LA OROTAVA - PUERTO DE LA CRUZ
(Por el Camino de El Ciprés)
FICHA TÉCNICA
TÉRMINO MUNICIPAL: La Orotava y Puerto de la Cruz.
COMO LLEGAR: Al núcleo urbano de La Orotava se llega por la salida
número 33 de la autopista del norte, la TF-5.
COMIENZO: Iglesia de la Concepción, en La Orotava.
FINAL: Ermita de San Juan e Iglesia de San Francisco, en Puerto de la
Cruz.
DIFICULTAD: Baja.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 5,5 km.
PROVISIÓN DE AGUA: En La Orotava y en Puerto de la Cruz hay toda clase
de servicios.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Iglesia de la Concepción y casco histórico (BIC); 2.- Monumento al
Alfombrista; 3.- Casas Señoriales en la Calle Tomás Zerolo; 4.- Casa Mesa y
Casa Torre Hermosa; 5.- Iglesia de Santo Domingo y Museo de Artesanía
Iberoamericana; 6.- Hacienda y Ermita de San Felipe; 7.- Finca la Palmita; 8.- Camino
de El Ciprés; 9.- Hacienda de El Ciprés; 10.- Capilla de la Cruz del Durazno;
11.- Hacienda del Durazno; 12.- Iglesia de San Bartolomé; 13.- Chorro Durazno;
14.- Jardín Botánico; 15.- Ermita de San Telmo; 16.- Iglesia Nuestra Señora de
la Peña de Francia; 17.- Ermita de San Juan Bautista e Iglesia de San
Francisco; 18.- Casco histórico del Puerto de la Cruz.
VENTAJAS: Recorrido de alto valor histórico y etnográfico.
INCONVENIENTES: El casco histórico de Puerto de la Cruz se encuentra
muy masificado de turistas a cualquier hora del día.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
CARTOGRAFÍA
DESCRIPCIÓN
Damos comienzo
esta ruta en el exterior de la Iglesia de la Concepción, templo originario del
siglo XV, dando lugar a varias remodelaciones a partir de 1546; sufrió
importantes desperfectos en los terremotos generados por las erupciones de los
Volcanes de Siete Fuentes en Fasnia y del Volcán de Arafo ocurridas en 1704 y
1705 respectivamente, por lo que fue declarada en estado de ruina en el año 1758.
En el año 1768 fue de nuevo remodelada e inaugurada en 1788 y reformada otra
vez en 1798 para lucir su estado actual. Fue declarada Bien de Interés Cultural
(BIC) con categoría de Monumento Histórico Artístico Nacional en el año 1948,
su portada de estilo barroco es una de las más interesantes de las que existen
en Canarias, donde destacan dos torres campanarios y una cúpula que se
corresponde con el altar mayor de su interior.
Iglesia de la Concepción.
En el interior de la Iglesia
destaca en el altar mayor, un tabernáculo de mármol del año 1823 de origen
genovés que alberga el expositor del Santísimo hecho de madera policromada en
el año 1827; también es notorio un retablo neoclásico del siglo XIX, que
contiene una imagen de la Virgen de Candelaria. La Capilla del Calvario alberga
el Santísimo Cristo de la Misericordia, una talla realizada en 1585 y en otra
de las capillas existentes, hay una imagen de la Virgen de la Concepción
realizada en Génova en el año 1822.
Interior de la Iglesia de La Concepción.
Antes de
comenzar la ruta, podemos visitar algunos puntos de interés de la Villa,
declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Conjunto Histórico,
como la Plaza del Ayuntamiento, donde se encuentra el edificio del
ayuntamiento, del siglo XIX y estilo neoclásico, que alberga en su interior
diversas obras de arte de los siglos XVI, XVII y XVIII. A pocos metros se
encuentra la Hijuela del Botánico, un espacio verde y delimitado por una reja
de hierro fundido que contiene gran cantidad de especies vegetales; frente al
mismo se halla un recinto con vistas panorámicas de la villa, los Jardines
Victoria, un espacio con terrazas ajardinadas y escalonadas, rematadas en su
punto más alto con un pequeño mausoleo masónico. La Iglesia y el Convento de
San Agustín, del siglo XVII, actualmente reconvertido en Casa de la Cultura y
anexo al mismo el impresionante Liceo de Taoro, palacete construido en el año
1928, bien merecen también una visita.
