MIRADOR DE LOS POLEOS - MONTAÑA DEL CASCAJO - MIRADOR DE LOS POLEOS
(Regreso por los Volcanes de Boca Cangrejo)
FICHA TÉCNICA
TÉRMINO MUNICIPAL: Santiago del Teide y Guía de Isora.
COMO LLEGAR: Desde el núcleo urbano de Guía de Isora, tomamos la carretera
TF-82 que nos lleva a la población de Chío, allí conectamos con la carretera
TF-38 de acceso al Parque Nacional del Teide; en el punto kilométrico 15,8 está
ubicado el Mirador de Montaña de los Poleos.
COMIENZO: Mirador de Montaña de los Poleos.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Moderada.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 16,9 km.
PROVISIÓN DE AGUA: No.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Mirador de los Poleos; 2.- Montaña de los
Guirres (1501 m.); 3.- Área Recreativa de Chío; 4.- Montaña Cascajo (1764 m.); 5.- Montaña Grande
de Las Cuevitas (1804 m.); 6.-Sendero homologado PR-TF-43.
VENTAJAS: Ruta de alto valor paisajístico, pudiendo observar el
panorama volcánico de varias de las erupciones históricas de la isla.
INCONVENIENTES: Hay que estar pendiente en varios lugares, a las
indicaciones de los mojones de piedras.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
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MIRADOR DE LOS POLEOS - MONTAÑA CASCAJO - MIRADOR DE LOS POLEOS (Regreso por los Volcanes de Boca Cangrejo)
CARTOGRAFÍA
DESCRIPCIÓN
Iniciamos la
ruta en el Mirador de los Poleos, un excelente balcón natural que se alza sobre
la banda noroeste de la isla de Tenerife, concretamente sobre las medianías del
municipio de Santiago del Teide, teniendo a la vista la silueta inconfundible
de la Isla de La Gomera y desde donde se puede apreciar el enorme manto
volcánico que dejó la erupción de los Volcanes de Boca Cangrejo (1588 m.),
llegando hasta la población de Puerto Santiago; son dos cráteres de tipo
estromboliano y una de las erupciones históricas documentadas en la isla de
Tenerife, al ser la que vislumbró Cristóbal Colón, en el año 1492 de camino al
descubrimiento de América.
Mirador de Los Poleos (izq.).
Empezamos a
caminar por un estrecho pasillo delimitado, que discurre al lado de la
carretera TF-28, bordeando después las faldas de Montaña del Centeno (1448 m.),
otro volcán cuyas laderas se encuentran cubiertas de un frondoso pinar canario
(Pinus canariensis) y que quedó al margen de la erupción antes citada. Enlazamos
enseguida con una pista forestal que continúa bordeando la carretera
progresando con algunas ondulaciones en el terreno, hasta introducirnos en un
escaso pinar, donde tendremos que fijarnos en el inicio de una vereda que por
nuestra izquierda, empieza junto a unas rocas de gran tamaño; veremos algún
mojón que nos indica el camino correcto.
Pasillo peatonal junto a la carretera TF-38 (izq.).
Sendero bordeando la Montaña de Los Poleos.
A medida que avanzamos, el camino se
visualiza con más claridad y continúa su curso bastante sinuoso llaneando unos
metros y después de girar paulatinamente un poco hacia la izquierda, acentúa su
pendiente descendente a medida que vayamos bordeando las faldas de Montaña de
los Poleos (1480 m.). El sendero está bastante claro y su morfología adaptada
al terreno, va realizando infinidad de curvas entre algunos ejemplares aislados
de Escobones (Chamaecytisus proliferus) que
jalonan nuestros pasos; en un momento determinado, después de dejar atrás una
vaguada, el trayecto da un giro a la derecha para encaminarnos, junto a los
restos de unos muretes de piedra seca y mediante un paso llano, hacia el
sendero homologado PR-TF-43.3, distante unos ciento cincuenta metros, es una de
las variantes del PR-TF-43 denominado Circular
del Chinyero, concretamente la que une el núcleo urbano de Santiago del Teide
con dicha circular, en la Montaña de la Cruz (1520 m.).
PR-TF-43.3 (dcha.).
