MONUMENTO NATURAL DE
LOS DESRRISCADEROS
(Regreso por el Barranco del Ancón)
LOS DESRRISCADEROS
(Regreso por el Barranco del Ancón)
FICHA TÉCNICA
TÉRMINO MUNICIPAL: Granadilla.
TÉRMINO MUNICIPAL: Granadilla.
COMO
LLEGAR: Por la autopista TF-1 dirección sur, tendremos que tomar la
salida número 51 que es el acceso directo al Polígono Industrial de
Granadilla; una vez crucemos el puente iremos hacia el interior del
mismo pasando de largo dos rotondas consecutivas, en la tercera y la
siguiente giraremos a la derecha y llegaremos a un aparcamiento que será
el inicio de la ruta propuesta.
COMIENZO: Parking en el Polígono Industrial de Granadilla.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Media.
DURACIÓN: 5 horas.
LONGITUD: 9,6 Km.
PROVISIÓN DE AGUA: No.
LUGARES
DE INTERÉS: Mirador hacia el Barranco de las Monjas; Riscos del Guirre;
Cauce formado por firme de tosca en sitios muy concretos; Vistas
panorámicas desde la Pista Forestal en las inmediaciones del Pozo de los
Helechos.
VENTAJAS:
Recorrido por el interior de un espacio natural catalogado como
Monumento Natural, con alto valor paisajístico. La afluencia de
visitantes es más bien escasa.
INCONVENIENTES:
En verano las temperaturas son demasiado elevadas y apenas hay sitio de
sombra, por ello es conveniente llevar más agua y protección para el
sol.
PELIGROSIDAD: Ninguna.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
PUEDES VER ESTA RUTA EN WIKILOC:
CARTOGRAFÍA
DESCRIPCIÓN:
Desde el parking descrito en la ficha técnica, situado en uno de los márgenes del Barranco de Las Monjas, empieza una vereda arenosa que se dirige hacia el borde del mismo, por donde fluye una pista de tierra que se adentra en el cauce; antes de bajar a ella hay un acceso a un mirador que se asoma al paisaje árido del entorno desde donde tendremos unas bonitas panorámicas y que no nos debemos perder.
Desde el parking descrito en la ficha técnica, situado en uno de los márgenes del Barranco de Las Monjas, empieza una vereda arenosa que se dirige hacia el borde del mismo, por donde fluye una pista de tierra que se adentra en el cauce; antes de bajar a ella hay un acceso a un mirador que se asoma al paisaje árido del entorno desde donde tendremos unas bonitas panorámicas y que no nos debemos perder.
Inicio al borde del Barranco de las Monjas.
Seguiremos la pista que nos lleva en descenso hasta el fondo del
barranco, donde tomaremos a la izquierda para ir ascendiendo por el
mismo y cruzar la autopista TF-1 por debajo mediante un túnel con suelo
cementado; después de atravesarlo, continuaremos por el cauce, que por
esta zona se denomina Barranco del Guirre, entre grandes piedras y con
firme compuesto de arena donde crecen gran cantidad de Balos (Plocama
pendula), algunos Cardones (Euphorbia canariensis) y numerosos
ejemplares de Rabogato (Pennisetum setaceum), esta última considerada
altamente invasiva, creando una auténtica plaga que amenaza la flora
autóctona.
Túnel que cruza la autopista TF-1.
Cauce del Barranco del Guirre.
Seguimos remontando hasta ver un sendero que se desvía un
poco del cauce y avanza por el costado izquierdo entre multitud de
Tabaibas de las especies Euphorbia Lamarckii y Euphorbia Balsamifera,
Salados Blancos (Schizogyne sericea), Inciensos (Artemisia ramosa) y
Cardones (Euphorbia canariensis); luego volvemos a retomar el curso del
barranco hasta llegar a una rampa rocosa por la que remontaremos para
más adelante encontrarnos con una pista de tierra que cruza
perpendicularmente el cauce. Iremos a la derecha caminando por la misma
hasta que veamos un muro hecho de tosca, es el momento de abandonar la
vía e ir hacia la izquierda ascendiendo suavemente por un estrecho
sendero que discurre bajo una resbaladera pedregosa poblada de Tabaibas
(Euphorbia Balsamifera) y Corazoncillos (Lotus sessilifolius), que sirve
de base a una pequeña cuerda montañosa que separa dos barrancos y que
está compuesta de riscos de tosca con formaciones curiosas dispuestas
escalonadamente que llaman poderosamente la atención; son estructuras
peculiares, de origen volcánico consecuencia de erupciones de tipo
explosivo y de gran interés científico y geológico.
