LAS VEGAS - MONTAÑA DE TAMÉS -
LAS VEGAS
(Regreso por el Barranco y Presa del Río)
FICHA TÉCNICA
TÉRMINO MUNICIPAL: Granadilla y Arico.
COMO LLEGAR: En el kilómetro 68 de la carretera TF-28, hay un cruce
donde empieza la carretera TF-555 de acceso al Caserío de Las Vegas.
COMIENZO: Caserío de Las Vegas.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Media - Alta.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 15,6 km.
PROVISIÓN DE AGUA: En el Canal de Aguas del Sur se puede tomar agua
para refrescarnos y en la Fuente del Guirre, en temporada de lluvias.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Caserío de Las Vegas; 2.- Ermita de Nuestra
Señora de la Esperanza; 3.- Canal de Aguas del Sur; 4.- Canal de Agua de la
Galería de Juan Dana; 5.- Horno de tosca; 6.- Cueva Caída; 7.- PR-TF-83.4
(Camino del Molino); 8.- Era del Aserradero; 9.- Montaña Tamés (1162 m.); 10.-
Pino del Guirre; 11.- Fuente del Guirre; 12.- Casa El Seco; 13.- Galería El
Consuelo; 14.- Canal de Aguas del Sur; 15.- Casas del Taro; 16.- Presa del Río;
17.- Zona de escalada El Río; 18.- Galería Esperanza del Río.
VENTAJAS: Recorrido de alto valor paisajístico y con algunos tramos
señalizados y homologados.
INCONVENIENTES: El sendero, tanto de acceso como de salida del Barranco
del Río, está en malas condiciones y en ocasiones discurre bastante expuesto al
barranco. El tramo de camino por el entorno de Cueva Caída puede inducir a
error debido a que su trazado no está definido.
PELIGROSIDAD: La travesía por el interior de un barranco siempre
entraña peligro de desprendimientos, sobre todo en la época invernal, por lo
tanto, iremos con la máxima precaución.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
PUEDES SEGUIR ESTA RUTA EN WIKILOC
CARTOGRAFÍA
DESCRIPCIÓN
El Caserío de Las Vegas está situado en las medianías del municipio de
Granadilla; fue el primer asentamiento poblacional después de la conquista de
la isla, ya que era el lugar adecuado para establecer el pueblo por su
situación cerca de manantiales de agua y rodeado de tierras de buena calidad
para los cultivos. Entre sus riquezas etnográficas se encuentran las ruinas de
la edificación más antigua, originaria del siglo XVI y hecha con piedra
chasnera, utilizada en el siglo XIX como secadero de tabaco; es de destacar la
Ermita de Nuestra Señora de la Esperanza, del siglo XVI, situada en un
promontorio desde donde se pueden ver unas vistas panorámicas inmejorables del
entorno rural. Su estilo arquitectónico es muy sencillo, con techo de teja a
dos aguas, estando rematada con una pequeña cruz de madera y su especial
característica es el campanario, que está ubicado en un Pino Canario anexo,
donde está colgada la campana que se utiliza para avisar a los feligreses de
los actos religiosos.
Ermita de Nuestra Señora de la Esperanza.
Nuestra ruta se inicia en la plaza donde está la Ermita, accediendo a
la Calle de las Vegas donde hay un poste con señalización de las diferentes
variantes del sendero homologado PR-TF-83; en nuestro caso empezamos a caminar
por el PR-TF-83.3, que gira hacia la derecha por la calle principal; a la
izquierda se inicia el PR-TF-83.1 que asciende por La Florida hacia Los Escurriales, el
PR-TF-83.4 que va hacia la zona de El Seco y el PR-TF-83.5, que conecta con el
sendero principal pasando antes por La Higuera y Los Hibrones.