Iglesia y Convento de San Agustín (dcha.).
Edificio del Ayuntamiento (dcha.).
Jardines Victoria.
De vuelta al
exterior de la Iglesia, visitamos la Plaza Patricio García donde se ubica el
Monumento al Alfombrista, reconocimiento que se da a estos artistas que
confeccionan las alfombras del Corpus Christi cada mes de junio. A partir de
este punto tendremos que tomar la Calle Magistrado Barreda, junto al edificio
de Correos, que desciende hasta encontrarnos con la Calle la Quinta, que por
nuestra derecha avanza con firme empedrado unos cien metros hasta desembocar en
la Calle Tomás Zerolo, justo enfrente nos llama la atención la Casa Prieto
Mendoza, un edificio de finales del siglo XVIII cuya trabajada madera de
puertas y ventanas es el elemento más destacado de su morfología.
Continuamos
calle abajo pisando su firme adoquinado, que se encuentra muy bien conservado
desde su restauración a principios del siglo XX como parte de la reforma urbana
de la villa; unos metros más abajo está la Casa Machado y Benítez de Lugo, del
siglo XVII, igualmente adornada con sus puertas y ventanas de madera muy bien
laborada, y así un sinfín de casas señoriales que alberga este recorrido
urbano.
Continuamos la
ruta urbana por la misma vía, parándonos en la esquina con la Calle Viera para
contemplar la fantástica portada plateresca de la Casa Mesa, una de las
edificaciones más antiguas de la Villa de La Orotava. Siguiendo por la Calle
Tomás Zerolo, nos encontramos con la Casa Torre Hermosa, que antiguamente
formaba parte de la anterior; esta destaca por tener un balcón de madera y el
escudo familiar en su fachada, después de realizar una remodelación en el año
1902.
Casa Mesa (izq.) y Casa Torre Hermosa (dcha.).
Continuamos el recorrido visitando la Iglesia de Santo
Domingo y anexo el Museo de Artesanía Iberoamericana; la Iglesia es del
siglo XVII compuesta de una planta de cruz latina y una sola nave, con una
torre edificada en el año 1764 y que alberga en su interior un fabuloso óleo de
la Virgen de la Consolación del siglo XVI. Respecto al museo, se encuentra en
el antiguo Convento de San Benito Abad, restaurado en la década de los 90 para
albergar una exposición permanente sobre artesanía iberoamericana.
Iglesia de Santo Domingo y Museo de Artesanía Iberoamericana.
La Calle Tomás
Zerolo continúa su curso en suave descenso y nuestros pasos avanzan por la
misma, hasta encontrar una bifurcación donde un muro almenado y rematado con
una cruz de madera en el centro, portada característica de la arquitectura
rural de Canarias, separa la Calle por donde discurrimos con la Calle La
Ratona; nuestra ruta continúa por la primera, caminando entre un muro de piedra
que delimita unas huertas de cultivo, por un lado y las edificaciones de varias
urbanizaciones de nueva creación, por el lado contrario. Luego, sale a nuestro
paso la Hacienda de San Felipe, una mansión rural del siglo XVII que tiene anexa
la Ermita de San Felipe, erigida en 1665, de estilo clasicista, donde destaca
su puerta de cantería con frontón triangular que alberga un escudo familiar.
Hacienda y Ermita de San Felipe (dcha.).
Al terminar la
calle, desembocamos en la Avenida Alonso Fernández de Lugo, por la que
avanzamos bordeando el muro de piedra delimitador de unas huertas de
plataneras, hasta que nos encontremos una rotonda cerca de la pintoresca Plaza
Miguel Hernández. Es aquí donde tomaremos un paseo peatonal que cruza la
autopista TF-5 por un paso superior que nos lleva directamente a la Calle La
Palmita, donde enseguida veremos la Finca la Palmita, una edificación
originaria del año 1880, de estilo neogótico inglés, que destaca por su
colorido y exquisita conservación, así como por la reja de hierro forjado que
la circunda.
Fina La Palmita.
Inicio del Camino de El Ciprés.
Unos cien
metros después se inicia el Camino del Ciprés; este tramo que vamos a acometer
forma parte del camino ancestral que unía la Villa de la Orotava con el Puerto
de la Cruz, antiguamente denominado “Puerto de la Orotava”, es un tramo de unos
ochocientos metros que va desde este punto donde nos encontramos, hasta la Cruz
del Durazno. Posee su estructura pavimentada con el empedrado original
medianamente conservado, que, aunque protegido mediante su catalogación como
Bien de Interés Cultural (BIC), su estado deja mucho que desear. Llegados a
este punto de nuestro recorrido, hemos de decir que, mediante esta ruta
tratamos de simular el trayecto que se utilizaba a principios del siglo XVI,
para conectar la Villa de la Orotava y zonas de su entorno, con el “Puerto de
la Orotava” como embarcadero de la producción agrícola de toda la zona. Es un
recorrido que aparece plasmado en las cartografías históricas de los siglos
posteriores al XIX y que actualmente está transformado por la red viaria
actual, conservándose sólo este tramo.
Hacienda de El Ciprés.
Avanzamos en
suave descenso por el mismo, entre muros de mampostería que lo separan por un
lado, de unas fincas de plataneras, y por el otro de una urbanización de
reciente creación; al principio hay una vieja edificación a modo de almacén de
la finca colindante y más adelante, como a unos cien metros, se encuentra la
Hacienda de El Ciprés, elemento arquitectónico de una importancia desconocida,
ya que fue sede del primer centro de estudios de primates del mundo, desde el
año 1918 al 1920, al ser trasladada desde la Casa Amarilla, que actualmente se
encuentra en estado ruinoso, aunque esté catalogada como Bien de Interés
Cultural (BIC). La Hacienda de El Ciprés fue en su tiempo uno de los primeros establecimientos
hoteleros del valle, apareciendo en algunas de las escasas guías turísticas de
la época; es una edificación original del año 1845 de estilo colonial español,
que destacaba por albergar algunos majestuosos ejemplares de Cipreses.
Camino de El Ciprés.
Continuamos la
marcha entre los robustos muros de mampostería, encontrándonos en el camino
alguna que otra edificación sin la importancia de las anteriores, hasta que se
termina este tramo empedrado en el Camino Durazno, una vía asfaltada que se
cruza en nuestro camino. Justo enfrente hay un calvario, la Capilla de la Cruz
del Durazno, un pequeño oratorio rematado en un minúsculo campanario y una cruz
de madera, que alberga en su interior varias imágenes religiosas.
Capilla de la Cruz del Durazno.
Seguimos por
el Camino del Durazno hacia la derecha y poco después estaremos en un cruce de
calles donde se encuentra la espectacular Hacienda del Durazno, conocida como
“La Casona”, construida en el siglo XVIII por el XI Conde de la Gomera y
renovada en su totalidad en año 1993 para convertirla en un espacio cultural
muy destacado en el municipio.
Hacienda del Durazno o "La Casona".
A unos cien metros por el Camino del Durazno se
encuentra la Iglesia de San Bartolomé, que se construyó
en el siglo XVII juntamente con la casa contigua, que presenta una espectacular
pared almenada con un portón de madera; el conjunto fue restaurado en el año
1949, alberga el interior de la Iglesia varios elementos religiosos de notoria
importancia.
Iglesia de S. Bartolomé (izq.) y Chorro Durazno (dcha.).
De vuelta a la
bifurcación anterior, continuamos la marcha por la Calle Casa Grande, junto a
la pequeña capilla de “La Casona”, que se encuentra cerrada, y anexa a la misma
está ubicado el Chorro Durazno, datado en el año 1913, según reza en un mosaico
impreso sobre él. Seguimos nuestra ruta en descenso por dicha calle,
atravesando la Urbanización Parque el Durazno, hasta que desemboquemos en la
Avenida Marqués de Villanueva del Prado, por la que tendremos que ir avanzando
junto a las instalaciones del Jardín Botánico.
Portadas del Jardín Botánico.
Interior del Jardín Botánico.
La entrada principal de las
instalaciones está unos metros más adelante, en la Calle Retama y llama la
atención la majestuosidad vegetal de la puerta de entrada; el nombre originario
del recinto es “Jardín de Aclimatación de La Orotava”, ya que cuando se creó en
el año 1788 a instancias de Carlos III, lo que es hoy el Puerto de la Cruz,
pertenecía al municipio de La Orotava. Es muy recomendable su visita ya que
contiene una colección considerable de especies tropicales de casi todos los
países del mundo y un banco de semillas de plantas en peligro de extinción, así
como un laboratorio para investigación; fue declarado Bien de Interés Cultural
(BIC) con categoría de Jardín Histórico en el año 1994.