Avanzamos
por una vereda que discurre con continuas subidas y bajadas que camina
entre dicho espacio, del cual nos regocijamos con su curiosos paisaje y
el Barranco del Guirre, que avanza paralelo y a un nivel inferior a
nuestros pasos.
Más adelante, en una de las subidas, nos encontramos repentinamente con el Risco del Guirre, una enorme roca de curiosa forma dispuesta junto al camino y cerca de otras situadas en Callaos del Guirre que forman un conjunto de ellas rodeadas de bastante vegetación; desde este punto del recorrido tendremos a la vista las medianías del municipio de Granadilla y las montañas que forman parte del Parque Nacional del Teide, como la Montaña de Ucanca (2361 m.), los Riscos de la Mesa, la Montaña Guajara (2715 m.) e incluso la cima del Teide (3718 m.), entre muchas otras.
Después volvemos a retomar el cauce del Barranco, que por esta zona pasa a llamarse Barranco de las Degolladas, no solo caminaremos por su cauce, si no que iremos desviándonos fuera del mismo cuando así lo marque el camino; siempre entre grandes poblaciones de Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii), Inciensos (Artemisia thuscula), Cardones (Euphorbia canariensis), Esparragueras (Asparagus umbellatus), Balos (Plocama pendula), que crecen a los lados del mismo y que presenta un firme bastante pedregoso.
A medida que ascendemos por el fondo del barranco, que de nuevo cambia de denominación pasándose a llamar Barranco de las Monjas, nos fijaremos en las laderas que lo demarca, que están formadas por el mismo material que vimos al inicio, sobre una base de resbaladeras pobladas de Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii) y en menos cantidad, de Cardones (Euphorbia canariensis), que están separadas por una distancia considerable haciendo el entorno natural de una extensión bastante ancha.
El sendero aparece ahora más marcado en el terreno, veremos una vieja canalización de tosca tallada que se asienta sobre un muro de piedra seca y que cruzaba el barranco formando un puente, así como, en las inmediaciones, una antiguas huertas de cultivo; luego continuaremos por la zona denominada Callaos del Bucarón, remontando por el margen derecho del barranco por firme bastante compacto y muy definido. A continuación regresaremos al cauce y lo cruzaremos en varias ocasiones; más adelante veremos los restos de otra infraestructura hidráulica similar a la anterior que cruzaba el cauce, como así se deduce de las diferentes acumulaciones de piedras en forma de pilares que soportaban un pequeño acueducto.
El camino continúa su recorrido en incesante pero suave ascenso y lo hace por un sendero muy bien marcado, que transcurre entre un ecosistema característico de zona áridas del sur, donde la vegetación mayoritaria está compuesta de Balos (Plocama pendula), y donde también es posible observar Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii), Verodes (Kleinia neriifolia), Matorriscos (Lavandula canariensis), Magarzas (Argyranthemum frutescens), Balangos (Avena canariensis), Salados Blancos (Schizogyne sericea) y en menos medida y más alejados del camino, Cardones (Euphorbia canariensis). Más adelante nos encontramos los restos de otra canalización hecha de tosca, pero esta vez hay una parte adosada a un talud lateral del barranco y levantada sobre grandes rocas y luego el viejo acueducto que cruzaba el barranco, está formado por lajas de piedra viva dispuestas en forma de embudo por donde fluía el agua y cimentadas sobre un muro de piedra de tosca, material abundante por los alrededores.
Pocos metros después y siguiendo con nuestra ruta por el fondo del barranco, caminaremos un pequeño tramo por una zona donde el suelo es de tosca y bordeado por un caos de roca viva, teniendo en el centro del mismo un canal por donde desagua el barranco formado por la erosión de la misma al fluir en temporada de lluvias, también hay pequeños eres naturales llenos de agua, aprovechados por la fauna del lugar para abastecerse.
Luego andaremos por el cauce que por esta zona está muy pedregoso, combinando trozos de sendero que aparecen y desaparecen del terreno, mas adelante hay otro trecho del barranco con firme de tosca muy agreste y erosionado desviándose un poco a la izquierda el paso y volviendo después a reencontrar el sendero perfectamente marcado y delimitado entre la vegetación.
En un momento determinado veremos a nuestra izquierda como empieza una vereda muy deteriorada que asciende con fuerte pendiente hacia la Casa de la Medida, situada en el borde del barranco y en las cercanías de la Hoyita La Fuente, la cual veremos desde el cauce donde estamos; evitaremos esta subida y seguimos rumbo ascendente por el barranco hasta ver una rampa rocosa que sigue su curso barranco arriba y bajo el collado de Morro Blanco (264 m.), que se alza entre el Barranco del Casquito y el de Los Charcos.
