CASERÍO DE LOS ABADES – CASERÍO DE LA JACA
FICHA TÉCNICA
TÉRMINO MUNICIPAL: Arico.
COMO LLEGAR: Desde la autopista TF-1 dirección sur,
tomaremos la salida 42 que nos lleva directamente al pueblo de Abades.
COMIENZO: Caserío de los Abades.
FINAL: Caserío de La Jaca.
DIFICULTAD: Baja.
DURACIÓN: 3 Horas.
LONGITUD: 5,8 Km.
PROVISIÓN DE AGUA: En el Caserío de Abades hay
tiendas y restaurantes, al igual que en los Caseríos de La Listada y La jaca.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Caserío de Abades e Iglesia
de Nuestra Señora del Carmen; 2.- Playa de los Abriguitos; 3.- Casas-Cueva; 4.-
Montaña de Abades; 5.- Charco de las Lisas; 6.- Caserío de Las Listadas e
Iglesia de la Virgen de los Pobres; 7.- Mareta del Cagao; 8.- Caserío de La
Jaca; 9.- Playa de la Jaca.
VENTAJAS: Si el mar está en calma, se puede
aprovechar la ruta para bañarse en las distintas playas que hay en todo el
recorrido.
INCONVENIENTES: Cuando hay viento, el mar suele
romper con fuerza en el acantilado y en las playas no es recomendable el baño.
PELIGROSIDAD: Ninguna.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
PUEDES VER ESTA RUTA EN WIKILOC:
MAPAS Y CROQUIS
VEGETACIÓN COMÚN DEL LUGAR
Tabaiba Dulce y Cardón.
Cardoncillo y Magarza.
Salado Blanco
DESCRIPCIÓN:
El caserío de los Abades es un núcleo de población,
eminentemente turístico, que se creó con la construcción de una urbanización de
chalets adosados en el pasado siglo XX; su origen viene de antiguo, cuando solo
había algunas cuevas excavadas en la tosca, acondicionadas con mínimos recursos
y usadas para pasar algunas temporadas fuera del pueblo; hechas en su día y
destinadas por la población local aprovechando las bondades del clima y la cercanía
de la Playa de los Abriguitos, como antiguamente se denominaba.
Inicio de la ruta.
Desde la plaza principal del pueblo, donde hay una
Iglesia consagrada a Nuestra Señora del Carmen, se inicia esta ruta por la
Calle Ocira que desemboca poco después en la Avenida la Marina, donde hay toda
clase de servicios, mayoritariamente los dedicados a la gastronomía. A la
izquierda está el acceso directo a la Playa de los Abriguitos, una preciosa
cala de arena amarilla al abrigo de La Crucita, muy concurrida en época estival;
a la derecha seguiremos caminando por el parquin hasta desembocar en un llano
pedregoso donde empieza una pista de tierra que se adentra hacia el interior
bordeando la Montaña de Abades (32 m.).
Evitaremos la pista y nos dirigimos por
una vereda bastante pedregosa a cruzar la Caleta de María Luisa, una minúscula
playa cubierta de piedras; por los alrededores crecen algunos ejemplares
bastante frondosos de Uvillas de Mar (Tetraena
fontanesii) y en las suaves laderas colindantes, Aulagas (Launaea arborescens) y Corazoncillos (Lotus sessilifolius). Una vereda ancha y
marcada con piedras continúa avanzando por la costa bordeando otra pequeña
cala, después ascendemos suavemente entre algunas Tabaibas Dulces (Euphorbia balsamifera) y llegamos a una
plataforma de tosca donde hay unas casas-cuevas excavadas en la pared rocosa;
cada una de ellas tiene una delimitación exterior con muros de piedra de la
zona acorde con la imagen del entorno; están cerradas con su correspondiente
puerta de hierro, ya que todas tienen su dueño.
Hay una entrada hacia el mar
que nos permite poder acercarnos a la orilla, donde existe una minúscula
piscina excavada en el terreno que imaginamos sirvió para tomar baños de
asiento; podemos disfrutar así mismo de las curiosas formas que ha dejado la
erosión, tanto del mar como del viento, en las rocas del entorno, ya que la
tosca es muy sensible a este fenómeno natural.
Casas - cueva.
Seguiremos bordeando la costa junto a más cuevas y cruzaremos
luego por el exterior de otra playa de piedras por la zona denominada Bajío de
las Toscas; más adelante iremos por un llano de tierra y descenderemos
suavemente a la Caleta del Ganado, otra ensenada un poco más extensa que las
anteriores y que está situada entre la Punta de la Caleta y la Punta del
Rosario.
Caleta del Ganado.
Remontando por Montaña de Abades.