Siguiendo por la calle principal, a unos doscientos metros, hay un
pequeño parque recreativo situado en un hito etnográfico a tener en cuenta
llamado Pino de la Jaba; se trata de un espacio agrícola donde hay unos
antiguos paredones, llamados “Pasiles” donde se ponían a secar diversas frutas,
principalmente higos, productos elaborados desde la época de los Guanches y que
se mantuvo en la antigüedad como base alimenticia para la subsistencia de las
familias de los entornos rurales como este.
Pista en el Barranco del Risco del Muerto (dcha.).
Justo enfrente, subimos una cuesta
pedregosa que termina en una llanada y, siguiendo las marcas del PR,
descendemos bruscamente por un camino muy erosionado que se dirige al cauce del
Barranco Risco del Muerto, donde hay unas huertas de cultivo y una pista de
acceso entre varios almendreros, situadas cerca de la carretera. Hacia la
izquierda buscamos el inicio de una vereda que se desvía del PR y que se abre
paso entre Pencones (Opuntia maxima) y Jaguarzos (Cistus
monspeliensis), camina en ascenso con firme muy pedregoso, aunque con
algunos tramos de tosca dura, por una de las vertientes del Barranquillo del
Molino, que discurre por nuestra derecha; más adelante lo encontramos marcado
con una hilera de pequeñas rocas a cada lado de su trazado, cuando va muy
sinuoso entre algunos Pinos Canarios (Pinus canariensis) que forman un
bosque algo disperso.
Continúa luego, sin parar de ascender y bastante sinuoso,
entre multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis), algunas Malpicas (Carlina
salicifolia) y Matorriscos (Lavandula canariensis), por el Lomo
Cascabel, desembocando poco después en el PR-TF-83.1
en las inmediaciones de la Hoya Cascabel; seguimos ascendiendo por éste,
mediante un trazado muy bien marcado, que discurre entre Verodes (Kleinia neriifolia),
Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Inciensos (Artemisia thuscula)
y Pencones (Opuntia maxima); en un momento determinado atravesamos el
Canal de Aguas del Sur, que se cruza perpendicularmente con el camino y unos
metros más adelante una atarjea que pertenece a alguna de las galerías que hay
por el entorno.
Cruce con el PR-TF-83.1
El camino continúa y más adelante cruzamos de nuevo otro canal
de agua, donde también hay una vieja tanquilla de aforo, es el conducto
perteneciente a la Galería de Juan Dana, ubicada en el Barranco del Río, que
hace de límite natural entre los municipios de Arico y Granadilla de Abona.
PR-TF-83.1
Canales de agua que cruzan el sendero.
Después de unos 50 metros aproximadamente, cuando el PR gira hacia la
izquierda y se dirige al Barranco del Risco del Muerto, pasando antes por las
viejas Casas-Cueva, lo evitamos y continuamos de frente bordeando unas viejas
huertas de cultivo abandonadas. Cerca de la orilla del Barranco, al lado de un
ejemplar de Pino Canario (Pinus canariensis) y entre Pencones (Opuntia
maxima) y Cruzadillas (Hypericum reflexum), hay un horno de tosca
que aún conserva su estructura medio derruida y en el lomo que hay enfrente, al
otro lado del cauce del barranco, se vislumbra otro en mejores condiciones de
conservación.
Restos de un horno (izq.).
Retomamos el camino, que avanza siempre en ascenso y bien marcado, por
una zona bastante pedregosa que discurre bordeando el Barranquillo de Cueva
Caída, entre Jaguarzos (Cistus monspeliensis) y algunos Pinos Canarios (Pinus
canariensis) que crecen dispersos por el entorno; en un momento determinado
vemos una cueva de gran tamaño ubicada en la cabecera del barranco y la vereda
que se dirige precariamente hacia ella, teniendo que abrirnos paso entre la
vegetación, compuesta mayoritariamente de Pencones (Opuntia maxima), que
ocultan el paso.
Cueva caída.
Dentro de la gruta hay unos muros de piedra seca a modo de “goros” que
se encuentran derruidos; saldremos de la misma con más facilidad, retomando la
senda que se distingue claramente y que remonta suavemente, bastante pedregosa
y algo sinuosa, por el borde del barranquillo llamado Cueva Caída.
Senda cruzando el Barranquillo de Cueva Caída.
Enseguida
confluiremos con el Camino del Molino, el PR-TF-83.4, que se dirige al Molino
de Las Vegas y que une a su vez el PR-TF-83.1
con el PR-TF-83.3, todas variantes del sendero principal, el PR-TF-83. En este
punto seguimos hacia la izquierda por el citado PR, cruzando el cauce del
Barranquillo de Cueva Caída y en pocos metros lo abandonamos, desviándonos
hacia la derecha por el Camino del Aserradero que se inicia bastante bien
definido y con un firme irregular, ascendiendo con moderada pendiente entre
multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis)
y algunos ejemplares de Verodes (Kleinia neriifolia).
Camino del Aserradero.
Avanza luego con
un desnivel de subida más inclinado y zigzagueando entre un bosque de Pino
Canario (Pinus canariensis) que crece disperso por la lomada que se
extiende entre el Barranquillo de El Aserradero y el Barranquillo de la Cueva
Caída; seguimos subiendo luego junto al muro de piedra seca de unas viejas
huertas anexas al camino, donde el firme lo encontramos mucho más pedregoso.
Camino del Aserradero.
Después,
sin parar de subir y con vistas hacia el cono volcánico oculto por el pinar, de
Montaña Pelada (1370 m.), continuamos adentrándonos cada vez más en el monte
donde el pinar es algo más abundante; el recorrido se hace algo incómodo debido
a lo pedregoso del terreno y a su morfología bastante erosionada, aunque la
línea de dirección es perfectamente localizable. En un momento determinado,
giramos bruscamente a la derecha ascendiendo más suavemente, con vistas a la
dorsal donde se encuentra la Degollada de Guajara, perteneciente a la cadena
montañosa que cierra el llamado circo de Las Cañadas, dentro del Parque Nacional
del Teide.
Camino del Aserradero.
Era del Aserradero.
Un último tramo muy sinuoso nos hace desembocar en una pista
forestal, es el Camino de Guajara, en este lugar está ubicada la Era del
Aserradero, una infraestructura agrícola que aún conserva parte de su empedrado
original; anexa a la misma hay una construcción de piedra de tosca medio
derruida, que forma parte del mismo complejo. Cruzamos dicha pista y tomamos de
frente el sendero que se desvía de la misma y que es perfectamente visible,
para continuar ascendiendo unos cien metros y desembocar de nuevo en la misma
pista forestal, en la zona conocida como El Aserradero, denominada así por haber
sido en la antigüedad, un entorno de aprovechamiento forestal.
Risco del Muerto (dcha.).
Nuestra ruta continúa por la pista, siempre en ascenso y en línea recta
unos doscientos metros, donde veremos cómo se cruza perpendicularmente el
PR-TF-83.3, que une el Caserío de Las Vegas con el Risco del Muerto; seguimos
hacia la derecha por el sendero que se encuentra muy bien definido y con firme
compactado y cómodo de progresar, discurre en ascenso y bajo el pinar, cruzando
un barranquillo primero y más adelante el cauce del Barranco de Tamés, para
continuar llaneando, hasta que encontremos una pista forestal que se cruza en
nuestro camino, la Pista de Tamés.
Pista forestal de Tamés (dcha.).
En este punto tendremos que ir hacia la
derecha, como lo indica una señal de dirección del PR, descendiendo mediante un
firme bastante pedregoso entre multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis),
Amagantes (Cistus symphytifolius) y algunas Gamonas (Asphodelus
ramosus), hasta que lleguemos a los Llanos de Tamé, una amplia llanada
situada en la base de la Montaña de Tamés (1162 m.).
Punto geodésico en la Montaña de Tamés (dcha.).
