miércoles, 7 de agosto de 2024

VILAFLOR - PARQUE RECREATIVO DE LAS LAJAS - VILAFLOR (Regreso por el Pino Enano)

VILAFLOR - 
PARQUE RECREATIVO DE LAS LAJAS - 
VILAFLOR 
(Regreso por el Pino Enano)
 
FICHA TÉCNICA
 
TÉRMINO MUNICIPAL: Vilaflor.
COMO LLEGAR: Al núcleo urbano de Vilaflor se llega por la carretera TF-21, que parte desde el municipio de Granadilla, o bien por la TF-51 que pasa por el municipio de Arona.
COMIENZO: Plaza de San Pedro en Vilaflor.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Media.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 14,8 km.
PROVISIÓN DE AGUA: En el núcleo urbano de Vilaflor y en el Parque Recreativo de Las Lajas.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Iglesia de San Pedro; 2.- Casa de los Soler; 3.- Santuario del Hermano Pedro; 4.- Ermita de San Roque; 5.- Galería de la Cruz de la Niña; 6.- Mirador en Ladera Grande de Las Lajas; 7.- Parque Recreativo de Las Lajas; 8.- Construcciones de piedra seca en el Lomo del Tabladillo; 9.- Llano del Peral; 10.- Pino Enano; 11.- Parque Recreativo y Albergue de Vilaflor.
VENTAJAS: Es un camino tradicional bajo un pinar natural, con vistas panorámicas espectaculares.
INCONVENIENTES: Fue un camino recuperado por el ayuntamiento de Vilaflor con paneles informativos en lugares estratégicos, que hoy en día, en el año 2024, están ilegibles e inutilizados.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
 
 
PUEDES SEGUIR O DESCARGAR ESTA RUTA EN WIKILOC
 
CARTOGRAFÍA
  

DESCRIPCIÓN
 
El punto de partida coincide con la última etapa del GR-131, la cual empieza en la Plaza de San Pedro de Vilaflor de Chasna; antes de partir es conveniente visitar los puntos más relevantes del municipio como la Iglesia de San Pedro, construida sobre una antigua ermita del siglo XVI y cuyo interior alberga el retablo principal con una imagen muy valiosa de San Pedro realizada en alabastro y fechada en el siglo XVI, además de otras imágenes de distintas épocas y orfebrería muy elaborada. Junto al templo está la Casa de los Soler, del siglo XVI, familia fundadora del municipio al heredar tierras después de la conquista de Canarias, se trata de una casona construida al más puro estilo arquitectónico canario. También podremos ver junto a la plaza, el Santuario del Hermano Pedro, originario del siglo XX, construido sobre el solar que albergaba la casa natal del Santo Hermano Pedro.
 
 Iglesia de San Pedro.
 
Casa de los Soler (izq.).
 
 GR-131.
 
Empezamos a caminar por la Calle los Molinos, que desemboca unos metros después en la carretera TF-21, la cual cruzamos para continuar por la Calle Camino de San Roque, donde hay un tramo escalonado que asciende hasta la Ermita de San Roque, situada en el centro de una pintoresca plaza que se asoma en forma de mirador panorámico hacia el valle donde se asienta la población de Vilaflor. El templo es originario del año 1614, de una sola nave, dotado de una techumbre de estilo mudéjar y el suelo pavimentado con loza chasnera, en el exterior destaca su portón con un arco de medio punto y una pequeña espadaña donde está la campana.
 
Ermita de San Roque.
 
Vistas panorámicas de Vilaflor.

