GRANADILLA – EL PINAR – GRANADILLA
(Por el Camino de Chasna y por
el Caserío Sobre la Fuente)
FICHA TÉCNICA
TÉRMINO MUNICIPAL: Granadilla.
COMO LLEGAR: La salida número 54 de la autopista TF-1 conecta con la
carretera de acceso al núcleo urbano de Granadilla, la cual nos lleva a
conectar con la carretera TF-28 que cruza casi la totalidad de dicha población;
tendremos que dirigirnos a la Iglesia principal del municipio, la de San
Antonio de Padua, donde comienza la ruta.
COMIENZO: Plaza de San Antonio en Granadilla de Abona.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Media.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 16,4 km.
PROVISIÓN DE AGUA: En el núcleo urbano de Granadilla.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Plaza e Iglesia de San Antonio; 2.- Plaza y
Ermita de Santa Lucía; 3.- Cruz de San Antonio; 4.- Cruz de Tea; 5.- Ermita de
la Virgen del Buen Viaje; 6.- Casa de los Malejos; 7.- Cruz de Vilaflor; 8.- Empedrado
en el Barranco de Silvestre; 9.- Camino de la Corredera (PR-TF-83.2); 10.- Eras
de trilla en el PR-TF-83.1; 11.- Cuevas en el Barranco de Sanabria; 12.- Empedrado
en el Barranco del Salto Blanco; 13.- Caserío Sobre la Fuente; 14.- Fuente del
Lugar.
INCONVENIENTES: El trayecto por el Lomo Medina es muy pedregoso y resbaladizo.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
PUEDES SEGUIR ESTA RUTA EN WIKILOC
CARTOGRAFÍA
DESCRIPCIÓN
El inicio de la ruta lo haremos en la Plaza de
San Antonio, que la rodea un entorno muy pintoresco y cuidado, donde se encuentra
la Iglesia de San Antonio de Padua, templo construido en el año 1711 sobre los
cimientos de la antigua Ermita hecha en 1645, que a su vez fue levantada en
sustitución de la original datada en 1617; actualmente destaca su fachada
recubierta de piedra chasnera y la portada con arco de medio punto y rematada
con dos columnas laterales; la torre también llama la atención su cúpula
bizantina por encima del campanario. En el interior resalta el retablo
neoclásico del Altar Mayor, el techo de artesonado mudéjar y algunas imágenes
religiosas unidas a obras de arte de cierta importancia, por ser de los siglos
XVII y XVIII.
Iglesia de San Antonio.
Por la Calle de la Iglesia, que es peatonal, ascenderemos junto a un
hotel rural hasta confluir con la Calle Carmona, en este punto tendremos a la
vista la Calle del Agua, por la que continuaremos nuestro recorrido en fuerte
pendiente, realizando un trayecto urbano que termina unos doscientos cincuenta
metros después, en la Calle Tagoro; haciendo esquina en la bifurcación de ambas
calles, se encuentra la Plaza de Santa Lucía donde se alza una pequeña Ermita
datada en el siglo XVIII, de construcción sencilla, donde destaca un gran
portón de madera rematado con un arco de medio punto; destacan en el lugar seis
ejemplares de Laureles de Indias de gran porte, que contribuyen a dar sombra al
lugar, sobre todo en días calurosos. En dicha plaza hay un panel interpretativo
que informa de la importancia histórica del lugar.
Ermita de Santa Lucía (izq); Ubicación de los antiguos lavaderos (dcha.).
Salimos de la plaza y encontramos un cruce de calles, de frente
discurre la Calle El Molino, que se dirige hacia la Montaña del Lugar (802 m.),
un cono volcánico cuya imagen destaca sobre las viviendas del lugar; a mitad de
camino y en una propiedad particular, existe un viejo molino de agua con su
correspondiente acueducto de piedra, que se encuentra en buen estado de
conservación; a pocos metros de la plaza y en la misma calle, estaban los
lavaderos públicos, desaparecidos hace más de sesenta años, en el solar donde
actualmente se encuentra el estanque de abasto público.
Acueducto (izq.) y Cruz de San Antonio (dcha.).