A la derecha
asciende un camino que veremos cómo empieza muy pedregoso y algo
deteriorado, entre Tabaibas (Euphorbia Lamarckii), Balos (Plocama
pendula) y Matorriscos (Lavandula canariensis) que a medida que avanza,
va cogiendo forma de sendero; asciende por una lomada bajo los riscos de
Punta Arriba de Juan Delgado, con curiosas formas volcánicas y piedras
desprendidas, todo ello debido a la erosión del paso del tiempo.
Continua luego ascendiendo sinuosamente y con firme bastante compacto,
aunque fácilmente erosionable, ya que se trata de una superficie muy
propensa al desgaste; luego se cruza en nuestro andar una tubería de un
diámetro considerable que está oxidada y que cruza todo el barranco y se
dirige lomo arriba. Nuestros pasos se dirigen por la Pedrera el
Casquito, abriéndose paso por firme pedregoso entre escasos ejemplares
de Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii) y Balos
(Plocama pendula) hasta coronar la loma, en las inmediaciones del Pozo
los Helechos, por donde discurre una pista de tierra que asciende por el
Lomo Cho Pedro Marrero, hasta desembocar dos kilómetros más tarde en la
carretera TF-636, que es la que une las poblaciones de Chimiche y San
Isidro.
Esta loma en la que estamos es el límite del espacio
natural que hemos recorrido, por lo tanto a partir de este punto y para
nuestro regreso, utilizaremos el cauce del Barranco del Ancón que lo
tenemos a la vista; seguiremos unos metros en ascenso por la pista hasta
que veamos un acceso por nuestra derecha en forma de sendero que baja
con fuerte desnivel y con firme muy pedregoso por el Lomo del Conejo y
que desemboca poco después en el cauce de dicho barranco, por el que
tendremos que ir unos metros bordeando un muro de piedra seca que
delimita el mismo.
Luego nos cruzaremos de nuevo con la tubería oxidada que salvaba el anterior barranco ya dentro del espacio protegido y que sigue su curso lomo arriba hasta desaparecer de nuestra vista; un sendero perfectamente marcado continúa por el cauce entre Balos (Plocama pendula), Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii), Inciensos (Artemisia thuscula), Verodes (Kleinia neriifolia), y Cardones (Euphorbia canariensis), estos últimos son más numerosos en las laderas del barranco donde también podremos ver algunas cuevas que bien pudieron servir como morada de los Guanches.
El sendero sigue su curso barranco abajo, unas veces por el centro del mismo y otras desviándose de él remontando por sus bordes; su geomorfología es diferente al anterior ya que es un poco más profundo y sus laderas laterales están más cerca una de otra haciéndolo más estrecho. En la Hoya de las Torviscas veremos una zona de tosca que acapara parte del cauce, con un canal central hecho por la erosión del fluir natural del barranco; a la izquierda se ve como una pista de tierra asciende por la ladera bajo los riscos de tosca de la misma y que termina en otra pista que continúa su ascenso por el Lomo de Caveo.
Nosotros seguiremos nuestra ruta evitando esta salida y continuando nuestro recorrido por una senda muy bien marcada y con firme bastante pedregoso bajo el Morro Torviscas (199 m.), cerca de unas instalaciones abandonadas compuestas de varias casas de piedra que podemos distinguir desde el camino; un poco más adelante avanzaremos por una zona de tosca bastante estrecha y veremos un acceso por nuestra derecha en forma de vereda que se dirige hacia el caserío, el cual podremos visitar opcionalmente; se trata de un proyecto de viviendas sostenibles promovido en su día por algún estamento oficial y que ha quedado en el más absoluto olvido y abandono.
Unos metros más adelante abandonaremos el cauce y empezaremos a caminar sobre una vieja pista de tierra con firme muy pedregoso que avanza por los Llanos de Isabel Díaz y que continúa su camino en suave descenso bordeando el cauce del barranco, entre una población muy numerosa de Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii); enseguida desembocaremos en otra pista que cruza nuestro camino y que se dirige hacia El Vallito, donde hay unas instalaciones de aeromodelismo.
Nuestros pasos continúan hacia la derecha por dicha pista, que va marcando y recorriendo el límite del espacio natural entre el mismo y el cauce del Barranco del Ancón, el cual veremos atestado de Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii).