Justo en el
cruce hay un tubo volcánico, rodeado de algunas especies vegetales como Poleo
de Monte (Bystropogon origanifolius), Alhelí del Teide (Erysimum
scoparium) y Escobones (Chamaecytisus proliferus). Continuamos la
marcha hacia la izquierda, descendiendo suavemente por el PR, que se encuentra
perfectamente marcado y discurriendo justo al lado del talud rocoso que ha
formado la colada volcánica de Montaña Chinyero (1554 m.), otra de las
erupciones históricas y documentadas de la isla; se trata de un cono volcánico,
también de tipo estromboliano, que se formó en la erupción de noviembre del año
1909, la última que ocurrió en la isla, creando tres brazos de lava, dos de los
cuales se petrificaron cerca del cono y el otro se extendió hasta tocar la
Montaña de Bilma (1369 m.), distante unos 4,5 km del foco eruptivo.
Caminamos
por el interior de la Reserva Natural Especial del
Chinyero, un espacio natural protegido de interés científico, de 2.379
hectáreas, que concentra una cantidad bastante numerosa de volcanes que forman
la llamada Dorsal de Abeque. El sendero
progresa en descenso, bajo el pinar y llega un momento en que el paisaje se
abre para dejarnos ver la imagen de otros dos volcanes de la zona, la Montaña
Aguda (1367 m.) y la Montaña Prieta (1362 m.), que destacan en el entorno con
su color ocre, debido a la oxidación del material volcánico del que están
formados.
Bomba volcánica en el PR-TF-43.3 (dcha.).
El sendero va progresando entre gran cantidad de Escobones (Chamaecytisus
proliferus), que por esta zona presentan un porte considerable y zigzaguea
luego algo pedregoso, pudiéndonos encontrar también en nuestro camino algunos
ejemplares muy frondosos de Poleos de Monte (Bystropogon origanifolius),
de Alhelíes del Teide (Erysimum scoparium) y algún Taginaste Rojo (Echium
wildpretii) muy aislado. Más adelante, el trayecto del PR gira suavemente
hacia la derecha, alejándose del borde de las coladas volcánicas y adentrándose
más en el pinar, donde podemos observar alguna bomba volcánica de un tamaño
bastante formidable.
Montaña Bilma (1369 m.).
La isla de La Gomera desde el PR-TF-43.3.
Llega un momento en que el paisaje se abre ante nuestros
ojos y deja detrás el bosque, dejando entrever las Montañetas Negras (1332 m.),
un cono volcánico de reducidas dimensiones y rodeado del mar de lavas del
Chinyero (1554 m.), que posiblemente fuera de la misma fisura eruptiva de
Montaña Bilma (1369 m.), también visible desde el punto donde estamos; esta
última erupción no ha podido datarse, lo que sí se sabe a ciencia cierta es que
su lengua de lava discurrió más de nueve kilómetros por el Barranco de
Santiago, hasta desembocar en el mar en Puerto Santiago.
Abandonamos el PR-TF-43.3 en este punto.
Continuamos la
marcha por el PR-TF-43.3, en esta ocasión jalonado por muretes de piedra seca
donde crecen abundantes Cabezotes (Carlina falcata), algunas Vinagreras
(Rumex lunaria) y Cerrajones arbóreos (Sonchus canariensis);
luego avanza sinuoso entre algunas huertas medio abandonadas donde hay algunas
Higueras, que comparten terreno con grandes ejemplares de Escobones (Chamaecytisus
proliferus); en este punto, en el Morro Cho León, tendremos que abandonar
el PR y hacer un giro a la izquierda para tomar un viejo camino casi
imperceptible e invadido por la vegetación, que se dirige muy pedregoso y
erosionado hacia el pinar. Una vez en el interior del mismo iremos llaneando
mediante un agradable sendero hasta toparnos con el frente de lava de los
Volcanes de Boca Cangrejo (1588 m.), cuyas coladas siguen su curso hacia la
población de Arguayo; nosotros seguimos la vereda que discurre paralela a dicha
colada, caminamos junto a una pequeña hornacina que hay bajo uno de los pinos,
erigida en memoria de algún fallecido y continuamos en ascenso, siguiendo la
traza de la senda que zigzaguea sorteando los árboles, escondiéndose en algunas
ocasiones bajo el sotobosque y que gracias a algunos mojones colocados
estratégicamente, podremos continuar sin perderla.