A la derecha continúa nuestro recorrido, en fuerte pendiente, por la
Calle Cruz de San Antonio, ubicada más arriba en un pedestal en el centro de
una minúscula placita desde donde podremos ver más claramente la imagen del
acueducto perteneciente al molino, anteriormente citado. La calle sigue su
curso con fuerte desnivel de subida, alejándonos cada vez más del núcleo urbano
y fundiéndose seguidamente con la Calle Alejandrino, justo donde se encuentra
el Embalse La Charca, un estanque de agua para riego; desde este punto salta a
la vista la imagen de la Montaña Santa (888 m.), un cono volcánico con una
cumbre llana, situado sobre la zona agrícola que rodea el cercano paso del
Barranco de la Fuentita. El recorrido sigue su curso ascendente, siempre
asfaltado, entre multitud de huertas de cultivo por la zona de Alejandrino y
más adelante por la de Los Castañeros, esta última bordeando la base de la
Montaña Iferfe (909 m.), por la que salta a la vista un canal horadado en el
terreno y otro hecho de tosca que discurre paralelo al anterior; también hay
excavadas varias casas-cueva, que se usaron en el pasado como viviendas y justo
antes de entrar en el Caserío de Cruz de Tea, podemos avistar un ejemplar de
Cedro Canario (Juniperus cedrus) que crece junto a nuestros pasos.
Cruz de Tea.
Inicio del PR-TF-83.
Unos
metros más adelante llegaremos a un cruce de caminos donde se encuentra una
cruz de madera que le da nombre al caserío, la Cruz de Tea; continuamos a la
izquierda por la Calle las Cumbritas hasta confluir con la Calle Zurrones donde
hay una parada de guaguas y un panel informativo referido al sendero homologado
PR-TF-83, por el cual tendremos que ir. Haremos caso a la señalización de dicho
PR que nos envía por un pasillo ancho pavimentado que bordea unas viviendas y
luego el campo de fútbol municipal, desembocando a los pocos metros en la Calle
Buen Viaje; iremos hacia la izquierda en ascenso por asfalto, pasando junto al
Horno de la Cruz de Tea, un hito importante recuperado y reconstruido en el año
2003 para ponerlo en valor, que va unido al Camino de Chasna, que es por el que
vamos caminando.
Horno de La Cruz de Tea.
Seguimos haciendo un recorrido urbano por la población
mediante la misma calle y siguiendo el recorrido del PR-TF-83, encontrándonos
en un momento determinado con la Ermita de la Virgen del Buen Viaje, un templo
de reciente construcción levantado en el mismo lugar donde había otra capilla
ya desaparecida, a su alrededor hay una plaza con un Pino Canario (Pinus
canariensis) de tamaño considerable que da suficiente sombra para tomar un
pequeño descanso.
Ermita de la Virgen del Buen Viaje.
La Calle Buen Viaje sigue su curso ascendente hasta unirse con la Calle
Canales Altas, que nos lleva entre algunas huertas de cultivo, por una zona
agrícola, hasta el Morro de los Chícharos, donde hay una bifurcación con la
Calle de las Paredes que tendremos que evitar e ir hasta el cauce del Barranco
de Canales Altas o del Charcón, donde hay un poste con señalización
correspondiente al PR-TF-83.
Inicio del PR-TF-83.
Camino de Chasna (PR-TF-83)
Continuamos por dicho PR que presenta un firme
empedrado y trazado sinuoso que desemboca poco después en una calle de acceso a
una vivienda cercana; enseguida cruzamos la vía y avanzamos por un sendero muy
marcado, con firme de tierra compacta y bordeado por un vallado perteneciente a
la propiedad antes citada; el sendero sigue su curso en continuo ascenso por
una lomada rocosa donde encontramos un tramo empedrado que termina poco después
en una pista agrícola; desde este punto tenemos una bonitas panorámicas del
núcleo poblacional de la Cruz de Tea, así como de la plataforma costera del
municipio de Granadilla, donde podemos vislumbrar la zona turística de El
Médano con la inconfundible silueta de la Montaña Roja (171 m.); a nuestra
izquierda y más cercana podemos ver uno de los conos volcánicos pertenecientes
al Monumento Natural de Montaña Colorada, elevándose sobre la Calle de las
Paredes o el Camino del Pinal.
