VILAFLOR -
PARQUE RECREATIVO DE LAS LAJAS -
VILAFLOR
(Regreso por el Pino Enano)
TÉRMINO MUNICIPAL: Vilaflor.
COMO LLEGAR: Al núcleo urbano de Vilaflor se llega por la carretera
TF-21, que parte desde el municipio de Granadilla, o bien por la TF-51 que pasa
por el municipio de Arona.
COMIENZO: Plaza de San Pedro en Vilaflor.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Media.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 14,8 km.
PROVISIÓN DE AGUA: En el núcleo urbano de Vilaflor y en el Parque
Recreativo de Las Lajas.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Iglesia de San Pedro; 2.- Casa de los Soler;
3.- Santuario del Hermano Pedro; 4.- Ermita de San Roque; 5.- Galería de la
Cruz de la Niña; 6.- Mirador en Ladera Grande de Las Lajas; 7.- Parque
Recreativo de Las Lajas; 8.- Construcciones de piedra seca en el Lomo del
Tabladillo; 9.- Llano del Peral; 10.- Pino Enano; 11.- Parque Recreativo y
Albergue de Vilaflor.
VENTAJAS: Es un camino tradicional bajo un pinar natural, con vistas
panorámicas espectaculares.
INCONVENIENTES: Fue un camino recuperado por el ayuntamiento de
Vilaflor con paneles informativos en lugares estratégicos, que hoy en día, en
el año 2024, están ilegibles e inutilizados.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
PUEDES SEGUIR O DESCARGAR ESTA RUTA EN WIKILOC
CARTOGRAFÍA
DESCRIPCIÓN
El punto de partida coincide con la última etapa del GR-131, la cual
empieza en la Plaza de San Pedro de Vilaflor de Chasna; antes de partir es
conveniente visitar los puntos más relevantes del municipio como la Iglesia de
San Pedro, construida sobre una antigua ermita del siglo XVI y cuyo interior
alberga el retablo principal con una imagen muy valiosa de San Pedro realizada
en alabastro y fechada en el siglo XVI, además de otras imágenes de distintas
épocas y orfebrería muy elaborada. Junto al templo está la Casa de los Soler,
del siglo XVI, familia fundadora del municipio al heredar tierras después de la
conquista de Canarias, se trata de una casona construida al más puro estilo
arquitectónico canario. También podremos ver junto a la plaza, el Santuario del
Hermano Pedro, originario del siglo XX, construido sobre el solar que albergaba
la casa natal del Santo Hermano Pedro.
Iglesia de
San Pedro.
Casa de los Soler (izq.).
GR-131.
Empezamos a caminar por la Calle los Molinos, que desemboca unos metros
después en la carretera TF-21, la cual cruzamos para continuar por la Calle
Camino de San Roque, donde hay un tramo escalonado que asciende hasta la Ermita
de San Roque, situada en el centro de una pintoresca plaza que se asoma en
forma de mirador panorámico hacia el valle donde se asienta la población de
Vilaflor. El templo es originario del año 1614, de una sola nave, dotado de una
techumbre de estilo mudéjar y el suelo pavimentado con loza chasnera, en el
exterior destaca su portón con un arco de medio punto y una pequeña espadaña
donde está la campana.
Ermita
de San Roque.
Vistas panorámicas de Vilaflor.
Seguimos andando por asfalto por la Calle Camino San Roque, hasta
llegar a un recinto hotelero, donde también se encuentra el Albergue de
Vilaflor, un parque recreativo y el campo de fútbol; en este punto, donde hay
señalización del GR-131, termina el asfalto y comienza una pista forestal que
asciende suavemente entre unas huertas de cultivo que se extienden por las
faldas de Montaña Carrillo (1572 m.). Luego, después de cruzar el Barranco de
los Perros, continuamos con un poco más de desnivel de subida por la zona
conocida como Cruz de la Guardia, adentrándonos en un pinar y siempre siguiendo
las indicaciones del GR, hasta llegar al depósito de agua de Salguero, donde
continuaremos de frente dejando a nuestra izquierda la continuación del GR-131.
El camino avanza bastante pedregoso por el Lomo de Doña Cándida e
iremos acompañados por un murete de piedra seca que tapa una tubería de agua; a
medida que ascendemos y si volvemos la vista atrás, disfrutaremos de bonitas
vistas de la Montaña de los Lirios (1558 m.), de la zona de Trevejos con sus
amplios llanos cultivables, y en la costa, del entorno de la Montaña de Guaza
(428 m.), declarado Monumento Natural y más al sur, el Roque del Conde (1001
m.) y la Pica de Imoque (1108 m.), que se encuentran dentro de la Reserva Natural
Especial del Barranco del Infierno.
Continuamos la marcha en ascenso por una
zona más rocosa y enseguida cruzamos el cauce del Barranco de los Charquitos,
luego el sendero gira a la derecha llaneando unos pocos metros bajo el Morro de
Doña Cándida, después de haber ignorado una vereda que desciende por nuestra
izquierda hacia el GR-131.
Camino tradicional perfectamente marcado.
Panel informativo (izq.).
Después seguimos avanzando por una zona bastante
irregular ya que el firme, a pesar de estar perfectamente delimitado, se
encuentra con zonas bastante rocosas y otras muy pedregosas, que dificultan el
paso en algunas ocasiones; un panel informativo ilegible nos lo encontramos
antes de cruzar el Barranco de los Pegueros, donde hay un puente de mampostería
que soporta una canalización de agua. Giramos levemente a la izquierda, siempre
bajo el pinar, y nos encontramos con una atalaya rocosa donde podemos asomarnos
para disfrutar de la panorámica que nos ofrece este lugar; seguimos el camino,
acompañados de una vieja tubería semienterrada, que unos metros más adelante se
pierde por la ladera contigua.
Atalaya con vistas panorámicas.
Luego progresamos llaneando mediante un firme
muy pedregoso y erosionado, que incluso dejan al descubierto las raíces de los
pinos en el suelo; por la derecha asciende otra vereda junto a una tubería, que
ignoraremos y que se dirige hacia una pista forestal. Seguimos de frente por un
firme más cómodo, que progresa bajo una ladera en la zona conocida como Cruz de
la Niña, hasta encontrar otro panel informativo que nos indica mínimamente,
debido a su deterioro, la formación del pinar de Pino Canario (Pinus
canariensis) que crece en este entorno y la vegetación asociada que
subsiste en torno al bosque, donde podemos ver Codesos de Cumbre (Adenocarpus
viscosus), Jaguarzos (Cistus monspeliensis) y Escobones (Chamaecytisus
proliferus), entre muchas otras especies endémicas. Este panel está situado
estratégicamente para poder disfrutar también de las vistas panorámicas de las
medianías y costa del término municipal de Vilaflor y del de Arona, pudiendo
distinguir en primer plano la Montaña Mojino (1418 m.), en cuya base se encuentra
la Balsa de Trevejo y más al sur, el Roque del Conde (1001 m.), la Pica de
Imoque (1108 m.) y el Roque de los Brezos (1027 m.), separados ambos por la
Degollada del Roque.
Panel informativo (dcha.).
Cruzando el Barranco de la Bica.
Seguimos la ruta cruzando el cauce del Barranco de la Bica, mediante un
tramo bastante pedregoso y erosionado, que desciende sinuoso hasta terminar en
un amplio espacio donde se encuentra la Galería de la Cruz de la Niña; junto al
camino está la edificación en estado ruinoso que se usaba para albergar los
motores que generaban el aire respirable que se introducía en el interior de la
galería, en el cauce del barranco se encuentra la bocamina con su
correspondiente escombrera y varias construcciones de piedra que forman parte
de la infraestructura de la galería.
Infraestructuras de la Galería Cruz de la Niña.
Pasando de largo la galería, continuamos
ascendiendo y tendremos que girar a la derecha para progresar por otro sinuoso tramo
bastante erosionado, que termina poco después en una pista forestal que sirve
de acceso directo desde la carretera TF-21 a la Galería la Bica 2. Cruzamos la
pista y seguimos por un sendero muy empinado que progresa en línea recta por
una lomada donde hay multitud de pequeñas construcciones de piedra a modo de
refugio, y por el entorno muchos pinos breados, con el clásico corte que se le
hacía en el tronco para recoger la brea; también hay un panel informativo,
bastante deteriorado, que nos informa del aprovechamiento forestal que existía
antiguamente en la zona.
El lomo por dónde va el sendero se extiende entre el Barranco de La
Bica y el de El Cuervo, teniendo vistas hacia el frente de la Montaña de Las
Lajas (2149 m.), un cono volcánico cubierto totalmente de un frondoso pinar; el
firme por donde vamos progresando es algo pedregoso con algunos tramos más
compactos y una superficie más estrecha y bastante sinuosa. En un momento
determinado, en el Lomo del Tabladillo, desde donde podemos ver la cumbre
rocosa de El Sombrero de Chasna (2405 m.), en el Parque Nacional del Teide,
cruzamos el cauce del Barranco de El Cuervo, no sin antes fijarnos en otro
panel informativo que precariamente nos explica algunos elementos de interés
geomorfológico que hay por el entorno.
Después de cruzar el cauce del barranco y pasando por la zona conocida
como La Hornilla, seguimos zigzagueando en ascenso sin parar, por un sendero
algo tedioso y con firme bastante erosionado, aunque tiene algunos pequeños
tramos más rocosos. Después de un buen tramo, llegamos a un mirador natural
ubicado sobre la Ladera Grande de Las Lajas, un risco enorme que se asoma hacia
el valle donde se asientan los municipios de Adeje y Arona. En primer plano
llama la atención la enorme extensión del Parque Natural de la Corona Forestal,
una extensa masa boscosa que rodea la isla; podemos observar como una serie de
barrancos bastante profundos se precipitan hacia la franja costera donde están
las zonas turísticas, también vemos claramente la Montaña de Guaza (428 m.),
rodeada de varios conos volcánicos y el complejo montañoso donde se encuentra
el Roque del Conde (1001 m.), la Pica de Imoque (1108 m.) y los Picachos de
Fañabé; un lugar donde es recomendable tomar un descanso y disfrutar de las
panorámicas que nos ofrece el entorno.
Mirador natural sobre la Ladera Grande de Las Lajas.
Continuamos el camino, esta vez por una senda estrecha que avanza
bordeando la Montaña de Las Lajas (2146 m.), que se eleva por nuestra derecha,
mientras por la izquierda seguimos con la vista puesta en la bella panorámica
que se abre entre el pinar; progresa luego llaneando y unos metros más
adelante, descendiendo hacia una pequeña degollada donde hay un panel
informativo y desde donde podemos disfrutar de la imagen de La Sombrera (2532
m.), un roque que sobresale notoriamente por encima de las laderas de la corona
forestal y hacia la costa visualizamos la Montaña Colorada (1944 m.) y la
Montaña de Teresme (1663 m.), dos conos volcánicos que se alzan sobre la zona
turística del municipio de Adeje.
Panel informativo con vistas a Sombrera (2532
m.).
La senda continúa su avance descendente
mediante un firme muy pedregoso, bordeando el cauce del Barranco del Dornajito,
encontrándonos algunas especies vegetales características del Parque Nacional
del Teide, como Codesos de Cumbre (Adenocarpus viscosus), Retamas del
Teide (Spartocytisus supranubius) y Alhelíes del Teide (Erysimum
scoparium), así como una cantidad bastante abundante de Rosalillos de
Cumbre (Pterocephalus lasiospermus). Terminamos poco después en el
Parque Recreativo de Las Lajas, justo donde se inicia el Camino de Teresme, recorrido
homologado y señalizado como PR-TF-71, que se dirige hacia el núcleo urbano de
Adeje, pasando antes por las Casas de Teresme.
Parque Recreativo de Las Lajas.
Estando en el Parque Recreativo, nos dirigimos a la zona de acampada
del mismo, por una vereda muy marcada que desciende suavemente bordeando el
cauce del barranquillo que discurre bajo las laderas de Montaña de Las Lajas
(2146 m.); caminamos por una vereda muy evidente que unos metros más adelante
cruza el cauce del Barranco del Cuervo y ascendiendo luego hacia las
inmediaciones de la carretera TF-21, la cual evitaremos para descender
bruscamente por un tramo escalonado muy empinado que nos deja en un amplio
espacio a modo de mirador, que se asoma hacia el valle con unas vistas
panorámicas espectaculares.
Saliendo del parque recreativo.
Luego continuamos bordeando la carretera, pero a un
nivel inferior, hasta que la tenemos que cruzar por un paso inferior en el
cauce del Barranco del Dornajito, que nos lleva hasta la zona de Fuente Fría,
donde se inicia la Ruta
del Sombrero de Chasna, un trayecto que termina en la cumbre del Sombrero
de Chasna (2405 m.), desde donde hay unas vistas panorámicas, tanto de Vilaflor
y gran parte de la plataforma costera del sur de la isla, como del Parque
Nacional del Teide, en la zona del Llano de Ucanca.
Construcción ruinosa en la zona de Fuente Fría (izq.).
Ignoramos esta ruta y continuamos por la carretera unos metros, hasta
conectar con un sendero que discurre paralelo a la misma, en descenso, entre el
Lomo de los Pegueros que se eleva por nuestra izquierda y el cauce del Barranco
de los Dornajitos, que discurre por la derecha; el firme es bastante pedregoso
y evidente su trazado, ya que discurre junto a una tubería de agua mimetizada
con el entorno, que está oculta bajo un murete de piedra seca.
Luego continúa
por el Lomo del Tabladillo, una lomada que surge entre el Barranco de la
Hornilla y el de La Bica, y progresa cada vez más pedregoso y siempre en
descenso, con vistas panorámicas hacia el valle donde podemos ver la gran
extensión que ocupa la masa forestal en esta parte de la isla. Unos metros más
adelante, pasamos entre una gran cantidad de construcciones de piedra seca en
estado ruinoso, que sirvieron de refugio y estancia del Batallón
de Soldados Penados Trabajadores 91 que, en la época de la guerra civil
española, fueron obligados mediante trabajos forzosos, a construir la carretera
TF-21.