Hay un poste con varias
señales de dirección, de frente hay un acceso que se dirige a la cumbre de la
montaña, donde podremos disfrutar de unas bonitas vistas panorámicas de las
medianías y zona costera de Granadilla y a la derecha continúa el PR, siempre
en descenso, con firme muy degradado y resbaladizo, que se dirige al Caserío de
Las Vegas. Avanza luego cerca de unas paredes de tosca de varias huertas de
cultivo abandonadas y continúa zigzagueando muy marcado y evidente bajo el
pinar, hasta que en un momento determinado lleguemos al Pino del Guirre, un
ejemplar de Pino Canario (Pinus canariensis) catalogado por las instituciones
de la isla como Árbol Monumental, debido a sus grandes dimensiones y ser punto
de referencia de los habitantes de su entorno.
Señalización en el Pino del Guirre.
Está situado en un amplio
espacio junto al sendero y ofrece una agradable sombra y un lugar tranquilo
para descansar; por la derecha hay una estrecha vereda que termina unos 50
metros después en las Fuentes del Guirre, un manantial natural de agua que mana
de un afloramiento rocoso compuesto de tosca y que es recogida en un receptáculo
tallado en la misma, todo ello con vistas al Barranco de Tamés y al valle donde
se asienta el Caserío de Las Vegas.
Fuente del Guirre.
De vuelta al camino principal, continuamos la marcha en descenso por el
sendero que se encuentra muy marcado y con firme bastante compacto; en pocos
metros nos encontramos con el Pino del Rayo, un tocón quemado y agrietado,
aparentemente destruido por un rayo. El sendero avanza bastante sinuoso por una
lomada que discurre entre el pinar, que crece algo disperso, mediante un firme
que combina tramos muy compactos de tosca y otros más arcillosos y bastante
cómodos de progresar, siempre muy marcado y delimitado por una hilera de
piedras a cada lado.
Pino del Rayo (izq.).
Unos metros más adelante discurre con un desnivel más
acusado de bajada entre multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis),
Amagantes (Cistus symphytifolius), algunos Verodes (Kleinia
neriifolia), Gamonas (Asphodelus ramosus) y Matorriscos (Lavandula
canariensis), hasta que se asoma, en la zona conocida como El Seco, hacia
un espacio abierto en las inmediaciones del borde del Barranco del Río, donde
se encuentra la Casa del Seco, una vieja edificación de piedra donde reside el
pastor de un rebaño de cabras que hay por la zona.
Casa del Seco (dcha.).
En este punto nos desviamos hacia
la izquierda abandonando el PR-TF-83.3, por una pronunciada y resbaladiza
bajada, que desemboca en la pista de acceso a la Casa del Seco, ubicada en un
amplio promontorio de tosca sobre una de las vertientes del Barranco del Río.
Pasaremos junto a la edificación respetando la propiedad, ya que suele haber
ganado suelto y continuamos de frente en dirección a un Pino Canario (Pinus
canariensis) que crece solitario cerca de una huerta abandonada; el camino
desciende muy pedregoso y descompuesto, a la vez que bastante resbaladizo,
entre Vinagreras (Rumex lunaria), Inciensos (Artemisia thuscula),
Verodes (Kleinia neriifolia), Jaguarzos (Cistus
monspeliensis) y algunos ejemplares de Taginastes (Echium giganteum).
Morro El Gangarro, en el fondo (dcha.).
Luego avanza algo expuesto y muy empinado, abriéndose paso junto a un talud
rocoso que se eleva por nuestra izquierda, desembocando poco después en un
sendero con firme más compacto y trazado evidente, que a partir de este punto discurre
bordeando el cauce del Barranco del Río; tiene algunos tramos más expuestos y
otros invadidos por la abundante vegetación y avanza con vistas hacia el Morro
el Gangarro, una colina rocosa que destaca y que se eleva sobre el cauce.
Sendero hacia el cauce del Barranco del Río.
Luego
va descendiendo suave y paulatinamente sobre la base de dicho risco, donde
podremos intuir una vereda que se desvía de nuestro camino y asciende malamente
hacia una canalización, que pertenece a la Galería de Juan Dana, que transcurre
a un nivel muy superior al que estamos pisando.
Canal en desuso de la Galería El Consuelo (izq.).
Nuestra ruta continúa bajando
hacia el barranco y en un momento determinado llegaremos a otro canal en
desuso, es el conducto que se usaba para trasladar el agua de la Galería de El
Consuelo, situada más adelante en el mismo cauce; caminamos precariamente unos
metros junto a dicho canal, hasta que veamos un desvío por la derecha que desciende
vertiginosamente y mediante una resbaladera pedregosa, hacia el cauce,
desembocando en él, sobre un pequeño tramo que conserva a duras penas su
empedrado original.
Pisamos el cauce del Barranco del Río y empezamos a
remontar por él, enseguida pasamos bajo la misma canalización que en este caso
está sobre un soporte de cemento en forma de puente sobre nosotros. Continuamos
caminando cauce arriba, sin camino definido y sorteando grandes rocas dispuestas
en todo el recorrido, entre las cuales crece vegetación diversa como Taginastes
(Echium giganteum), Helechos (Pteridium aquilinum) en los riscos
colindantes más húmedos, junto a los Culantrillos (Adiantum capillus), Tabaibas
(Euphorbia lamarckii), Verodes (Kleinia
neriifolia), Bejeques (Aeonium canariense), Vinagreras (Rumex
lunaria), Granadillos (Hypericum canariense), Palomeras (Pericallis
lanata), Matorriscos (Lavandula canariensis) y algunos ejemplares de
Sauces Canarios (Salix canariensis), entre otras muchas especies.
Infraestructuras pertenecientes a la Galería El Consuelo.
Nos
fijaremos en la pared de nuestra derecha, en un estrato de roca de color rojizo,
donde se encuentra de la bocamina de la Galería de El Consuelo, junto a una
cueva excavada como refugio y estancia de los obreros que trabajaban en la misma;
ambos elementos están ocultos tras la abundante vegetación del entorno.
Continuamos avanzando entre las altas paredes que guardan el cauce de
este majestuoso barranco, siendo uno de los más largos de la isla, ya que nace
en los límites del Parque Nacional del Teide, concretamente en la Degollada de
Guajara y desemboca en la costa, en la llamada Playa del Callao del Río;
enseguida tendremos que fijarnos en una construcción de cemento, que es el
cuarto de motores de la Galería El Consuelo, ubicada en la ladera que queda a
nuestra derecha, ya que a un nivel inferior de su ubicación, se inicia el
sendero de subida que asciende con fuerte pendiente y muy erosionado entre
grandes ejemplares de Verodes (Kleinia neriifolia), Vinagreras (Rumex lunaria) y Tabaibas (Euphorbia
lamarckii).
Pasamos por delante de la edificación y después giramos a la
izquierda para continuar zigzagueando sobre los restos del empedrado del
camino, que se va abriendo paso por la ladera rocosa que forma una de las
vertientes del barranco; a medida que vamos tomando altura, veremos la imagen
del majestuoso entorno que forma esta espectacular garganta. En la ladera
contraria se vislumbra una vereda que asciende hacia el canal perteneciente a
la Galería de Juan Dana, situada en el Barranquillo Morro del Gangarro, un
afluente que converge con el cauce principal; unos metros más adelante pasamos
junto a una casa-cueva excavada bajo el risco, edificación perteneciente
también a la Galería El Consuelo.
Entre multitud de Vinagreras (Rumex lunaria), Jaguarzos (Cistus
monspeliensis), Matorriscos (Lavandula
canariensis), Tabaibas (Euphorbia lamarckii), Pencones (Opuntia
maxima) y algún Pino Canario (Pinus canariensis) aislado, continuamos
la subida, que termina poco después, para prolongar el sendero que llanea
bastante estrecho por el borde del talud rocoso de la vertiente del barranco, teniendo
algún tramo algo expuesto donde hay que pasar con precaución. En un momento
determinado encontramos un túnel excavado en el risco que nos llevará a salir
definitivamente del barranco; al traspasarlo podemos dar un giro a la derecha y
remontar hasta coronar un promontorio rocoso desde donde podremos disfrutar de
las impresionantes vistas que nos ofrece el entorno.
Vista panorámica del entorno del Barranco del Río.
De vuelta al camino principal, continuamos el recorrido cruzando el
cauce del Barranquillo Carnero, que se encuentra atestado de Pencones (Opuntia
maxima), Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Tabaibas (Euphorbia
lamarckii) y Taginastes (Echium giganteum);
después de atravesarlo, conectaremos con una pista de tierra que abandonamos
enseguida, desviándonos hacia la derecha para tomar un camino, en principio
intuitivo, que se abre paso entre multitud de Bejeques Punteros (Aeonium
urbicum) y algunos Pinos Canarios (Pinus canariensis) aislados;
tomaremos como referencia un viejo canal de piedra que discurre junto a
nuestros pasos un buen tramo de trayecto.
Después de haber cruzado el Barranquillo Carnero.
El recorrido avanza sin marcar,
siguiendo una traza más o menos clara por una lomada que bordea el Barranquillo
Carnero, tiene tramos bastante rocosos, donde el paso es más firme y otros más
degradados y pedregosos; en un momento determinado, vemos como el cauce de un
barranquillo secundario que aparece por nuestra izquierda, se cruza en nuestra
dirección, viendo como la canalización que seguimos de referencia está
sustentada en un muro de piedra seca que atraviesa dicho cauce. Crece un
solitario castañero en el fondo del barranquillo y el camino continúa en
dirección a una vieja construcción de tosca que se encuentra en estado ruinoso,
situada en la zona conocida como La Vera, junto a varios Pinos Canarios (Pinus
canariensis) y rodeada de frondosa vegetación, otra referencia para seguir
por el camino correcto.
Seguimos la marcha, siempre en suave descenso, ahora por un tramo con
firme de tosca, donde la canalización de piedra que nos sirve de guía se hace
más visible; giramos después a la izquierda y cruzamos otro barranquillo junto
a las paredes de piedra seca de unas viejas huertas, abriéndonos paso entre
gran cantidad de Bejeques Punteros (Aeonium urbicum) y algunos Verodes (Kleinia
neriifolia) que crecen por el entorno, para desembocar poco después en una
pista agrícola, justo donde hay una propiedad particular y el paso del Canal de
Aguas del Sur, donde podremos refrescarnos con el agua que lleva.
Camino del Taro.
Seguimos el
curso de la pista, que confluye pocos metros después con el Camino del Taro,
que continúa en descenso entre un bosque de Pinos Canarios (Pinus
canariensis) disperso por todo el entorno, por un lomo bastante pedregoso
entre el Barranco del Río, que nos queda a nuestra derecha y el Barranco de El
Lance, al lado contrario; el trazado es evidente, aunque tiene algunos tramos
que no tiene ninguna marca que lo pueda identificar.
Descenso hacia el Barranquillo de la Vera.
Tramo con restos de empedrado (dcha.).
Al terminar la loma, con
vistas panorámicas hacia la costa del municipio de Granadilla, giramos
bruscamente a la izquierda, caminando por un firme con restos de empedrado, que
se interna paulatinamente hacia el cauce del Barranquillo de La Vera; una vez en
su cauce, continuamos la marcha por el mismo y salimos poco después para
conectar enseguida con el Barranco de El Lance, el cual atravesaremos mediante
un tramo de camino muy deteriorado que luego asciende poco a poco y muy
suavemente continúa su curso con firme que conserva a duras penas su empedrado
original. Entre multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis),
Matorriscos (Lavandula canariensis), Vinagreras (Rumex lunaria),
Pencones (Opuntia maxima) y Tabaibas (Euphorbia lamarckii), desemboca
poco después en la zona conocida como Las Vueltas, en la carretera asfaltada
que une el pueblo de El Río con la zona agrícola de la zona alta del municipio
de Arico.
Tramo saliendo del Barranco de El Lance.
Tendremos que continuar bajando por la misma carretera, que nos regala
unas fabulosas vistas hacia la franja costera de los municipios de Arico y
Granadilla; después de unos cuatrocientos metros, pasaremos junto a las Casas
del Taro, un pequeño caserío de varias edificaciones asentado junto al camino,
que alberga en un patio exterior, lo que queda de un horno de tosca.
Tramo de asfalto por el Camino del Taro.
Casas
del Taro (izq.).
Continuamos por la carretera, que mantiene un murete de piedra seca en uno de
sus bordes, evidenciando la importancia de lo que fue el Camino del Taro; en un
momento determinado, justo donde hay un estanque de agua, tenemos que abandonar
el asfalto y desviarnos hacia la derecha por una pista de tierra que llanea
unos metros y después desciende con suave pendiente y con firme bastante
pedregoso, entre algunos Pinos Canarios (Pinus canariensis) dispersos
por el entorno; unos metros más adelante, termina y da paso a una vereda
descompuesta que cruza un barranquillo y que nos acerca al borde del Barranco
del Río, donde la primera imagen que nos llama la atención es la llamada Presa
del Río, una infraestructura construida en la década de los años 60 del siglo
XX, para almacenar el agua de la escorrentía del Barranco de Río; nunca estuvo
en funcionamiento debido a problemas graves de filtraciones en su estructura de
hormigón, de ahí que esté clasificada como uno de los grandes fracasos de la
ingeniería hidráulica de la isla de Tenerife.
Buscamos una senda cementada que luego desciende bruscamente a través
de unos escalones de mampostería que avanzan por una zona muy rocosa, donde
crecen Bejeques (Aeonium canariense), Tabaibas (Euphorbia lamarckii),
Jaguarzos (Cistus monspeliensis) y Cruzadillas (Hypericum reflexum),
desembocando luego en un pasillo excavado en la tosca que tiene el firme
bastante irregular y resbaladizo, terminando en un camino que se dirige por
nuestra derecha hacia la zona de escalada del Barranco de Río y hacia la
izquierda al paso superior de la presa que cruza el barranco.
Zona de escalada de El Río.
Galería Esperanza del Río (izq.).
Opcionalmente y
bastante recomendable es tomar el sendero que se adentra paulatinamente hacia
el cauce del barranco, pasando bajo la zona de escalada, concretamente por el
Sector de la Presa y del Acebuche, que se encuentran por nuestra derecha; el
camino es llano y discurre por la vertiente norte del barranco, adentrándose
luego en el propio cauce zigzagueando entre caos de rocas, por la zona conocida
como La Lacería, donde se encuentra la Galería Esperanza del Río, en cuyo
entorno está la zona de escalada del Sector de la Galería y Sector Fondo; el
encajonamiento repentino del barranco hace imposible que sigamos adelante,
teniendo que regresar desandando el recorrido hasta la presa.
Presa del Río.
Una vez en la presa, cruzamos el cauce del barranco por la parte
superior de la misma, que discurre por una calle protegida por una valla de
hierro, que después enlaza con una pista de tierra que discurre bajo una vieja
grúa oxidada situada sobre un pilar de cemento; unos metros más adelante,
veremos cómo se desvía por la derecha otra pista más pedregosa, que avanza
junto a un ejemplar de Pino Canario (Pinus canariensis) solitario, de un
tamaño considerable.
El camino continúa por el Lomo Negro, entre multitud de
Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Verodes (Kleinia neriifolia),
Matorriscos (Lavandula canariensis) y Taginastes (Echium giganteum),
cruzando luego un barranquillo y bordeando unas viejas huertas, conectaremos, pocos
metros después, con la Pista del Seco, que se cruza perpendicularmente a
nuestra llegada.