Continuamos la marcha por la pista siempre haciendo caso de la
señalización del PR-TF-83 y en unos pocos metros la abandonamos, para acceder a
una vereda muy sinuosa que asciende con fuerte pendiente, mediante algunos tramos
escalonados, otros pedregosos y algunos con restos de empedrado; después de
unos ciento cincuenta metros, desembocamos de nuevo en la misma pista de
tierra, que continúa muy pedregosa y delimitada por un murete de piedra seca,
en dirección a una solitaria vivienda ubicada al lado del camino. Justo a la
altura de la casa, el firme del recorrido presenta un espectacular trazado
empedrado que avanza siempre con desnivel de subida por el Lomo de los Malejos;
el camino que recorremos es uno de los ramales más importantes del Camino de
Chasna, un trayecto ancestral que comunicaba la banda norte de la isla con la
del sur, uniendo los municipios de La Orotava y Vilaflor, tenía varios ramales,
siendo uno de ellos el que transitamos, que partía desde Vilaflor y terminaba
en Granadilla.
Camino de Chasna (PR-TF-83).
Seguimos el itinerario, que avanza por el lomo citado anteriormente, elevándose
entre el Barranco de El Tizón y el Barranquillo de Los Malejos, el camino está determinado
por un muro de piedra seca que lo delimita por ambos lados y progresa en línea
recta entre Escobones (Chamaecytisus proliferus), Tabaibas (Euphorbia lamarckii), gran cantidad de Jaguarzos
(Cistus monspeliensis) y algunos Hinojos (Foeniculum vulgare); su
firme mayoritariamente está empedrado, aunque tiene algunos pequeños tramos
rocosos al mismo nivel de superficie. En un momento determinado vemos una
pequeña edificación de cemento que está relacionada con el registro hidráulico de
alguna galería cercana, porque hay una tubería que desemboca en su interior,
así como unas atarjeas antiguas que han sido sustituidas por dicho conducto.
El
recorrido sigue su curso con fuerte pendiente y llega un momento que pasa muy
cerca de un viejo caserío, la llamada Casa de los Malejos; hay una entrada
empedrada hacia la misma, que está marcada entre dos ejemplares de Palmeras de
una altura considerable que sobresalen notoriamente del entorno, la
infraestructura alberga varios elementos etnográficos importantes como un horno
de doble boca, una piedra de lavar antigua y una era de trilla, así como
estancias habitacionales, otras para los animales y granero.
Casa de Los Malejos (izq.); horno (dcha.).
De vuelta al camino, progresamos siempre en ascenso, acompañados de una
canalización hecha de piedra chasnera y losas de basalto por un lado del camino
y un murete de piedra seca, por el lado opuesto. El recorrido continúa
avanzando en línea recta y llega un momento en que desaparece el empedrado casi
en su totalidad, dando paso a un firme compacto de tierra, en las inmediaciones
de la zona conocida como la Morrita de Arriba donde empieza a crecer el pinar,
aunque más adelante vuelven a aparecer tramos combinados entre pedregosos y
pavimentados, eso sí, siempre marcado y debidamente delimitado.
Camino de Chasna (PR-TF-83).
Llega un
momento en que confluimos con una pista asfaltada que es el acceso desde Las
Canales Altas para el Caserío de El Pinar; tendremos que cruzarla haciendo caso
de la señalización del PR-TF-83 y avanzar unos metros por el camino original,
que aparece con restos de empedrado, hasta llegar a la Cruz de Vilaflor, un
espacio amplio al lado de la carretera donde hay unos asientos de madera para
descansar y una Cruz de madera, que seguramente señalizaba en el pasado, un
cruce de caminos.
Cruz de Vilaflor (dcha.).
Nuestra ruta continúa por la carretera asfaltada, que es por la que
transcurre el PR, según la señal que indica la dirección a seguir hacia Los
Escurriales, distante unos 5,3 km., donde se encuentra el punto final de dicho
sendero homologado. El tránsito por el asfalto es bastante cómodo, aunque tiene
algunas rampas moderadamente empinadas, transcurriendo entre algunas casas de
campo y numerosas huertas de cultivo.
Caserío de El Pinar.
Vista Las Crucitas.