Más adelante pasaremos junto a una vieja cantera y luego por las inmediaciones de un invernadero, que se encuentra situado en la otra vertiente del barranco; una señal indicando el límite del espacio natural nos da la referencia para desviarnos hacia la derecha y continuar por otra pista de tierra bajo los Llanos del Guirre, que en unos trescientos cincuenta metros nos lleva a encontrar de nuevo el muro de piedra seca que nos encontramos al inicio de la ruta. A partir de este punto iremos a la izquierda por el cauce del Barranco del Guirre, que será el mismo recorrido que realizamos al principio pero en sentido contrario y que nos llevará directamente al punto de partida donde iniciamos la ruta, por lo que habremos hecho un recorrido circular.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña
Francisco_farina@yahoo.es
Más adelante, en una de las subidas, nos encontramos repentinamente con el Risco del Guirre, una enorme roca de curiosa forma dispuesta junto al camino y cerca de otras situadas en Callaos del Guirre que forman un conjunto de ellas rodeadas de bastante vegetación; desde este punto del recorrido tendremos a la vista las medianías del municipio de Granadilla y las montañas que forman parte del Parque Nacional del Teide, como la Montaña de Ucanca (2361 m.), los Riscos de la Mesa, la Montaña Guajara (2715 m.) e incluso la cima del Teide (3718 m.), entre muchas otras.
Riscos del Guirre.
Después volvemos a retomar el cauce del Barranco, que por esta zona pasa a llamarse Barranco de las Degolladas, no solo caminaremos por su cauce, si no que iremos desviándonos fuera del mismo cuando así lo marque el camino; siempre entre grandes poblaciones de Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii), Inciensos (Artemisia thuscula), Cardones (Euphorbia canariensis), Esparragueras (Asparagus umbellatus), Balos (Plocama pendula), que crecen a los lados del mismo y que presenta un firme bastante pedregoso.
A medida que ascendemos por el fondo del barranco, que de nuevo cambia de denominación pasándose a llamar Barranco de las Monjas, nos fijaremos en las laderas que lo demarca, que están formadas por el mismo material que vimos al inicio, sobre una base de resbaladeras pobladas de Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii) y en menos cantidad, de Cardones (Euphorbia canariensis), que están separadas por una distancia considerable haciendo el entorno natural de una extensión bastante ancha.
Antigua canalización para riego.
El sendero aparece ahora más marcado en el terreno, veremos una vieja canalización de tosca tallada que se asienta sobre un muro de piedra seca y que cruzaba el barranco formando un puente, así como, en las inmediaciones, una antiguas huertas de cultivo; luego continuaremos por la zona denominada Callaos del Bucarón, remontando por el margen derecho del barranco por firme bastante compacto y muy definido. A continuación regresaremos al cauce y lo cruzaremos en varias ocasiones; más adelante veremos los restos de otra infraestructura hidráulica similar a la anterior que cruzaba el cauce, como así se deduce de las diferentes acumulaciones de piedras en forma de pilares que soportaban un pequeño acueducto.
Senda con vistas al Parque Nacional del Teide.
Sistema de canalización con lajas de piedra viva.
El camino continúa su recorrido en incesante pero suave ascenso y lo hace por un sendero muy bien marcado, que transcurre entre un ecosistema característico de zona áridas del sur, donde la vegetación mayoritaria está compuesta de Balos (Plocama pendula), y donde también es posible observar Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii), Verodes (Kleinia neriifolia), Matorriscos (Lavandula canariensis), Magarzas (Argyranthemum frutescens), Balangos (Avena canariensis), Salados Blancos (Schizogyne sericea) y en menos medida y más alejados del camino, Cardones (Euphorbia canariensis). Más adelante nos encontramos los restos de otra canalización hecha de tosca, pero esta vez hay una parte adosada a un talud lateral del barranco y levantada sobre grandes rocas y luego el viejo acueducto que cruzaba el barranco, está formado por lajas de piedra viva dispuestas en forma de embudo por donde fluía el agua y cimentadas sobre un muro de piedra de tosca, material abundante por los alrededores.
Despuntando el cono del Teide (Dcha.).
Pocos metros después y siguiendo con nuestra ruta por el fondo del barranco, caminaremos un pequeño tramo por una zona donde el suelo es de tosca y bordeado por un caos de roca viva, teniendo en el centro del mismo un canal por donde desagua el barranco formado por la erosión de la misma al fluir en temporada de lluvias, también hay pequeños eres naturales llenos de agua, aprovechados por la fauna del lugar para abastecerse.
Luego andaremos por el cauce que por esta zona está muy pedregoso, combinando trozos de sendero que aparecen y desaparecen del terreno, mas adelante hay otro trecho del barranco con firme de tosca muy agreste y erosionado desviándose un poco a la izquierda el paso y volviendo después a reencontrar el sendero perfectamente marcado y delimitado entre la vegetación.
Cauce compacto de tosca (Dcha.).
En un momento determinado veremos a nuestra izquierda como empieza una vereda muy deteriorada que asciende con fuerte pendiente hacia la Casa de la Medida, situada en el borde del barranco y en las cercanías de la Hoyita La Fuente, la cual veremos desde el cauce donde estamos; evitaremos esta subida y seguimos rumbo ascendente por el barranco hasta ver una rampa rocosa que sigue su curso barranco arriba y bajo el collado de Morro Blanco (264 m.), que se alza entre el Barranco del Casquito y el de Los Charcos.
Panorámica del Barranco de Las Monjas.
Límite del espacio natural en las inmediaciones
del Pozo de Los Helechos.
Inicio del regreso por el Barranco del Ancón.
Cauce del Barranco del Ancón.
Luego nos cruzaremos de nuevo con la tubería oxidada que salvaba el anterior barranco ya dentro del espacio protegido y que sigue su curso lomo arriba hasta desaparecer de nuestra vista; un sendero perfectamente marcado continúa por el cauce entre Balos (Plocama pendula), Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii), Inciensos (Artemisia thuscula), Verodes (Kleinia neriifolia), y Cardones (Euphorbia canariensis), estos últimos son más numerosos en las laderas del barranco donde también podremos ver algunas cuevas que bien pudieron servir como morada de los Guanches.
Cauce de tosca en la Hoya de las Torviscas.
El sendero sigue su curso barranco abajo, unas veces por el centro del mismo y otras desviándose de él remontando por sus bordes; su geomorfología es diferente al anterior ya que es un poco más profundo y sus laderas laterales están más cerca una de otra haciéndolo más estrecho. En la Hoya de las Torviscas veremos una zona de tosca que acapara parte del cauce, con un canal central hecho por la erosión del fluir natural del barranco; a la izquierda se ve como una pista de tierra asciende por la ladera bajo los riscos de tosca de la misma y que termina en otra pista que continúa su ascenso por el Lomo de Caveo.
Cauce de tosca.
Nosotros seguiremos nuestra ruta evitando esta salida y continuando nuestro recorrido por una senda muy bien marcada y con firme bastante pedregoso bajo el Morro Torviscas (199 m.), cerca de unas instalaciones abandonadas compuestas de varias casas de piedra que podemos distinguir desde el camino; un poco más adelante avanzaremos por una zona de tosca bastante estrecha y veremos un acceso por nuestra derecha en forma de vereda que se dirige hacia el caserío, el cual podremos visitar opcionalmente; se trata de un proyecto de viviendas sostenibles promovido en su día por algún estamento oficial y que ha quedado en el más absoluto olvido y abandono.
Unos metros más adelante abandonaremos el cauce y empezaremos a caminar sobre una vieja pista de tierra con firme muy pedregoso que avanza por los Llanos de Isabel Díaz y que continúa su camino en suave descenso bordeando el cauce del barranco, entre una población muy numerosa de Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii); enseguida desembocaremos en otra pista que cruza nuestro camino y que se dirige hacia El Vallito, donde hay unas instalaciones de aeromodelismo.
La pista marca el límite del espacio natural.
Nuestros pasos continúan hacia la derecha por dicha pista, que va marcando y recorriendo el límite del espacio natural entre el mismo y el cauce del Barranco del Ancón, el cual veremos atestado de Tabaibas (Euphorbia Balsamifera y Euphorbia Lamarckii).
Más adelante pasaremos junto a una vieja cantera y luego por las inmediaciones de un invernadero, que se encuentra situado en la otra vertiente del barranco; una señal indicando el límite del espacio natural nos da la referencia para desviarnos hacia la derecha y continuar por otra pista de tierra bajo los Llanos del Guirre, que en unos trescientos cincuenta metros nos lleva a encontrar de nuevo el muro de piedra seca que nos encontramos al inicio de la ruta. A partir de este punto iremos a la izquierda por el cauce del Barranco del Guirre, que será el mismo recorrido que realizamos al principio pero en sentido contrario y que nos llevará directamente al punto de partida donde iniciamos la ruta, por lo que habremos hecho un recorrido circular.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña
Francisco_farina@yahoo.es
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