Calzada Martiánez.
De vuelta a la
ruta principal, tenemos que incorporarnos a la Calzada Martiánez, que discurre
paralela a la avenida principal; es una calle estrecha jalonada de viviendas
tradicionales de una sola planta que se cruza después de unos quinientos metros
con la llamada Carretera del Botánico, la TF-312 y luego continúa unos ciento
cincuenta metros más para conectar con el Camino de las Cabras, un paseo
peatonal escalonado que desciende con fuerte desnivel terminando a la altura
del Barranco de Martiánez, el cual cruzaremos para desembocar en la Avenida
Aguilar y Quesada.
Camino de Las Cabras (dcha.).
Recorrido urbano por una calle comercial de Puerto de la Cruz.
Una vez allí tomamos la Calle Obispo Pérez Cáceres y hacemos
un recorrido urbano que nos lleva a la Plaza de los Reyes Católicos, donde está
ubicada la Ermita de San Telmo, un templo de planta sencilla con una portada de
cantería, rematada por una pequeña espadaña; la construcción original data de
1626 y posteriormente se construyó un convento anexo, pero en 1778 ambas
edificaciones fueron destruidas, desapareciendo la imagen original de San
Telmo. En 1783 se reconstruyó la Ermita y se trajo una imagen nueva del Santo,
que es la actual, expuesta en un retablo de madera policromada. Alrededor del
templo, hay una plaza que sirve de mirador hacia el litoral donde está la Playa
de San Telmo y su paseo homónimo, al lado contrario la panorámica es del Lago
Martiánez.
Ermita de San Telmo.
Iglesia de Ntra. Sra. de la Peña de Francia.
Continuamos
por el Paseo de San Telmo y conectamos con la Calle Quintana, donde se
encuentra la Iglesia Nuestra Señora de la Peña de Francia, construida en el
siglo XVII en el mismo solar que una Ermita anterior; es un templo compuesto de
tres naves con artesonado mudéjar de estilo neogótico, donde destaca su torre
campanario exterior y que alberga en su interior numerosos retablos, uno de
ellos barroco y otro neoclásico, que portan varias imágenes religiosas de gran
valor sentimental para el municipio. Por la misma calle, nos encontraremos más
adelante, con la Plaza de Víctor Pérez, un pintoresco elemento datado en el año
1900 cuya fuente central donde nace una frondosa ñamera, es lo más notorio.
Ermita de San Juan e Iglesia de San Francisco.
Enfrente se encuentra la Ermita de San Juan, la más antigua del municipio,
construida en el año 1599 y que alberga un rico patrimonio religioso, donde
destaca una imagen de San Juan Bautista del siglo XVII. Anexa a la misma y
formando un mismo conjunto arquitectónico, se encuentra la Iglesia de San
Francisco, originaria del año 1609, que igual que la anterior, atesora un
excelente patrimonio artístico y religioso.
Muelle principal del Puerto de la Cruz.
Casa de la Real Aduana (izq.) y El Penitente (dcha.).
Para terminar
esta interesante ruta podemos acercarnos a la Plaza del Charco, donde confluyen
todos los caminos de la urbe, así como sus alrededores, para recorrer parte del
casco histórico del municipio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC),
visitando sus intrincadas calles cuyas viviendas y entorno se encuentran muy
bien cuidadas; también podríamos ir a la Playa del Puerto, en el propio muelle,
donde se encuentra El Penitente, construido como embarcadero en el año 1911.
Casa Miranda, del siglo XVIII (dcha.).
Capilla de Las Lonjas (izq.).
En
el entorno más próximo se ubica la Casa de la Real Aduana, de estilo
arquitectónico tradicional canario, construida en 1620, donde destacan sus
balconadas de madera trabajada por artesanos locales; cerca está la Capilla de
las Lonjas, la Plaza de Europa donde está el ayuntamiento y la Casa Miranda,
del siglo XVIII, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), protegida por
su estructura tradicional canaria donde destacan sus elementos de madera
trabajada. Por este entorno damos por concluida la ruta, habiendo hecho un
ancestral recorrido, homenajeando a todas las personas que, en un pasado no tan
lejano, de una manera o de otra, dieron vida a estos viejos caminos.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña