DESCRIPCIÓN
Partimos desde la Plaza de San Isidro en el Caserío de Las Carboneras,
donde se encuentra la Iglesia de San Isidro, de estilo contemporáneo, original
del año 1930, dedicada a la Virgen de los Reyes, que comparte altar con el
patrón del pueblo, San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza. En este
punto conectamos con el PR-TF-10.1, una variante del PR-TF-10 que empieza en la
Degollada de las Escaleras, pasa por este punto y termina en el Caserío de
Chinamada; para ello tomaremos la Calle el Montito, que enseguida converge con
la Calle Camino de Chinamada, que avanza asfaltada sobre La Hoya, una vaguada
por donde discurre el Barranquillo de los Encerraderos, que se une más abajo
con el Barranco de Taborno.
Iglesia de San Isidro (izq.).
En unos doscientos metros, el PR se desvía de la carretera
y asciende por nuestra izquierda, con fuerte desnivel, mediante unos escalones
tallados en el terreno y protegidos por un pasamanos de madera. En pocos metros
estaremos en un mirador natural que hace el camino y que se asoma a la cabecera
del Barranquillo de los Encerraderos, teniendo unas panorámicas espectaculares
del entorno, viéndose el Caserío de las Carboneras en primer plano y las laderas
del Barranco de Taborno, donde se asienta el Caserío de Taborno, sin obviar la
fantástica imagen del imponente Roque de Taborno (706 m.), al fondo de esta
magnífica postal.
Panorámicas hacia Las Carboneras.
Continuamos subiendo entre algunos Brezos (Erica arborea) y
enseguida giramos a la derecha y avanzamos llaneando junto a un muro de piedra
seca donde cuelgan gran cantidad de Cerrajas (Sonchus acaulis),
Helecheras (Pteridium aquilinum), Bejeques de Anaga (Aeonium ciliatum)
y algunos Verodes (Kleinia neriifolia), y que forma parte de unas
huertas de cultivo ubicadas en la zona de Las Goteras.
Progresamos por el
sendero que presenta un firme muy compacto y una morfología con algunos
remontes sin importancia, que salvaremos mediante escalones tallados en el
terreno y en algunos tramos algo expuesto hacia nuestra derecha, por donde pasa
a un nivel inferior, la carretera hacia el Caserío de Chinamada; más adelante
cruzaremos un pequeño bosque de Fayal – Brezal (Morella faya y Erica
arborea) en la zona de Los Hinojos y después pasaremos por la Hoya de
Tenejía, donde crecen numerosos ejemplares de Helecheras (Pteridium
aquilinum), un tramo del camino que bordea la base del impresionante Cabezo
de Tenejía (812 m.), una mole rocosa, que junto al Roque Amuguel (776 m.), se
alza majestuosa sobre nuestros pasos. En una vuelta del recorrido, sobre el
Lomo de la Hoya, el sendero forma un mirador natural que se asoma hacia el
valle donde se asienta el Caserío de Las Carboneras, que rodea todo el
magnífico entorno que podemos apreciar desde este punto.
Seguimos el sendero que desciende suavemente y un poco más adelante
gira bruscamente a la derecha, para bajar con fuerte pendiente un tramo
escalonado y protegido por una valla de madera que termina en la carretera que
une el Caserío de Las Carboneras con el de Chinamada, por donde discurre el
PR-TF-10.1, como así lo indica una señal ubicada en este punto. Hay un
apartadero en la vía, sobre el Lomo de la Bocina, desde donde podemos seguir
disfrutando de las magníficas vistas del entorno.
Carretera de Chinamada.
Caminamos por la carretera con la máxima precaución y siguiendo las
indicaciones del PR, iremos llaneando y bordeando la Hoya de Asade unos
trescientos metros, hasta llegar al inicio del Sendero
de Tesegre, que se encuentra a nuestra derecha y que discurre por una
lomada que bordea el cauce del Barranco de la Angostura, donde se alza el Roque
de las Aguilillas (665 m.); al borde de la carretera hay una pequeña área de
descanso bajo algunos ejemplares de Loros (Laurus novocanariensis) y
Acebiños (Ilex canariensis), donde podremos hacer una pausa.
Unos metros antes de este punto hay una rampa de tierra que se desvía
de la carretera por la izquierda, que tiene acceso directo a una estrecha
vereda que se abre paso entre Trebolinas (Oxalis pes-caprae), Helecheras
(Pteridium aquilinum) y algunas Cerrajas (Sonchus acaulis), que
transcurre bordeando una huerta de cultivo, que se encuentra sobre las
inmediaciones del Lomo Bicoche; iremos andando por dicha senda disfrutando de
las bonitas vistas del pequeño valle que se abre a los pies de La Montañeta
(647 m.) y del Morrito (592 m.), dos promontorios rocosos que se alzan sobre el
Caserío de Chinamada y que bordean la cabecera del Barranco de la Angostura.
Poco a poco nos introducimos en el bosque de laurisilva por la zona de Las
Rosas, donde el recorrido, algo sinuoso, asciende paulatinamente entre el
característico Fayal – Brezal (Morella faya y Erica arborea),
mediante un firme bastante compacto con algunos tramos escalonados. En pocos
metros estaremos en la zona conocida como El Bailadero, donde hay un pequeño
altar de piedra con una cruz de madera; en este punto confluiremos con el PR-TF-10 que por nuestra izquierda viene desde la Cruz del Carmen
y se dirige por la derecha, hacia la Punta del Hidalgo.
Calvario en El Bailadero y el PR-TF-10 de camino a Cruz del Carmen.
Continuamos hacia la derecha por dicho PR, en suave descenso, por un
sendero muy evidente que transcurre bajo la laurisilva, bordeando el Cabezo del
Bailadero (691 m.); más adelante, cuando se despeja el camino de la foresta,
seguimos avanzando por un tramo
escalonado con vistas hacia La Montañeta (647
m.) y después pasamos junto a una pequeña cueva excavada y protegida por un
murete de piedra seca, que sirvió de descansadero antes de entrar en el pueblo;
por el entorno crecen multitud de Matorriscos (Lavandula canariensis) Bejeques
(Aeonium ciliatum), algunas Retamones (Teline canariensis), Helecheras
(Pteridium aquilinum), Pencones (Opuntia maxima) y Orquídeas de
tres dedos (Habenaria tridactylites), desembocando de nuevo en la
carretera que viene desde el Caserío de Las Carboneras, donde conectamos con el
final del PR-TF-10.1, que confluye aquí con el PR-TF-10, de camino a Punta del
Hidalgo.
PR-TF-10 de camino a Chinamada.
Señalización en el inicio del "Sendero Autoguiado de Chinamada".
Punto de información número 1 (dcha.).
En este punto hay varias señalizaciones y una de ellas se refiere al "Sendero
Autoguiado de Chinamada" un sendero autoguiado que recorre
parte del Caserío de Chinamada, el cual no dudaremos en realizar. Para ello
iniciamos el recorrido en El Barrial por una senda estrecha que rodea la
totalidad de La Montañeta (647 m.), donde hay unas viejas casas-cueva excavadas
en el talud que protege el camino y que avanza expuesto hacia el cauce del
Barranco de la Angostura; enseguida vemos el Punto Número 1 del
recorrido autoguiado, que nos instruye acerca a las primeras referencias
históricas de la población.
Punto de información número 2 (dcha.).
Dragos (Dracaena draco).
Progresamos luego junto al patio exterior de una
vivienda también excavada en la pared colindante, donde crece un espectacular
ejemplar de Verode (Kleinia neriifolia), respetando en lo posible la
privacidad de sus moradores, y en pocos metros nos encontraremos el Punto
Número 2 que, mediante un pequeño cartel informativo, nos explica la
técnica que utilizaban para la realización de las viviendas. Continuamos la
marcha por un tramo donde la vereda aparece labrada en la roca y disfrutaremos
de las vistas que nos ofrece la Hoya Encella, un pequeño valle que se extiende
bajo las faldas de El Morrito (592 m.), donde abundan los terrenos de cultivo.