Construcciones de piedra seca.
Enseguida confluimos con una pista forestal, que es la que sirve de
acceso a las galerías de agua Cruz de la Niña y La Bica 2; en este punto
continuamos hacia la izquierda llaneando por la pista, que cruza el cauce del
Barranco de Pegueros y avanza por las inmediaciones de la torre de incendios de
La Bica, que tenemos a la vista.
Torre de incendios en La Bica (izq.).
Sendero cruzando el Barranco de La Magdalena.
Una vez la hayamos dejado detrás, abandonamos
la pista y tomamos una vereda que por la derecha desciende hacia el cauce del
Barranco de la Magdalena, es una senda estrecha y algo expuesta que zigzaguea
entre algunos pinos por una de las laderas del barranco, y una vez lo crucemos,
desembocamos en una vieja pista forestal que continúa descendiendo por un
costado del mismo, avanzando con firme muy erosionado y pedregoso, que discurre
a un nivel inferior de la carretera donde se encuentra situado el Mirador de
Vilaflor o de La Montañeta.
En un momento determinado vemos a nuestra derecha
el inicio de un sendero que se desvía de la pista por donde vamos y que
desciende muy evidente entre el pinar; discurre con firme bastante compacto y
zigzaguea descendiendo suavemente por un lomo que se eleva entre dos
barranquillos. Más adelante, el firme se nos presenta sobre una plataforma
rocosa y se va abriendo paso entre gran cantidad de Escobones (Chamaecytisus
proliferus) que crecen por el entorno, formando el sotobosque del pinar.
Sendero hacia el Pino Enano.
Luego, su paso es más plano y progresaremos más cómodos, llegando al Llano del
Peral, una atalaya que se asoma al entorno natural que pertenece a la parte
alta del municipio de Vilaflor, donde se forma un valle cubierto de una
frondosa masa forestal que se extiende entre el Sombrero de Chasna (2405 m.) y
el Roque del Encaje (2327 m.), perfectamente distinguibles en la cumbre. Unos
pocos metros más adelante hay un claro en el monte, más o menos llano, donde
hay un panel informativo junto a un Pino Canario (Pinus canariensis)
singular, el Pino Enano, un ejemplar de esta especie arbórea endémica de
Canarias que tiene la particularidad de crecer en una base rocosa y no alcanzar
un porte normal como el de otros ejemplares a su alrededor; bajo el pino y a su
sombra, que tiene una copa ancha y frondosa, hay un asiento de madera donde
poder disfrutar de las vistas panorámicas del núcleo poblacional de Vilaflor.
Pino Enano (dcha.).
Vistas panorámicas de Vilaflor.
A partir de este punto, el sendero transcurre muy marcado y delimitado
entre muretes de piedra, zigzagueando y con un firme algo erosionado y bastante
pedregoso, por la zona conocida como Los Paredones; en algunos puntos
estratégicos hay barandas de madera que protegen las zonas más expuestas y en
otros, asientos también de madera, que sirven para descansar.
El pueblo de
Vilaflor lo vemos cada vez más cercano, incluso la Montaña de los Lirios, cuyo
cono volcánico se encuentra cubierto de un denso pinar. Luego continua con
firme más compacto y con menos desnivel de bajada, desembocando poco después en
un Parque Recreativo, donde se encuentra el Albergue de Vilaflor, junto al
campo de fútbol municipal El Salguero, por donde pasamos al inicio de la ruta.
Parque Recreativo (dcha.).
Ermita de San Roque (izq.).
A partir de aquí, desandamos la ruta por la Calle Camino de San Roque, que pasa
por la Ermita de San Roque, donde hay un aplaza con vistas panorámicas hacia
Vilaflor; luego, al desembocar en la carretera TF-21, tomamos hacia la derecha
por la misma y en pocos metros giramos a la izquierda para progresar por una
pasarela que cruza el cauce de un barranquillo y terminar, mediante un puente
de madera, justo en el lugar donde se encuentra el Molino del Cubo,
recientemente restaurado.
Pasarela cruzando el barranco.
Dispositivo para moler el grano (izq.); Santuario de Hermano Pedro (dcha.).
El molino y su entorno es un elemento patrimonial construido en el siglo XVI
que estuvo funcionando hasta 1915, se compone de una estructura hidráulica y un
recinto donde puede verse el mecanismo y el dispositivo que servía para moler
el grano; el entorno está ajardinado y subiendo la escalera de piedra anexa,
llegaremos a la Plaza de San Pedro, donde iniciamos la ruta y donde daremos por
finalizada la misma, aprovechando después para visitar el casco urbano del
municipio.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña
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