Después de unos setecientos metros
recorridos, en la zona conocida como Vista las Crucitas, podremos deleitarnos
con magníficas panorámicas del valle costero del municipio de Granadilla y
parte del de San Miguel, es aquí donde se termina el asfalto justo donde se
ubica una edificación de cemento relacionada con los registros hidráulicos de
alguna galería cercana; en este punto hay un poste con señalización del
PR-TF-83 que nos señala el inicio de un sendero que avanza en suave descenso
hacia el cauce del Barranco de Silvestre, discurre algo pedregoso y delimitado
por un murete de piedra seca; en los bordes del paso crecen algunos Bejeques
Punteros (Aeonium pseudourbicum), Tabaibas (Euphorbia lamarckii),
Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Amagantes (Cistus symphytifolius),
Granadillos (Hypericum canariense), Escobones (Chamaecytisus
proliferus) y Taginastes (Echium virescens).
Empedrado en el cauce del Barranco de Silvestre.
Al llegar al cauce nos
encontraremos el firme empedrado, que continúa de la misma manera ascendiendo
por la vertiente contraria del barranco, luego, bastante pedregoso, termina
coronando una lomada donde encontraremos un cruce de caminos con varias señales
de dirección, hacia la izquierda y con fuerte desnivel de ascenso, sigue su
curso el PR-TF-83 dirección a Los Escurriales y de frente prosigue nuestra ruta
por el PR-TF-83.2, una variante del anterior que se inicia en este punto
determinado y que se dirige al Caserío de Las Vegas, distante unos ocho
kilómetros por el Camino de la Corredera.
Camino de La Corredera (PR-TF-83.2)
Este sendero tiene un recorrido muy
cómodo, con firme muy compacto y prácticamente llano, aunque haya que salvar
algunas cuestas poco pronunciadas sin apenas desnivel; iremos continuamente
avanzando bajo el pinar que presenta un sotobosque pobre en vegetación, solo
pudiendo observar algunos ejemplares aislados de Jaguarzos (Cistus
monspeliensis) y de Amagantes (Cistus
symphytifolius). Iremos cruzando varios cauces que cortan el sendero
perpendicularmente, donde se hace visible otro tipo de vegetación asociada a la
humedad que albergan dichos barrancos, como Taginastes (Echium virescens),
Vinagreras (Rumex lunaria), algunos Escobones (Chamaecytisus
proliferus), Cruzadillas (Hypericum reflexum), que bordean el paso y
gran número de Gualdas (Reseda luteola) poblando el trazado por donde
vamos transitando.
Camino de La Corredera (PR-TF-83.2).
Después de haber pasado de largo el Barranco de los Pájaros
y el Barranco de Sanabria, entramos dentro de los límites del Parque Natural de
la Corona Forestal, después cruzamos un canal en desuso, aunque tiene una
tubería en su interior, que proviene de alguna galería ubicada en los altos de
la zona. Unos metros más adelante y después de haber cruzado el cauce del
Barranco de los Burros, un claro en el bosque nos ofrece una bonita imagen de
la costa de El Médano con la presencia inconfundible de la silueta de Montaña
Roja (171 m.) y en el horizonte marino la de la isla de Gran Canaria; en primer
plano vemos el cono volcánico de Montaña Pelada (1370 m.) y en la parte
inferior el de Montaña Carnero (1324 m.).
Montaña Pelada (izq.).
El sendero sigue su curso llaneando siempre entre el pinar, que alberga
la mayoría de ejemplares jóvenes de escaso porte; luego cruzamos el encajonado cauce
del Barranco de Caperuzo, donde crecen gran cantidad de Escobones (Chamaecytisus
proliferus) cuya población está acompañada de numerosos ejemplares de
Amagantes (Cistus symphytifolius). Después encontraremos una pista
forestal que atraviesa nuestro camino, que viene desde la zona de Los Hibrones
y se dirige con fuerte pendiente hacia La Florida, después de cruzarse con el
Camino de Chasna. Luego aparece otra pista forestal por nuestra izquierda que
tendremos que ignorar, así que avanzaremos por el sendero que es muy evidente,
atravesando el Barranco de Afife y en pocos minutos conectamos con el PR-TF-83.1
que tiene su inicio en el Caserío de Las vegas y se dirige hacia Los
Escurriales, uniéndose allí con el PR-TF-83, que abandonamos anteriormente, con
el PR-TF-72
que empieza en el municipio de Vilaflor y con la ETAPA
VI del GR-131 que une la Degollada de Guajara con Vilaflor.