Unos
metros más adelante iremos por una pista cementada, que desciende bruscamente
hasta llegar otra vez a la carretera, donde está ubicado Punto Número 3
que nos enseña las características geológicas del terreno por donde pisamos, procedente
de las erupciones volcánicas de un pasado muy lejano; sobre nuestras cabezas se
alza un precioso ejemplar de Drago Canario (Dracaena draco) que no pasa
desapercibido. Hacia la derecha seguimos la ruta
por la carretera, hacia la Plaza de San Ramón, donde está la Ermita de San Ramón
Nonato, edificada entre 1988 y 1990; este es el Punto Número 4
del recorrido autoguiado, que trata sobre la festividad religiosa que se lleva
a cabo en este lugar todos los años.
Ermita de San Ramón Nonato.
Punto de información número 5.
Detrás de la Ermita hay un poste con señales del PR-TF-10 que nos da las
indicaciones para continuar hacia el final, en la Punta del Hidalgo y otra,
para avanzar de frente hacia el Mirador de Aguaide. Si caminamos unos cien
metros hacia la izquierda, por el PR, daremos con el Punto Número 5, ubicado justo enfrente de la Ladera de la
Quebrada, donde se encuentra el mayor número de casas-cueva del entorno.
Punto de información número 6.
Casas-cueva de camino al Mirador de Agüaide.
Desandamos nuestros pasos para dirigirnos al mirador, distante unos seiscientos
metros; iremos llaneando entre gran cantidad de Pencones (Opuntia maxima),
por un camino ancho y con firme muy compacto bordeando la parte trasera de la
Ladera de la Quebrada, donde se encuentra el Punto Número 6, éste
nos enseña la zona de Los Llanos, un valle que se encuentra frente a nosotros y
que antaño eran terrenos fértiles de cultivo y pastos para el ganado. Después
llegaremos a una amplia degollada situada bajo el Morro de Aguaide (633 m.), expuesto
al cauce del Barranco del Tomadero, desde donde hay un mirador inmejorable para
observar el Roque de los Pinos (550 m.), un domo volcánico que alberga un
pequeño bosque de Pino Canario (Pinus canariensis), único en el Macizo
de Anaga y un endemismo único, el Amagante de Anaga (Cistus chinamadensis);
en este mirador está el Punto Número 7.
Seguimos la ruta por un sendero muy marcado que camina bordeando el
Morro de Aguaide (633 m.) que se alza por nuestra izquierda, teniendo la zona
de Los Llanos al lado contrario, que nos ofrece unas espectaculares panorámicas
de todo el entorno. Después, empezamos a descender suavemente entre gran
cantidad de Inciensos (Artemisia thuscula), Cerrajas (Sonchus acaulis),
Bejeques de Anaga (Aeonium ciliatum), Codesos (Adenocarpus foliolosus),
Matorriscos (Lavandula canariensis), Malpicas (Carlina salicifolia), entre
otras muchas especies, por un terreno irregular y algo sinuoso, en dirección al
Mirador de Aguaide, situado al borde del acantilado y donde se encuentra el
último punto de información, el Punto Número 8.
Mirador de Agüaide.
Una vez en él, nos
paramos a disfrutar del magnífico panorama que tendemos delante; desde la
plataforma costera que se extiende bajo la cuerda montañosa que alberga el
Roque Carnero (520 m.) y el Pico de los Cardos (297 m.), donde se encuentra la
población de Punta del Hidalgo, pasando por la inconfundible silueta del Roque
de dos Hermanos (336 m.), que tiene una curiosa leyenda guanche, y terminando
en los riscos que se precipitan hacia la costa donde está la Playa de la
Fajana, la de Pachila y la de Ocadila. De regreso, subiremos opcionalmente, al Morro de Aguaide (633 m.), un
ascenso sencillo que hace diferente el recorrido habitual y que desemboca en el
mirador del Roque de los Pinos (550 m.).
Camino hacia Los Batanes.
