vistas del entorno.
Estratos volcánicos junto al sendero.
Comienza en este punto un tramo con restos de empedrado que desciende bajo un pasillo húmedo y poblado de numerosa vegetación, donde podremos ver cantidad de Helechos (Pteridium aquilinum), Capitanas (Phyllis nobla), Cresta de Gallo (Isoplexis canariensis), Brezos (Erica arborea), Fayas (Myrica faya), Follaos (Viburnum rigidum), algún Aceviño (Ilex canariensis) y curiosamente algunos Pinos Canarios (Pinus canariensis) que albergan en su base una cruz de madera protegida por una especie de capilla de tosca situada en el comienzo de un sendero hacia la derecha que se dirige a una pequeña zona recreativa junto a la carretera de Las Carboneras, en el lugar conocido como Asade.
Antiguo empedrado (i); bifurcación hacia Asade (d).
Nosotros seguimos de frente y continuamos por firme muy erosionado, dando luego un brusco giro a la izquierda para poco después ir progresando por una pequeña loma con vistas muy cercanas del Caserío de Chinamada; el firme en este lugar es muy resbaladizo y discurre expuesto hacia el barranco, aunque la pared rocosa lateral nos da mucha seguridad, pudiendo salvar este tramo sin apenas dificultad; la vista es espectacular, destacando los dos promontorios volcánicos donde se asienta el caserío, y el Roque de los Pinos, que se alza sobre el Barranco del Tomadero, aparte de la vista general de casi todo el recorrido.
Caserío de Chinamada (i).
Finalizando en el Caserío de Chinamada.
Una cueva a modo de refugio junto al camino nos indica que ya queda poco para llegar a la carretera; después una rampa arenosa y un poco resbaladiza que discurre junto a una vivienda, da paso al final del sendero y con ello a pisar sobre el asfalto de la carretera de acceso al Caserío de Chinamada; solo queda seguir hacia la izquierda en dirección a la plaza principal, lugar donde comenzamos esta preciosa ruta por el Macizo de Anaga, uniendo dos núcleos de población muy pintorescos.
© Fotografías y texto de Francisco Fariña
Amigo, esto está sin comentarios, porque en este país se acabaron los lapices, los bolígrafos y las plumas; los ordenadores están de moda, pero mal ocupados.
ResponderEliminarMe gustaría tener un enlace con tu blog para que los 230.000 amigos que tengo en los míos, conozcan nuestra tierra. Nada más parecido a una enciclopedia campestre de nuestro suelo.
Un abrazo. Isidro Jesús. Jecego.