Continuamos la marcha hacia la derecha ascendiendo por dicha pista, que
avanza junto a una charca, con firme muy compacto de tosca y entre gran
cantidad de Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Vinagreras (Rumex
lunaria), Verodes (Kleinia neriifolia), algún ejemplar de Balo (Plocama
pendula), Matorriscos (Lavandula canariensis) y Taginastes (Echium
giganteum); paralelo a su trayectoria podemos observar una atarjea horadada
en el terreno, motivo por el cual podríamos catalogar la ruta como de alto
valor etnográfico.
Risco de La Fortaleza (izq.); canal excavado en la tosca (dcha.).
A nuestra derecha se eleva el Risco de la Fortaleza (699
m.), situado al otro lado del Barranco Era de la Tosca, un promontorio rocoso
que destaca en el entorno, mientras continuamos subiendo y acompañados de un
pinar disperso y con vistas panorámicas a la cuerda montañosa que circundan las
cañadas que forman parte del Parque Nacional del Teide, donde es posible
distinguir la silueta de Montaña Guajara (2715 m.), la tercera cumbre más alta
de Tenerife, después de Pico Viejo (3130m.). La pista continúa su curso por el
Lomo El Seco, entre el Barranco Era de la Tosca y el Barranquillo de Lomo
Negro; la atarjea que acompaña el camino se desvía hacia la izquierda y pasa a
estar formada por un canal de tosca que se interna en unas huertas próximas,
apareciendo de nuevo más adelante junto a la pista, antes de pasar junto a las
paredes de piedra seca de unas huertas de cultivo.
Conexión con el PR-TF-83.3
Tramo empedrado cruzando el Barranco de El Seco.
Superadas éstas y después de
haber recorrido unos trescientos cincuenta metros, llegaremos al cruce con el
PR-TF-83.3, como así rezan unas señales de dirección colocadas en el cruce;
giramos a la izquierda por un camino ancho y con firme bastante compacto que
luego se encuentra empedrado cuando empieza a descender hacia el Barranco de El
Seco.
PR-TF-83.3
Transcurre bastante sinuoso por el Lomo de El Seco, que es una de las
vertientes del barranco y con vistas hacia las medianías y costa de Granadilla;
por el entorno crecen gran cantidad de Pinos Canarios (Pinus canriensis) que
forman un bosque más o menos disperso. Cruzamos el cauce bajo el Risco El Seco
y salimos de él llaneando bajo la zona de Los Pinitos, luego seguimos bordeando
los muros de piedra seca de unas huertas de cultivo por las inmediaciones de
Las Casas de las Fuentes Nuevas, donde crece un ejemplar solitario de Sabina (Juniperus
canariensis) que da sombra a unas Higueras situadas en su base, más
adelante cruzamos un pequeño barranquillo y avanzamos cómodamente hasta
alcanzar una nueva pista agrícola que se cruza perpendicularmente a nuestra
llegada, en la zona denominada La Montañita.
Etnografía en el Caserío de Las Vegas.
Zona de ocio "Pino de la Jaba" (dcha.).
Cruzamos la pista y continuamos avanzando por el evidente sendero que
se presenta con muchos tramos que conservan su empedrado original; va
discurriendo en suave descenso y algo sinuoso hasta que lleguemos a la zona
llamada Las Toscas, un hito etnográfico importante de la ruta, donde hay unas
cuevas excavadas en el risco cercano al camino, al igual que varios hornos de
tosca donde se secaban higos y se hacía, en ocasiones especiales, pan; un
aljibe, también excavado en el terreno y una pila de lavar, así como un
precioso tramo de camino empedrado con piedra viva, que desemboca poco después,
en la carretera de acceso al Caserío de Las Vegas; enseguida abandonamos el
asfalto y nos desviamos hacia la derecha para tomar de nuevo el PR que remonta
paralelo a la vía y desandando nuestros pasos del inicio de la ruta, llegaremos
de nuevo a la plaza principal del pueblo, donde daremos por finalizado el
recorrido.
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