A partir de aquí desandamos el
recorrido hasta la Plaza de San Ramón y desde ahí caminamos unos doscientos
cincuenta metros por la carretera, hasta que veamos el inicio de un sendero por
nuestra derecha que se dirige al Caserío de El Batán, visible al otro lado del
valle. Empieza descendiendo suavemente sobre el Lomo Arago, progresando
mediante algunos tramos con escalones tallados en el terreno y después de haber
traspasado una puerta dispuesta para que no pase el ganado, empieza a descender
con más desnivel bajo el Lomo del Cuchillo avanzando por tramos más compactos combinados
con algunos otros más pedregosos.
Roque de Anube (dcha.).
Luego, desciende aún más empinado por
numerosos tramos escalonados, tanto con peldaños de roca, como tallados en el
terreno y también caminaremos sobre algunos más degradados y descompuestos
hasta llegar a la zona denominada El Cerrillar. A partir de aquí continúa el
camino, siempre en bajada, por una zona de tosca rojiza donde nos aseguraremos
mediante una cadena de hierro que, dicho sea de paso, afea el entorno,
dispuesta a la altura de las manos y que nos da la seguridad suficiente para
llegar, mediante una escalera labrada en la tosca, al cauce del Barranco del
Bolo, cuya cabecera se encuentra en las inmediaciones del Cabezo de Tenejía
(812 m.), discurriendo por el Lomo la Rosa.
Tramo escalonado y asegurado con cadena en el Bco. del Bolo.
Una vez lo hayamos cruzado, seguimos el trayecto del camino subiendo
suavemente junto a una construcción de tosca compuesta de una estancia a modo
de vivienda y una cueva-refugio, ambas ubicadas bajo un talud rocoso que bordea
nuestros pasos, en el Lomo de la Cruz.
Enseguida estaremos en la Degollada de
Anube, un paso excavado en la tosca entre el Lomo de la Cruz y el Roque de
Anube. Continuamos el sendero bajando un tramo escalonado y enseguida
progresamos llaneando por el Lomo de los Inciensos, desde donde tendremos unas
panorámicas inmejorables del valle por donde discurre el Barranco del Río,
teniendo a la vista el Caserío de Chinamada y el Roque de los Pinos (550 m.) a
un lado del cauce, al igual que el de Las Carboneras, al otro lado.
Degollada de Anube.
El sendero
sigue su curso descendiendo repentinamente con firme más pedregoso y con
algunos tramos escalonados, donde la tosca rojiza característica del Macizo de
Anaga, permitió tallar los escalones para facilitar el tránsito; atravesamos
otra puerta dispuesta para que el ganado no pase y después de un buen tramo en
descenso algo descompuesto, llegaremos a uno de los márgenes del Barranco del
Río. De frente y cruzando el cauce, el camino continúa hacia Los Batanes, bien
por la Vereda del Cuchillete o por el Batán de Abajo, donde está la Cueva del
Lino; nuestra propuesta gira cambiando el sentido de la marcha hacia la
izquierda, tomando otro sendero que se aleja del barranco y que se dirige a Los
Morales.
Cauce del Barranco del Río.
Remontamos por un tramo escalonado bordeado de Piteras (Agave
americana), que conecta con un sendero de firme compacto, que discurre
bordeando algo expuesto, el cauce del Barranco de los Morales; más adelante,
cuando pasemos junto a un murete de piedra seca perteneciente a unas huertas de
cultivo, cruzaremos dicho barranco y continuamos la marcha ascendiendo por el
lado contrario, bajo la Hoya de los Cardos, mediante una zona más rocosa y
luego avanzamos sin pausa, combinando tramos escalonados y expuestos, con otros
de firme más compacto.
Camino hacia Los Morales.
En un momento determinado cruzamos de nuevo el cauce del
Barranco de los Morales y progresamos luego subiendo junto a un talud de tosca
rojiza, donde hay unos escalones tallados en el terreno. A continuación,
traspasamos una puerta colocada en el camino para que no pase el ganado, que
nos da el paso para seguir el ascenso con un desnivel más acusado por una zona
de tosca; inmediatamente después de haber cruzado una plataforma inclinada
donde crecen gran cantidad de Helechos (Pteridium aquilinum), unos
escalones labrados suben con fuerte pendiente por un tramo estrecho, muy sinuoso
y algo resbaladizo, que nos dejan en el entorno de Los Morales.