 
Seguimos andando por asfalto por la Calle Camino San Roque, hasta llegar a un recinto hotelero, donde también se encuentra el Albergue de Vilaflor, un parque recreativo y el campo de fútbol; en este punto, donde hay señalización del GR-131, termina el asfalto y comienza una pista forestal que asciende suavemente entre unas huertas de cultivo que se extienden por las faldas de Montaña Carrillo (1572 m.). Luego, después de cruzar el Barranco de los Perros, continuamos con un poco más de desnivel de subida por la zona conocida como Cruz de la Guardia, adentrándonos en un pinar y siempre siguiendo las indicaciones del GR, hasta llegar al depósito de agua de Salguero, donde continuaremos de frente dejando a nuestra izquierda la continuación del GR-131.
 
 
 
 
El camino avanza bastante pedregoso por el Lomo de Doña Cándida e iremos acompañados por un murete de piedra seca que tapa una tubería de agua; a medida que ascendemos y si volvemos la vista atrás, disfrutaremos de bonitas vistas de la Montaña de los Lirios (1558 m.), de la zona de Trevejos con sus amplios llanos cultivables, y en la costa, del entorno de la Montaña de Guaza (428 m.), declarado Monumento Natural y más al sur, el Roque del Conde (1001 m.) y la Pica de Imoque (1108 m.), que se encuentran dentro de la Reserva Natural Especial del Barranco del Infierno. 
 
 
 
Continuamos la marcha en ascenso por una zona más rocosa y enseguida cruzamos el cauce del Barranco de los Charquitos, luego el sendero gira a la derecha llaneando unos pocos metros bajo el Morro de Doña Cándida, después de haber ignorado una vereda que desciende por nuestra izquierda hacia el GR-131. 
 
 Camino tradicional perfectamente marcado.

Panel informativo (izq.).
 
Después seguimos avanzando por una zona bastante irregular ya que el firme, a pesar de estar perfectamente delimitado, se encuentra con zonas bastante rocosas y otras muy pedregosas, que dificultan el paso en algunas ocasiones; un panel informativo ilegible nos lo encontramos antes de cruzar el Barranco de los Pegueros, donde hay un puente de mampostería que soporta una canalización de agua. Giramos levemente a la izquierda, siempre bajo el pinar, y nos encontramos con una atalaya rocosa donde podemos asomarnos para disfrutar de la panorámica que nos ofrece este lugar; seguimos el camino, acompañados de una vieja tubería semienterrada, que unos metros más adelante se pierde por la ladera contigua. 
 
 
 Atalaya con vistas panorámicas.

 
Luego progresamos llaneando mediante un firme muy pedregoso y erosionado, que incluso dejan al descubierto las raíces de los pinos en el suelo; por la derecha asciende otra vereda junto a una tubería, que ignoraremos y que se dirige hacia una pista forestal. Seguimos de frente por un firme más cómodo, que progresa bajo una ladera en la zona conocida como Cruz de la Niña, hasta encontrar otro panel informativo que nos indica mínimamente, debido a su deterioro, la formación del pinar de Pino Canario (Pinus canariensis) que crece en este entorno y la vegetación asociada que subsiste en torno al bosque, donde podemos ver Codesos de Cumbre (Adenocarpus viscosus), Jaguarzos (Cistus monspeliensis) y Escobones (Chamaecytisus proliferus), entre muchas otras especies endémicas. Este panel está situado estratégicamente para poder disfrutar también de las vistas panorámicas de las medianías y costa del término municipal de Vilaflor y del de Arona, pudiendo distinguir en primer plano la Montaña Mojino (1418 m.), en cuya base se encuentra la Balsa de Trevejo y más al sur, el Roque del Conde (1001 m.), la Pica de Imoque (1108 m.) y el Roque de los Brezos (1027 m.), separados ambos por la Degollada del Roque.
 
 
Panel informativo (dcha.).
 
Cruzando el Barranco de la Bica.
 
Seguimos la ruta cruzando el cauce del Barranco de la Bica, mediante un tramo bastante pedregoso y erosionado, que desciende sinuoso hasta terminar en un amplio espacio donde se encuentra la Galería de la Cruz de la Niña; junto al camino está la edificación en estado ruinoso que se usaba para albergar los motores que generaban el aire respirable que se introducía en el interior de la galería, en el cauce del barranco se encuentra la bocamina con su correspondiente escombrera y varias construcciones de piedra que forman parte de la infraestructura de la galería. 
 