Después de haberla cruzado estaremos justo en la base de Montaña de
Abades (32 m.) y comenzamos a subir por una senda estrecha y con firme algo
pedregoso, que discurre un poco expuesta entre unos pocos ejemplares de
Tabaibas Dulces (Euphorbia balsamifera)
y Uvillas de Mar (Tetraena fontanesii);
iremos tomando altura paulatinamente, distinguiendo claramente el Caserío de
Abades en casi toda su extensión, el tramo de costa que hemos recorrido, así
como el parque eólico situado en las inmediaciones del Monumento Natural de
Montaña Centinela, el cual también es evidentemente visible; este es un espacio
natural protegido de unas 132 hectáreas cuya característica principal es un
cono volcánico con sus coladas eruptivas asociadas y un ecosistema compuesto de
Cardonal – Tabaibal (Euphorbia
canariensis y Euphorbia lamarckii),
en un estado de conservación inmejorable.
Los Abades, el Parque Eólico y el Monumento Natural de Montaña Centinela.
Seguimos la senda por el llamado Paso del Rocío,
que presenta un pequeño tramo con firme de tosca más blanca y que se asoma a
una repisa rocosa en el lugar llamado Arquito del Charcón, donde rompe el mar y
que nos queda a un nivel inferior, un lugar asiduo de pescadores de la zona;
continuamos ascendiendo suavemente entre una población inmensa de Tabaibas
Dulces (Euphorbia balsamifera) y
Salados Blancos (Schizogyne sericea),
que han encontrado en esta tierra volcánica un paraíso donde subsistir.
Avanzaremos por el estrecho camino hasta llegar al punto culminante de la
montaña, en Risco Alto, y nos pararemos un instante para disfrutar del
panorámico paisaje de la agreste y fragmentada ladera de dicha montaña.
Avanzamos por el borde de la misma sin acercarnos mucho al acantilado, teniendo
cuidado en las zonas más expuestas del camino y lo haremos sobre la llamada
Ensenada de la Montaña y más adelante sobre el Hoyo del Mujo, que son lugares
casi impracticables que quedan a un nivel por debajo de nuestro caminar y es
lugar muy frecuentado por pescadores.
Recorriendo la arista cimera de Montaña de los Abades.
Llegaremos al borde más al sur de la
montaña y es en ese punto donde el sendero gira bruscamente a la derecha y
comienza a descender hacia otra ensenada que vemos en la base; esta vereda
progresa bastante pedregosa y algo expuesta entre Tabaibas (Euphorbia balsamifera) y Salados Blancos
(Schizogyne sericea) desembocando
poco después en la Playa Baja del Charco, donde hay una gran explanada de
tierra y lugar preferente para acampar aunque un gran cartel informativo lo
prohíba, también es posible ver numerosas autocaravanas dispersas por el
entorno.
Playa Baja del Charco.
Montaña de Abades (izq.) y Montaña Centinela (dcha.).
Dejamos atrás la playa y seguimos avanzando bordeando la costa por la
Mareta de Abades y luego cruzando por otra cala de piedras el Barranco de las
Revueltas, donde se forma una pequeña ensenada que se interna barranco arriba
formando una especie de piscina natural, llamada el Charco de las Lisas.
Charco de las Lisas.
Nos vamos alejando un poco de la costa y remontamos
suavemente bordeando la misma sobre una veta de tosca, por donde es evidente un
estrecho sendero muy bien marcado, que discurre entre unos frondosos ejemplares
de Tabaibas Dulces (Euphorbia balsamifera)
y bajo un muro de cemento perteneciente a alguna construcción abandonada. Dicho
camino continúa cruzando el cauce de un barranquillo donde se forma la Playa de
Agua Dulce y luego asciende con más desnivel tomando altura y recorriendo el
borde acantilado; la vereda camina muy estrecha y marcada entre un pedregal
disperso por el terreno, teniendo unas bonitas vistas del entorno costero con
la Montaña de Abades (32 m.) como protagonista y el Faro del Poris en la
lejanía.
Barranquillo del Cornical (izq.).
Después, el sendero sigue su curso paralelo a una
pista de tierra que se pierde hacia el interior y enseguida desciende
bruscamente cruzando el Barranquillo del Cornical, mediante un firme
tremendamente pedregoso que se va abriendo paso entre multitud de rocas que
hacen que el avance sea algo tedioso e incómodo.
Una vez lo hayamos rebasado,
encontramos un sendero perfectamente marcado y delimitado, que con firme
terroso y bastante cómodo, va avanzando con superficie llana paralelo al borde
del acantilado, en la zona llamada Risco Alto y Veril de los Jureles; una
trayecto después y frente a nosotros, después de haber caminado entre un
paisaje eminentemente volcánico, veremos unas huertas de cultivo abancaladas
por las faldas de un promontorio en las inmediaciones de Punta de Jureles. A la
izquierda hay una vieja escalera de madera que baja hacia una plataforma rocosa
en la cual rompe alegremente el mar, pudiendo observar diversos
desprendimientos del risco superior.
Junto al muro delimitador de la parcela hay dos
escalones de tosca muy gastados que dan acceso a una vereda que intuitivamente
se va abriendo paso entre un pedregal plagado de Cardones (Euphorbia canariensis), Tabaibas Dulces (Euphorbia balsamifera), Aulagas (Launaea arborescens) y Cardoncillos (Ceropegia fusca); el caminar por este tramo de la ruta se hace
incómodo dada las circunstancias del terreno, y al mismo tiempo puede inducir a
error, ya que hay muchos cruces con otras sendas abiertas y usadas por los
pescadores de la zona; la intuición nos llevará a coronar el promontorio que
vamos ascendiendo fijándonos en un murete de piedra seca que define la parcela
de cultivo, la cual bordearemos paralelamente hasta encontrar una pista de
tierra.
Al llegar a ella tendremos a la vista el Caserío de Las Listadas en
primer término y en el horizonte la silueta de dos conos volcánicos que
pertenecen y le dan nombre al Monumento Natural de Montaña de Ifara y Los
Riscos, y también más en la lejanía, la Montaña
Roja (171 m.), en la zona turística de El Médano.
Al fondo, el Caserío de Las Listadas y el Monumento Natural de Ifara y Los Riscos.
Continuamos por la pista en descenso, por la zona
denominada Morras de Caza, hasta ver una desviación por la izquierda que es el
inicio de una vereda que se dirige a cruzar un barranquillo donde hay unas
huertas de cultivo abandonadas; luego remonta por firme degradado hasta llegar
de nuevo a pisar sobre la misma pista de tierra. Seguimos descendiendo por un
pequeño tramo confuso hasta ver de nuevo las marcas del sendero en un toscal
libre de vegetación y material volcánico; veremos cómo discurre muy marcado,
con firme bastante compacto y en suave descenso, entre Tabaibas Dulces (Euphorbia balsamifera) y algún ejemplar
de Aulaga (Launaea arborescens).
Más adelante cruza con firme más pedregoso otra vaguada, que desemboca en la costa en el lugar conocido como Caleta Mansa y después asciende con fuerte desnivel para luego volver a llanear, aunque pasando algunas bajadas y remontes sin importancia, donde crecen unos ejemplares aislados y de gran porte de Verodes (Kleinia neriifolia) y también algunos Balos (Plocama pendula).
Más adelante cruza con firme más pedregoso otra vaguada, que desemboca en la costa en el lugar conocido como Caleta Mansa y después asciende con fuerte desnivel para luego volver a llanear, aunque pasando algunas bajadas y remontes sin importancia, donde crecen unos ejemplares aislados y de gran porte de Verodes (Kleinia neriifolia) y también algunos Balos (Plocama pendula).
Este sendero desemboca en una rotonda asfaltada, ya
dentro del caserío de Las Listadas, y enseguida veremos cómo continúa su
recorrido, evitando la misma, y adentrándose de nuevo en un terreno pedregoso
donde hay unas huertas abandonadas.
En unos metros estaremos en la Avenida
Marítima, una calle asfaltada donde se alza la Iglesia de la Virgen de los
Pobres, situada junto a unas instalaciones deportivas. La ruta se prolonga por
dicha calle hasta llegar a una explanada donde hay un Calvario a la orilla del
acantilado; seguimos luego el recorrido hacia el cauce del Barranco del Cagao,
donde hay una pequeña playa de arena negra bordeada por un pasillo peatonal por
el cual marcharemos, para después llegar a una planicie de tierra coronada en
su punto más alto por un monumento de piedra que los locales llaman la Piedra
Empinada.
Desde este punto iremos hacia la Playa de la Jaca, ya en el Caserío del mismo nombre; otra minúscula cala de arena negra con un paseo de piedra que la rodea, donde hay un Calvario con la Virgen del Carmen y donde daremos por finalizada la ruta.
Iglesia Virgen de los Pobres, en Las Listadas.
Caserío de Las Listadas desde el Caserío de La Jaca.
Desde este punto iremos hacia la Playa de la Jaca, ya en el Caserío del mismo nombre; otra minúscula cala de arena negra con un paseo de piedra que la rodea, donde hay un Calvario con la Virgen del Carmen y donde daremos por finalizada la ruta.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña
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