Cruce con el PR-TF-83.1 (izq.).
PR-TF-83.1.
En este punto hay señalización direccional sobre el PR-TF-83.1, iremos
a la derecha, en descenso y por un sendero muy marcado, con firme terroso y
bastante sinuoso, que transcurre bordeando el cauce del Barranco Cueva de los
Cardos que un poco más adelante se une al Barranco de las Vegas, entre
Jaguarzos (Cistus monspeliensis), algunos
Escobones (Chamaecytisus proliferus) y dejando el pinar más frondoso
detrás; llegaremos luego a una bifurcación que por nuestra izquierda tomaremos
para visitar una era de trilla en buen estado de conservación, estratégicamente
ubicada al borde del barranco.
Era de trilla.
Otra senda diferente que parte de la era nos
lleva directamente al camino principal por el que tendremos que seguir zigzagueando
sobre un lomo rocoso que transcurre entre el Barranco de la Fuente de las Lajas
y el Barranco de los Escobones, cuyo cauce se extiende por el Valle de los
Asientos. Llegados a la zona conocida como la Abejera y recorriendo un tramo
muy pedregoso y empinado, veremos un cruce de caminos donde hay un poste con
señalización; a la derecha empieza el PR-TF-83.5, que se dirige en descenso
hacia La Higuera, distante unos tres kilómetros y medio, como así reza en dicha
indicación, pudiendo también desviarnos cuando lleguemos, hacia el Caserío de
Las Vegas. Si seguimos descendiendo por el PR-TF-83.1 unos cien metros, podemos
visitar otra era de trilla en un estado de conservación óptimo que está ubicada
en un espacio idóneo, como así lo apunta un cartel informativo, para la
observación del cielo.
Cruce con el PR-TF-83.5 (dcha.).
Unos metros antes del cruce anterior, se inicia otro camino que no está
señalizado por el que tendremos que seguir para continuar nuestra ruta; para
ello iremos por una suave rampa descendente delimitada por un muro de piedra
seca, que cruza el cauce del Barranco de Afife y que continúa muy bien marcado y
con firme muy compacto, entre algunas huertas de cultivo en desuso. El camino
sigue su curso luego cruzando otro cauce, el del Barranco de las Lajas, siempre
bajo el monte de Pinos Canarios (Pinus canariensis) que alberga un
sotobosque de Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Amagantes (Cistus symphytifolius) y algunos ejemplares de Escobones
(Chamaecytisus proliferus); unos metros más adelante se cruza en nuestro
camino una pista forestal que en descenso se dirige a las inmediaciones de una
cantera y a la Fuente de las Lajas.
Seguimos avanzando por el sendero que
continúa marcado por una hilera de pequeñas rocas y en ocasiones por un murete
de piedra seca; presenta un firme algo pedregoso, pero muy cómodo de andar ya
que es prácticamente llano. Una inesperada bajada algo resbaladiza hacia el
cauce del Barranco del Acebuche, nos lleva a confluir con el Camino del
Acebuche, una pista asfaltada que empieza en la carretera TF-28, a la altura
del núcleo urbano de Granadilla y termina en este punto en el que nos
encontramos, comúnmente denominado El Caperuzo.
Evitamos seguir por el asfalto y proseguimos por el sendero que
discurre llaneando, donde hay un depósito de hierro apostado al lado del
camino; luego, con el firme muy pedregoso e inestable, avanzaremos descendiendo
con fuerte desnivel mediante un trazado muy sinuoso, hasta terminar, pisando
restos de empedrado, en una pista agrícola en el cauce del Barranco de
Caperuzo, donde hay unas huertas y una vivienda.
Empedrado llegando al cauce del Barranco del Caperuzo.
Continuamos unos metros por la
pista hasta encontrar el desvío por nuestra derecha, donde crece un Pino
Canario (Pinus canariensis) de una altura considerable; el camino
asciende algo pedregoso entre muros de piedra seca coronando poco después una
lomada rocosa, luego desciende en línea recta en busca del cauce del Barranco
de los Burros y continúa después de cruzarlo ascendiendo por un tramo muy
degradado que discurre junto a una vieja atarjea y unos muros de tosca que
deslindan unas huertas de cultivo.
Camino delimitado por un murete de piedra seca.
Seguimos avanzando entre multitud de
Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Amagantes (Cistus
symphytifolius), Tabaibas (Euphorbia lamarckii),
Escobones (Chamaecytisus proliferus) y una población muy numerosa de
Gualdas (Reseda luteola), que nacen y crecen en mitad del camino; más
adelante el sendero comienza a descender mediante un tramo empedrado de unos
pocos metros, por una de las vertientes del Barranco de Sanabria, junto a un
talud de tosca donde hay horadadas unas cuevas.
Tramo por el Barranco de Sanabria.
Luego desciende suavemente
entre Pencones (Opuntia maxima), Hinojos (Foeniculum vulgare), Escobones
(Chamaecytisus proliferus) y algún ejemplar aislado de Poleo de Monte (Bystropogon
origanifolius), llegando poco después al cauce; el ascenso por la vertiente
contraria presenta un firme con restos de empedrado que transcurre junto a un
talud rocoso que bordea el camino, bajo el mismo hay una serie de cuevas
horadadas que se pueden visitar accediendo mediante unas pequeñas terrazas en
el exterior de las mismas; una de ellas tiene una fuente de agua en su interior
y cada una de ellas está protegida por una pared de roca y una puerta de
madera.
Cuevas excavadas en el Barranco de Sanabria.
El sendero sigue su marcha en ascenso terminando poco después en la
cima de una lomada que se eleva sobre la zona conocida como Los Pájaros,
conecta con una pista de tierra que sirve de acceso a una casa que hay muy
cerca; avanzamos por la pista llaneando y cortamos su trazado en varias
ocasiones por el camino original, que muestra su trayecto delimitado por un
murete de piedra seca y bastantes tramos que conservan su empedrado original,
sobre todo cuando crucemos el Barranco de Silvestre, que discurre bajo el Risco
Acache.
Al salir del cauce nos encontramos de nuevo una pista de tierra que se
dirige hacia la Cruz de Vilaflor, hito que visitamos anteriormente recorriendo
el Camino de Chasna; enseguida nos percatamos de la ubicación de una era de
trilla junto a una casa de piedra, en un entorno magnífico para disfrutar de
las panorámicas del valle.
Seguidamente encontramos una bifurcación que se
desvía por la izquierda, abandonando la pista y adentrándose por otra que
desciende con acusado desnivel y con firme muy pedregoso; pasa junto a una
edificación de tosca abandonada y después, cerca de unas huertas de cultivo
empieza un sendero con firme rocoso, donde se evidencia su antiguo empedrado,
ya que tiene algunos restos del pavimento.
Tramo empedrado.
Se va internando paulatinamente en
el pinar, zigzagueando y con firme muy pedregoso, entre una población muy numerosa
de Jaguarzos (Cistus monspeliensis) y Amagantes (Cistus
symphytifolius); antes de entrar de lleno en el monte, podemos disfrutar de
las vistas panorámicas de la costa de El Médano con su inseparable Montaña Roja
(171 m.).
Camino por Lomo Medina.
Luego comienza un vertiginoso y sinuoso descenso por el llamado Lomo
Medina, mediante una superficie muy pedregosa, que hace que el recorrido sea
muy precario y bastante resbaladizo; el
sendero original se distingue a duras penas, solo algunos tramos que se han
salvado del salvaje deterioro del terreno, también se vislumbran unos pequeños
tramos empedrados que terminaran por desaparecer; al final del descenso
caminaremos por una zona más rocosa y por lo tanto más compacta, moderando su
desnivel claramente.
Empedrado en el Barranco del Salto Blanco.
Un giro brusco a la derecha nos lleva en busca del cauce
del Barranco del Salto Blanco, el camino en este tramo presenta un empedrado
medianamente conservado y progresa por el mismo cauce entre Jaguarzos (Cistus
monspeliensis), Amagantes (Cistus symphytifolius), Escobones (Chamaecytisus
proliferus) y Verodes (Kleinia neriifolia), bajo los riscos
pertenecientes a la vertiente del barranco. Luego, bajo el Lajial del Salto
Blanco y por un estrecho sendero que bordea el cauce, desembocaremos en una
pista agrícola que tendremos que cruzar para enlazar de nuevo con el camino
original, que discurre llaneando paralelo a dicha vía.