 Infraestructuras de la Galería Cruz de la Niña.
 
Pasando de largo la galería, continuamos ascendiendo y tendremos que girar a la derecha para progresar por otro sinuoso tramo bastante erosionado, que termina poco después en una pista forestal que sirve de acceso directo desde la carretera TF-21 a la Galería la Bica 2. Cruzamos la pista y seguimos por un sendero muy empinado que progresa en línea recta por una lomada donde hay multitud de pequeñas construcciones de piedra a modo de refugio, y por el entorno muchos pinos breados, con el clásico corte que se le hacía en el tronco para recoger la brea; también hay un panel informativo, bastante deteriorado, que nos informa del aprovechamiento forestal que existía antiguamente en la zona.
 
 
 
El lomo por dónde va el sendero se extiende entre el Barranco de La Bica y el de El Cuervo, teniendo vistas hacia el frente de la Montaña de Las Lajas (2149 m.), un cono volcánico cubierto totalmente de un frondoso pinar; el firme por donde vamos progresando es algo pedregoso con algunos tramos más compactos y una superficie más estrecha y bastante sinuosa. En un momento determinado, en el Lomo del Tabladillo, desde donde podemos ver la cumbre rocosa de El Sombrero de Chasna (2405 m.), en el Parque Nacional del Teide, cruzamos el cauce del Barranco de El Cuervo, no sin antes fijarnos en otro panel informativo que precariamente nos explica algunos elementos de interés geomorfológico que hay por el entorno.
 
 
De frente, la Montaña de Las Lajas.

 
Después de cruzar el cauce del barranco y pasando por la zona conocida como La Hornilla, seguimos zigzagueando en ascenso sin parar, por un sendero algo tedioso y con firme bastante erosionado, aunque tiene algunos pequeños tramos más rocosos. Después de un buen tramo, llegamos a un mirador natural ubicado sobre la Ladera Grande de Las Lajas, un risco enorme que se asoma hacia el valle donde se asientan los municipios de Adeje y Arona. En primer plano llama la atención la enorme extensión del Parque Natural de la Corona Forestal, una extensa masa boscosa que rodea la isla; podemos observar como una serie de barrancos bastante profundos se precipitan hacia la franja costera donde están las zonas turísticas, también vemos claramente la Montaña de Guaza (428 m.), rodeada de varios conos volcánicos y el complejo montañoso donde se encuentra el Roque del Conde (1001 m.), la Pica de Imoque (1108 m.) y los Picachos de Fañabé; un lugar donde es recomendable tomar un descanso y disfrutar de las panorámicas que nos ofrece el entorno.
 
 
 
Mirador natural sobre la Ladera Grande de Las Lajas.
 
Continuamos el camino, esta vez por una senda estrecha que avanza bordeando la Montaña de Las Lajas (2146 m.), que se eleva por nuestra derecha, mientras por la izquierda seguimos con la vista puesta en la bella panorámica que se abre entre el pinar; progresa luego llaneando y unos metros más adelante, descendiendo hacia una pequeña degollada donde hay un panel informativo y desde donde podemos disfrutar de la imagen de La Sombrera (2532 m.), un roque que sobresale notoriamente por encima de las laderas de la corona forestal y hacia la costa visualizamos la Montaña Colorada (1944 m.) y la Montaña de Teresme (1663 m.), dos conos volcánicos que se alzan sobre la zona turística del municipio de Adeje. 
 
 
 Panel informativo con vistas a  Sombrera (2532 m.).
 
Montaña Colorada (1944 m.) y Montaña de Teresme (1663 m.).
 
La senda continúa su avance descendente mediante un firme muy pedregoso, bordeando el cauce del Barranco del Dornajito, encontrándonos algunas especies vegetales características del Parque Nacional del Teide, como Codesos de Cumbre (Adenocarpus viscosus), Retamas del Teide (Spartocytisus supranubius) y Alhelíes del Teide (Erysimum scoparium), así como una cantidad bastante abundante de Rosalillos de Cumbre (Pterocephalus lasiospermus). Terminamos poco después en el Parque Recreativo de Las Lajas, justo donde se inicia el Camino de Teresme, recorrido homologado y señalizado como PR-TF-71, que se dirige hacia el núcleo urbano de Adeje, pasando antes por las Casas de Teresme.
 
 
 
Parque Recreativo de Las Lajas.
 
Estando en el Parque Recreativo, nos dirigimos a la zona de acampada del mismo, por una vereda muy marcada que desciende suavemente bordeando el cauce del barranquillo que discurre bajo las laderas de Montaña de Las Lajas (2146 m.); caminamos por una vereda muy evidente que unos metros más adelante cruza el cauce del Barranco del Cuervo y ascendiendo luego hacia las inmediaciones de la carretera TF-21, la cual evitaremos para descender bruscamente por un tramo escalonado muy empinado que nos deja en un amplio espacio a modo de mirador, que se asoma hacia el valle con unas vistas panorámicas espectaculares. 
 
 Saliendo del parque recreativo.
 
 
 
Luego continuamos bordeando la carretera, pero a un nivel inferior, hasta que la tenemos que cruzar por un paso inferior en el cauce del Barranco del Dornajito, que nos lleva hasta la zona de Fuente Fría, donde se inicia la Ruta del Sombrero de Chasna, un trayecto que termina en la cumbre del Sombrero de Chasna (2405 m.), desde donde hay unas vistas panorámicas, tanto de Vilaflor y gran parte de la plataforma costera del sur de la isla, como del Parque Nacional del Teide, en la zona del Llano de Ucanca.
 
Construcción ruinosa en la zona de Fuente Fría (izq.).

 
Ignoramos esta ruta y continuamos por la carretera unos metros, hasta conectar con un sendero que discurre paralelo a la misma, en descenso, entre el Lomo de los Pegueros que se eleva por nuestra izquierda y el cauce del Barranco de los Dornajitos, que discurre por la derecha; el firme es bastante pedregoso y evidente su trazado, ya que discurre junto a una tubería de agua mimetizada con el entorno, que está oculta bajo un murete de piedra seca. 
 
 
Luego continúa por el Lomo del Tabladillo, una lomada que surge entre el Barranco de la Hornilla y el de La Bica, y progresa cada vez más pedregoso y siempre en descenso, con vistas panorámicas hacia el valle donde podemos ver la gran extensión que ocupa la masa forestal en esta parte de la isla. Unos metros más adelante, pasamos entre una gran cantidad de construcciones de piedra seca en estado ruinoso, que sirvieron de refugio y estancia del Batallón de Soldados Penados Trabajadores 91 que, en la época de la guerra civil española, fueron obligados mediante trabajos forzosos, a construir la carretera TF-21. 
 
 Construcciones de piedra seca.

 
Enseguida confluimos con una pista forestal, que es la que sirve de acceso a las galerías de agua Cruz de la Niña y La Bica 2; en este punto continuamos hacia la izquierda llaneando por la pista, que cruza el cauce del Barranco de Pegueros y avanza por las inmediaciones de la torre de incendios de La Bica, que tenemos a la vista. 
 
 Torre de incendios en La Bica (izq.).

 
Sendero cruzando el Barranco de La Magdalena.

Una vez la hayamos dejado detrás, abandonamos la pista y tomamos una vereda que por la derecha desciende hacia el cauce del Barranco de la Magdalena, es una senda estrecha y algo expuesta que zigzaguea entre algunos pinos por una de las laderas del barranco, y una vez lo crucemos, desembocamos en una vieja pista forestal que continúa descendiendo por un costado del mismo, avanzando con firme muy erosionado y pedregoso, que discurre a un nivel inferior de la carretera donde se encuentra situado el Mirador de Vilaflor o de La Montañeta. 
 