Continuamos
subiendo y esta vez pisando ocasionalmente las lavas de los Volcanes de Boca
Cangrejo (1588 m.), pasando cerca de algunas bombas volcánicas de considerable
tamaño; el camino se va internando cada vez más en el mar de lava y llega un
momento en que, bajo las faldas de Montaña del Centeno (1448 m.), cuya base
bordeamos al inicio de la ruta, gira contundentemente a la derecha para
internarse de lleno en la colada de lava de Boca Cangrejo y al mismo tiempo
abandonar los límites de la Reserva Natural Especial del Chinyero.
Colada de lava de los Volcanes de Boca Cangrejo.
El sendero
está marcado y discurre llaneando algo sinuoso sobre el material volcánico
formado por escorias rocosas originarias de la erupción, que hace un poco
incómodo progresar con facilidad; tenemos frente a nosotros la vista del Teide
(3715 m.) con su inseparable Pico Viejo (3135 m.) y a nuestras espaldas se va
alejando poco a poco la silueta de Montaña del Centeno (1448 m.), cuyas laderas
están completamente cubiertas por un bosque de Pinos Canarios (Pinus
canariensis). Durante el recorrido podemos observar algunas “manchas” o
“islas”, que son pequeños espacios rodeados de lava donde el terreno se ha
salvado del flujo de la misma, permitiendo que crecieran minúsculos bosques de
pinos aislados; es el caso de El Asiento y la Mancha de las Toscas,
medianamente cercanas al sendero por donde vamos progresando.
Montaña del Centeno (1448 m.) cubierta de Pinos Canarios.
Después de
unos cuatrocientos cincuenta metros cruzando el campo de lava, nos internamos
de nuevo en el pinar avanzando por una estrecha vereda que se va abriendo paso
entre los pinos, entre los cuales hay muchos que están breados, esto quiere
decir que tienen en la base del tronco una abertura en forma de cicatriz que se
les hacía para obtener la brea y utilizarla en diferentes labores domésticas,
como por ejemplo, para impermeabilizar los barcos. Entramos paulatinamente en
el campo lávico que generó la Montaña del Cascajo (1764 m.), cuya boca eruptiva
y cono volcánico están distantes más de tres kilómetros de nuestra situación;
progresamos sorteando grandes bombas volcánicas y bastantes promontorios
rocosos originarios del entorno volcánico de dicho volcán, e infinidad de
piedras esparcidas por el borde del camino, que bien lo podremos identificar
gracias a algunos mojones de piedras situados estratégicamente.
Senda intuitiva por el pinar.
Pino breado.
Llegaremos en
un momento determinado a la carretera TF-38, teniéndola que cruzar con
precaución, para continuar por una vereda que avanza con las mismas
características, bastante sinuosa y en continuo ascenso. En poco tiempo
estaremos frente a otro cono volcánico que destaca entre el pinar y después
seguiremos por nuestra derecha, en ascenso y bordeándolo por su base y en su
totalidad; a mitad de camino, podemos asomarnos a su cráter subiéndonos a su
ladera circundante para observar el interior y desde una de las zonas más altas
podremos entrever en el horizonte las islas de La Palma y de La Gomera, así
como parte de la cadena montañosa que rodea el municipio de Santiago del Teide.
Carretera TF-38.
De regreso al sendero principal, continuamos la marcha hasta otro volcán muy
cercano, la Montaña de los Guirres (1501 m.), al cual podemos subir si nos
apetece y rodear en su totalidad el cráter, que nos ofrece una vista panorámica
del entorno, incluso más espectacular que el anterior. En este punto tenemos
que girar a la derecha, evitando continuar de frente hacia la Montaña de Los
Poleos; para ello seguiremos el trazado del sendero que se interna por una de
las lenguas de lava pertenecientes a Montaña Cascajo (1764 m.), cuyas laderas
de color rojizo visualizaremos en la lejanía, al igual que la silueta de Pico
Viejo (3135 m.) que se eleva por detrás.
Montaña del Cascajo y Pico Viejo, al fondo.
Montaña de los Guirres (1501 m.).
El sendero continúa su avance con
firme muy pedregoso, clásico de los terrenos volcánicos y en línea recta, para
más adelante girar bruscamente a la derecha en las inmediaciones de la
ubicación de una pared rocosa que nos llamará bastante la atención, rodeada de
un entorno boscoso y entre grandes rocas volcánicas, un sitio ideal para
descansar.
Curiosas formas volcánicas.
Recuperamos la
marcha, siguiendo la senda pedregosa que cruza una pequeña vaguada y luego
asciende bastante sinuoso por donde hay varios pinos breados, hasta llegar a
una bifurcación donde un curioso elemento rocoso fruto de la erupción, en forma
de pirámide, nos llamará poderosamente la atención; en este punto aparece el Camino de la Vega, una recorrido que se
cruza con nuestra ruta, que une el Caserío de Chirche con la zona recreativa de
Los Arenales; si seguimos por este camino, hacia la izquierda, en pocos metros
podremos observar otra pirámide rocosa. Continuamos de frente, evitando el
Camino de la Vega, con la vista puesta en tres cumbres emblemáticas de nuestro
recorrido, la Montaña Cascajo (1764 m.), El Teide (3715 m.) y su inseparable
Pico Viejo (3135 m.).
Montaña del Cascajo, Teide y Pico Viejo (dcha.).
Lengua de "picón" proveniente de Montaña del Cascajo (1764 m.).
Después de unos doscientos metros de recorrido en ascenso
moderado y con firme bastante pedregoso, llegaremos al borde de una pequeña
lengua de lava proveniente de Montaña Cascajo, compuesta de fragmentos de lava
minúsculos llamados “lapilli” o como se denomina en Canarias, “picón”, un
terreno libre de cualquier tipo de vegetación; evitando pisarla lo menos
posible, giramos a la izquierda y nos introducimos de nuevo en el pinar y
continuamos la ruta llaneando hasta encontrarnos de nuevo con la carretera
TF-38, a la cual accederemos mediante una remontada por un caos de rocas donde
el sendero no está marcado.
Pista bordeando la carretera TF-38.
Tenemos que cruzarla y acceder a una pista de
tierra que discurre paralela a la vía, por las laderas de Montaña Cascajo (1764 m.), que avanza con bajadas y remontes suaves y
en pocos metros vuelve a cruzar de nuevo la carretera, para acceder al Área
Recreativa de Chío, un espacio recreativo al abrigo del Pinar de Chío, provisto
de instalaciones para tal fin; en este punto también está el inicio del sendero
homologado SL-TF-203, del cual hay una señalización, que une la población de
Chío con la zona recreativa donde nos encontramos.
Área Recreativa de Chío y Pista de Montaña Cascajo.
Montaña Samara, Teide y Pico Viejo.
Desde nuestra
ubicación accedemos de nuevo a la carretera para cruzarla y continuar nuestro
recorrido por la Pista Montaña Cascajo, denominada BC-1 (Bicicletas y Caballos)
y VM-20 (Vehículos a motor), según reza en la señalización ubicada en el inicio
de dicha pista. Seguimos su trazado que asciende suavemente por las
inmediaciones de Los Arenales en dirección a la Montaña Cascajo (1764 m.),
cuando lleguemos a su base, continuamos rodeándola por su cara noroeste, entre
sus laderas y el frente de lava de Montaña Reventada (2232 m.), distante de
este punto unos 4,5 km.; iremos acompañados de las vistas extraordinarias que
nos ofrece la Montaña Samara (1936 m.), el Teide (3715 m.) y Pico Viejo (3135
m.).
Unos metros después de que hayamos rebasado sus laderas, veremos un
apartadero a nuestra derecha y el inicio de un casi imperceptible sendero que
se interna por las coladas de lava de Montaña Reventada (2232 m.) y que se
dirige hacia la Montaña Grande de Las Cuevitas (1804 m.), la cual nos queda
justo enfrente después de acceder a una llanada que se extiende alrededor de su
base. Evitamos una escorrentía natural y avanzamos por la derecha guiándonos
por algunos mojones de piedras dispersos por el terreno, que nos van llevando
paulatinamente a rodear el cono volcánico de la Montaña Grande de Las Cuevitas
(1804 m.); nos fijaremos en una bifurcación que por la izquierda asciende al
punto más alto de su cumbre, desde donde podemos observar su cráter eruptivo
dispuesto hacia el norte y las vistas panorámicas del entorno, donde destaca
otra perspectiva diferente de la Montaña Cascajo (1764 m.) y por supuesto del
Teide (3715 m.) y Pico Viejo (3135 m.).
Cima de Montaña Grande de Las Cuevitas.
Teide y Pico Viejo desde la cumbre de Montaña Grande de Las Cuevitas.
Sendero entre Montaña Grande y Montaña Chica de Las Cuevitas.
Una vez
hayamos visitado la cumbre, volvemos al sendero principal que avanza ahora en
suave descenso por las faldas de la montaña, bordeando las coladas de lava de
Montaña Reventada (2232 m.), que se extienden por nuestra derecha y cuyo foco
eruptivo se encuentra distante unos cuatro kilómetros al norte. La senda
continúa su curso rodeando el cono volcánico, que por su cara sur progresa
entre éste y las laderas de Montaña Chica de Las Cuevitas y finaliza conectando
con el mismo sendero que iniciamos en la Pista de Montaña Cascajo.
Seguimos la
ruta por dicha pista, dejando la Montaña del Cascajo (1764 m.) a nuestras
espaldas, abandonándola unos metros después por un sendero al que se accede por
unos escalones de piedra, que continúa marcado y descendiendo suavemente entre
el pinar y bordeando las inmediaciones de la colada lávica de Montaña Reventada
(2232 m.), aflorando entre sus escorias un pequeño cono volcánico de colores
rojizos, que pertenece a la erupción de Montaña Cascajo (1764 m.).
Por las inmediaciones de la base de Montaña Corredera.
El camino
continúa su curso entre gran cantidad de Corazoncillos (Lotus campylocladus),
que crecen al borde del camino y pueblan masivamente las laderas colindantes;
luego, el recorrido gira suavemente a la izquierda y acusa su desnivel de
bajada junto a una escorrentía natural que bordea las laderas de Montaña la
Corredera (1622 m.), por donde crecen gran cantidad de Codesos de Cumbre (Adenocarpus
viscosus) y Pinos Canarios (Pinus canariensis) de mayor porte,
alguno de ellos breado.
Volcanes de Boca Cangrejo (dcha.).
PR-TF-43, Circular del Chinyero.
Llega un momento en que el paisaje se abre cuando
estemos pisando sobre las lavas de los Volcanes de Boca Cangrejo (1588 m.),
cuya silueta de uno de sus focos eruptivos la podemos apreciar por nuestra
izquierda; de frente tenemos en primer término la Montaña de los Poleos (1480
m.) y más a la derecha, la Montaña de la Cruz (1520 m.) y la Montaña del
estrecho (1457 m.), que se elevan sobre las coladas de lava de la erupción de
Montaña Chinyero (1554 m.).
Continuamos el
trazado de la senda, que progresa descendiendo bastante sinuoso y con firme de
“picón” algo resbaladizo por las laderas del volcán, hasta que en un momento
determinado nos crucemos con el PR-TF-43, por el que tendremos
que ir hacia la izquierda siguiendo su trazado perfectamente delimitado, que
nos va llevando bajo el pinar, donde destacan algunos ejemplares de gran porte
de Pinos Monterrey (Pinus radiata).
Mirador de Los Poleos.
En un momento determinado el sendero
es cortado por una pista forestal que se cruza perpendicularmente, es el
momento de abandonar el PR y continuar por dicha pista hacia la izquierda, que
nos lleva a la zona de Los Poleos, donde hay un amplio llano que se extiende
junto a la carretera TF-38. Antes de desembocar en la vía, hay un desvío a la
derecha en forma de sendero, con vistas a nuestras espaldas de uno de los conos
volcánicos perteneciente a los Volcanes de Boca Cangrejo (1588 m.), que nos va
llevando paralelo a la carretera, hasta el punto de inicio de la ruta, donde
daremos por finalizado el recorrido.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña
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