Lo primero que
encontramos es un gran promontorio rocoso donde crece un enorme y solitario
ejemplar de Sabina Canaria (Juniperus canariensis), que da cobijo a unas
viejas huertas donde hay varias Higueras; desde este lugar, las vistas
panorámicas del valle por donde discurre el Barranco de los Morales son
inmejorables.
Sabina Canaria (Juniperus canariensis), (izq.).
Era y vivienda en Los Morales.
En el entorno más cercano hay un aljibe y varias casas-cueva
donde residían los medianeros de la finca, así como los aposentos para los
animales de carga; seguimos avanzando por el camino mediante una escalera
tallada en el terreno, luego pasaremos junto a una era de trilla y más adelante
bordeamos el exterior de dos viviendas que se hallan en estado de semi abandono.
Caserío de Los Batanes desde Los Morales.
Después de atravesar una puerta de madera que bloquea el paso del ganado,
giramos a la izquierda, caminando por un evidente sendero que discurre entre un
mar de Helechos (Pteridium aquilinum), bordeando un muro de piedra seca
de unas huertas colindantes; enseguida encontramos la continuación del camino
que asciende repentinamente con firme algo pedregoso, combinado con algunos
tramos empedrados. El desnivel de subida es moderado y después de un sinuoso e
interminable progreso, llegaremos a conectar directamente con el PR-TF-10,
donde hay un poste de madera con su correspondiente señalización; continuamos
hacia la derecha, no sin antes asomarnos a un promontorio rocoso que se desvía
unos metros del camino, donde disfrutaremos de las panorámicas del entorno.
PR-TF-10 hacia la Degollada de las Escaleras.
Panorámicas desde el PR-TF-10.
Degollada de Las Escaleras.
Continuaremos en suave ascenso por un sendero ancho y muy cómodo, que avanza
bajo laurisilva, hasta llegar a la Degollada de las Escaleras, una zona situada
bajo el Roque de las Escaleras (770 m.), donde hay una cruz de madera y una
torre de alta tensión; en este punto se inicia el PR-TF-10.1 que desciende por
nuestra izquierda hacia el Caserío de Las Carboneras y que será nuestra opción,
el PR-TF-10 sigue su curso de frente hacia la Cruz del Carmen.
Fuente de agua bajo el Roque de Las Escaleras (izq.).
PR-TF-10.1 de camino a Las Carboneras.
Progresamos descendiendo
por un sendero ancho y con firme terroso que progresa junto a un viejo
descansadero tallado en el talud rocoso que lo bordea; junto al mismo hay una
fuente donde poder reponer agua. El camino continúa bajo las faldas del Roque
de las Escaleras (770 m.), en descenso y bajo la característica vegetación de
la laurisilva, bordeado de gran cantidad de Helecheras (Pteridium aquilinum),
por la Hoya de las Escaleras y paralelo a la carretera TF-145 que la tendremos
a un nivel inferior de nuestro recorrido.
PR-TF-10.1
La Cruz de Las Carboneras (dcha.).
Luego, sigue en continuo desnivel de
bajada por el Lomito de la Haya y por Las Higuerillas, donde el trazado se
presenta algo más sinuoso y con firme con algunos tramos escalonados; más
adelante, bordeando el Lomito la Era, gira bruscamente a la izquierda,
brindándonos unas bonitas panorámicas de las laderas del Barranco de Taborno,
donde se asienta el caserío del mismo nombre y se eleva el Roque de Taborno
(706 m.).
Iglesia de San Isidro.
Continúa el recorrido por el mismo PR-TF-10.1, con un ancho
considerable y después pasa muy sinuoso junto a unas huertas; finalmente unos
escalones de piedra nos dejan en la carretera TF-145 y sólo unos cuatrocientos
metros, pasando junto a la Cruz de las Carboneras, nos separan del final del
recorrido en la Plaza de San Isidro, mismo punto donde iniciamos la ruta y
donde damos por terminada la jornada.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña
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