 
 
 
En un momento determinado vemos a nuestra derecha el inicio de un sendero que se desvía de la pista por donde vamos y que desciende muy evidente entre el pinar; discurre con firme bastante compacto y zigzaguea descendiendo suavemente por un lomo que se eleva entre dos barranquillos. Más adelante, el firme se nos presenta sobre una plataforma rocosa y se va abriendo paso entre gran cantidad de Escobones (Chamaecytisus proliferus) que crecen por el entorno, formando el sotobosque del pinar. 
 
 Sendero hacia el Pino Enano.
 
Luego, su paso es más plano y progresaremos más cómodos, llegando al Llano del Peral, una atalaya que se asoma al entorno natural que pertenece a la parte alta del municipio de Vilaflor, donde se forma un valle cubierto de una frondosa masa forestal que se extiende entre el Sombrero de Chasna (2405 m.) y el Roque del Encaje (2327 m.), perfectamente distinguibles en la cumbre. Unos pocos metros más adelante hay un claro en el monte, más o menos llano, donde hay un panel informativo junto a un Pino Canario (Pinus canariensis) singular, el Pino Enano, un ejemplar de esta especie arbórea endémica de Canarias que tiene la particularidad de crecer en una base rocosa y no alcanzar un porte normal como el de otros ejemplares a su alrededor; bajo el pino y a su sombra, que tiene una copa ancha y frondosa, hay un asiento de madera donde poder disfrutar de las vistas panorámicas del núcleo poblacional de Vilaflor.
 
 Pino Enano (dcha.).

Vistas panorámicas de Vilaflor.
 
A partir de este punto, el sendero transcurre muy marcado y delimitado entre muretes de piedra, zigzagueando y con un firme algo erosionado y bastante pedregoso, por la zona conocida como Los Paredones; en algunos puntos estratégicos hay barandas de madera que protegen las zonas más expuestas y en otros, asientos también de madera, que sirven para descansar. 
 
 
 
El pueblo de Vilaflor lo vemos cada vez más cercano, incluso la Montaña de los Lirios, cuyo cono volcánico se encuentra cubierto de un denso pinar. Luego continua con firme más compacto y con menos desnivel de bajada, desembocando poco después en un Parque Recreativo, donde se encuentra el Albergue de Vilaflor, junto al campo de fútbol municipal El Salguero, por donde pasamos al inicio de la ruta. 
 
 
Parque Recreativo (dcha.).
 
 Ermita de San Roque (izq.).

 
A partir de aquí, desandamos la ruta por la Calle Camino de San Roque, que pasa por la Ermita de San Roque, donde hay un aplaza con vistas panorámicas hacia Vilaflor; luego, al desembocar en la carretera TF-21, tomamos hacia la derecha por la misma y en pocos metros giramos a la izquierda para progresar por una pasarela que cruza el cauce de un barranquillo y terminar, mediante un puente de madera, justo en el lugar donde se encuentra el Molino del Cubo, recientemente restaurado.
 
 Pasarela cruzando el barranco.

 Dispositivo para moler el grano (izq.); Santuario de Hermano Pedro (dcha.).
 
El molino y su entorno es un elemento patrimonial construido en el siglo XVI que estuvo funcionando hasta 1915, se compone de una estructura hidráulica y un recinto donde puede verse el mecanismo y el dispositivo que servía para moler el grano; el entorno está ajardinado y subiendo la escalera de piedra anexa, llegaremos a la Plaza de San Pedro, donde iniciamos la ruta y donde daremos por finalizada la misma, aprovechando después para visitar el casco urbano del municipio.
 
 
© Texto y fotografías de Francisco Fariña
 

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