A continuación, veremos
como el camino sigue su curso bastante evidente, bajo el pinar y delimitado por
un murete de piedra seca, su firme es muy pedregoso y presenta algunos pequeños
trechos empedrados; las vistas panorámicas hacia el valle son inmejorables,
observando incluso el núcleo urbano de Granadilla cada vez más cercano.
Nuestro recorrido abandona el trazado original y desemboca en una pista
forestal con superficie bastante pedregosa, que discurre en fuerte pendiente
por una lomada elevada entre el Barranquillo de los Orobales y el Barranco del
Salto Blanco; en un momento determinado, donde hay un estanque, evitaremos una
curva muy cerrada de la pista para atajarla por un tramo original del camino
que termina pocos metros después de nuevo en la pista. Trescientos metros
después la pista de tierra se convierte en una calle cementada, que continúa
descendiendo entre multitud de huertas y fincas de cultivo; el asfalto hace su
presencia poco después y en una curva muy cerrada a la izquierda, donde hay una
bifurcación por la derecha, tendremos que desviarnos por la misma y descender
con fuerte pendiente junto a una vivienda para enlazar con un precioso camino
que conserva plenamente su empedrado de origen.
Canal del Sur (izq.); entrada al Caserío Sobre la Fuente (dcha.).
Avanza en línea recta, definido
por un muro de piedra seca, entre Pencones (Opuntia maxima), Vinagreras
(Rumex lunaria), Tabaibas (Euphorbia lamarckii) y Verodes (Kleinia
neriifolia), bordeando el Barranco de la Fuente; en una loma cercana hay
una era de trilla y luego tendremos que superar el Canal del Sur, que lleva
agua si queremos refrescarnos. Superado el mismo, vemos como se inicia por la
izquierda un acceso, escoltado por una vieja atarjea de tosca, que se dirige hacia
el Caserío Sobre la Fuente; una cuesta empedrada de unos pocos metros nos deja
en la única calle que atraviesa dicho caserío.
Caserío Sobre la Fuente (BIC).
Dicho asentamiento está
declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Sitio de Interés
Etnológico desde el año 2015, ya que se cree que fue el que dio origen al
núcleo poblacional de Granadilla; el caserío contiene elementos patrimoniales
característicos de la cultura rural de canarias, así mismo y por lo general sus
edificaciones son de mampostería de tosca, piedra y mortero de barro con
carpintería sencilla y techos de teja árabe, así como dependencias anexas como
cuadras, graneros, etc. Ligado a las viviendas existen varios hornos, uno de
ellos de doble boca y algún aljibe, también varias eras de trilla que conservan
su empedrado original y el entorno agrícola compuesto de numerosas huertas
abancaladas.
Camino empedrado hacia la Fuente del Lugar.
De vuelta al camino principal, seguiremos en descenso por el mismo, que
se nos presenta con un ancho considerable, definido por ambos muretes de piedra
seca y con su firme empedrado, que continúa bastante sinuoso en dirección al
cauce del Barrano de La Fuentita; una vez allí iremos a la Fuente del Lugar,
que está situada en un espacio empedrado y amplio bajo dos ejemplares de
Palmeras Canarias (Phoenix canariensis); la fuente está formada por una
pileta rectangular de piedra donde cae el agua proveniente del manantial
ubicado a un nivel superior, en una de las piedras tiene una inscripción
referida al año de su origen, 1859. Muy importante fue este hito en el ramal
del Camino de Chasna hacia Granadilla, ya que los arrieros y comerciantes que
hacían la ruta desde el norte hacia el sur, o viceversa, paraban aquí para
descansar y dar de beber a sus animales de carga.
Fuente del Lugar.
Cruzando el cauce del barranco, seguiremos nuestra marcha llaneando por
un camino empedrado que conecta directamente con la Calle de la Fuente, que,
pasando por la Plaza de la Cruz, confluye con la Calle de Carmona y más
adelante se cruza con la Calle de la Iglesia, la cual nos llevará a la Plaza de
San Antonio, donde iniciamos la ruta y finalizaremos la misma.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña