RUTA CIRCULAR DE LOS BATANES
(Incluyendo la Ruta Autoguiada Cueva del Lino)
FICHA TÉCNICA
TÉRMINO MUNICIPAL: San Cristóbal de La Laguna.
COMO LLEGAR: En el punto kilométrico 23,3 de la carretera TF-12 está el
cruce con la TF-143, que nos llevará directamente al núcleo principal de Los
Batanes.
COMIENZO: Caserío de Los Batanes.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Baja.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 3,7 km.
PROVISIÓN DE AGUA: En Los Batanes hay un Bar-Restaurante.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, 2.-
Plaza del caserío con vistas panorámicas; 3.- Distintos puntos señalizados correspondientes a la
ruta “Sendero Autoguiado Cueva del Lino”; 4.- Batán de Arriba; 5.- Lomo los Dragos; 6.- La
Asomada; 7.- Era en El Batán de Abajo; 8.- Lavaderos en el Bco. del Río; 9.- Vereda
del Cuchillete.
VENTAJAS: Ruta de alto valor paisajístico y etnográfico.
INCONVENIENTES: La subida por la Vereda del Cuchillete tiene un
desnivel de subida considerable.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
PUEDES SEGUIR Y DESCARGAR ESTA RUTA EN WIKILOC
CARTOGRAFÍA
DESCRIPCIÓN
El Batán o comúnmente llamado Los Batanes, es un caserío del Macizo de
Anaga, que antaño fue un pago del lugar de Punta del Hidalgo, hasta que en 1847
fue agregado al municipio de San Cristóbal de La laguna. En la plaza principal
del pueblo está ubicada la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria,
construida en el año 1961, destacando su sencillez en la edificación, rematada
en una pequeña espadaña donde está el campanario. La plaza está situada sobre
las Casas de Lera, siendo un espacio que se asoma vertiginosamente al entorno
del Barranco del Río, cuya cabecera se encuentra bajo el Lomo del Viñátigo y se
extiende bajo el caserío donde nos encontramos, pudiendo observar desde aquí el
Caserío de Chinamada al otro lado del cauce, donde destaca también el Roque de
los Pinos (550 m.), único reducto del Macizo de Anaga que alberga un minúsculo
bosque de Pino Canario (Pinus canariensis).
En esta ocasión proponemos el denominado “Sendero Autoguiado Cueva del
Lino”, pero lo alargaremos bordeando parte del cauce del barranco hasta el
Batán de Arriba, regresando por la vertiente contraria hasta La Asomada,
descender luego por un camino muy expuesto hacia el cauce para visitar la Cueva
del Lino y volver a subir al pueblo, por la Vereda del Cuchillete. Para
completar la ruta nos haremos con un folleto explicativo del sendero
autoguiado, que encontraremos en el Centro de Visitantes de la Cruz del Carmen
o también podremos descargar los audios disponibles en el siguiente enlace: Sendero Autoguiado Cueva del Lino.
Señalización del PR-TF-11.
Iniciamos la ruta tomando el PR-TF-11,
que une la Cruz del Carmen con la Punta del Hidalgo, pasando por El Batán, que
es el caserío donde nos encontramos; por ese mismo PR nos dirigimos en
dirección a Cruz del Carmen, como así indican unas señales situadas en el
sendero. Empezamos por un costado de la plaza a descender por unas escaleras
talladas en el terreno por la zona conocida como Las Casas de Lera y a pocos
metros encontramos un poste con señalización del PR-TF-11 y también del sendero
autoguiado, del cual también hay un panel informativo. Vamos avanzando por dicho
PR, siempre en descenso y mediante un firme de tosca escalonado y protegido con
un pasamanos; a un lado del camino, incluso en ocasiones a ambos lados, hay un
canal también horadado en la tosca, que sirve de desagüe para que el camino no
se inunde en caso de lluvia y también para aprovechar el agua para el riego;
por estos pagos suele llamarse “desangradera”.
Progresamos entre gran cantidad
de huertas de cultivo y lo vamos haciendo, zigzagueando y descendiendo siempre
con fuerte pendiente hacia el valle por donde discurre el cauce del Barranco
del Río. En una de las vueltas del camino, vemos el Punto Número 1
correspondiente al sendero autoguiado; éste, según nos explica el folleto que
previamente hemos pedido en el Centro de Visitantes, nos explica cómo se
transformó el paisaje agrícola de este valle, utilizando las huertas que
tenemos a nuestro alrededor para plantar una especie vegetal, que sería la
materia prima para la industria textil del momento, el Lino (Linum
usitatissimum).
Desvío hacia la Ruta Autoguiada (dcha.).
Seguimos bajando escalones hasta que el desnivel se suavice donde el
firme está empedrado y luego llaneamos por la zona conocida como Camino Largo,
cruzando el cauce de un pequeño barranquillo y más adelante encontrándonos una
bifurcación donde hay señalización correspondiente al PR-TF-11, al igual que
otra que hace referencia al sendero autoguiado, que se encuentra hacia nuestra
izquierda. Nuestra propuesta continúa de frente, en dirección a la Cruz del
Carmen, como así reza en la señal a la que hemos hecho referencia; para ello
progresamos por el sendero que se presenta con firme bastante compacto, que
discurre algo expuesto al borde del Barranco del Río.
Más adelante, desciende
bruscamente y avanza por un tramo más expuesto, pudiendo asegurarnos a un cable
de acero dispuesto para tal fin; avanza luego con remontes y bajadas suaves por
la zona conocida como Los Paredones y repentinamente, nos encontraremos una
subida con fuerte desnivel que tiene un firme escalonado formado con peldaños
de piedra, es el llamado Paso Esquina y subiremos por el mismo ayudados por el
cable de acero anclado al talud rocoso que protege el camino.
Tramo protegido con cable de acero.
El Picacho y al fondo, Los Batanes y el Roque de los Milanos.
Culminaremos este paso junto a unas huertas de cultivo, siendo el lugar
perfecto para echar la vista atrás y disfrutar de las panorámicas que nos
ofrece el valle desde este punto donde estamos; distinguimos el núcleo
principal del Caserío de El Batán, donde están las Casas de Lera y la plaza
donde se ubica la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, el camino que va
hacia el Caserío de Bejía, por donde continúa el PR-TF-11, pasando por la
degollada donde se eleva el Roque los Milanos (636 m.); al otro lado del
Barranco del Río, destaca El Picacho, un roque que se eleva solitario,
desafiando a la gravedad, al borde de dicho barranco.
Continuamos luego en claro descenso bajo las paredes rocosas del Lomo
el Negro y mediante un firme bastante erosionado y peraltado hacia el barranco,
progresaremos zigzagueando por algunos tramos escalonados, cruzando también un
dique rocoso, hasta llegar al cauce del Barranco del Río, por donde pasa un
arroyo de agua, que es bastante caudaloso en temporada de lluvias. El entorno
está invadido por un bosquete de Cañas (Arundo donax), una especie
foránea que nace en los cauces profundos donde abunda la humedad.
Después de
cruzar, ascendemos un tramo con restos de empedrado y desembocamos en el inicio
de un puente cementado que, sobre el cauce del barranco, se dirige por nuestra
derecha hacia la carretera de acceso al caserío, la TF-143 y hacia las huertas
de cultivo que se ubican por el entorno. Nuestra ruta sigue su curso subiendo
unas escaleras cementadas, y al terminar, debemos evitar el PR-TF-11, que sigue
su curso por nuestra derecha, por la Pista del Batán de Arriba, desviándose de
la misma unos metros más adelante. A nuestra izquierda ascienden con fuerte
desnivel de subida, unos escalones tallados en el terreno que zigzaguean entre
unas viviendas, estamos en el Batán de Arriba; seguidamente, desembocamos en la
citada Pista del Batán de Arriba y después de caminar unos metros, vemos como
se inicia por nuestra derecha un sendero que, alejándose de la vía y en sentido
contrario, asciende cimentado sobre un murete de piedra de tosca, hacia el Lomo
de los Dragos.
Pista del Batán de Arriba.
Se va abriendo paso entre gran cantidad de vegetación,
zigzagueando con firme bastante compacto, combinando partes de tosca, donde hay
tallados algunos escalones y otras más rocosas. Llegamos a una zona donde hay
un pequeño bosque de Eucaliptos donde el sentido de la marcha gira a la
derecha, avanzando luego en línea recta y tomando cada vez más altura. Delante
de nuestros ojos se alza una elevación montañosa por la que tendremos que
seguir subiendo, esta vez con un desnivel más acusado, donde el firme del
terreno por donde discurre la vereda se nos presenta con algunos tramos
escalonados y otros aprovechando la superficie de un dique rocoso que se
encuentra cortando el paso.
Sendero de ascenso hacia el Lomo de los Dragos.
A medida que ascendemos, las panorámicas son cada
vez más espectaculares de las vertientes del profundo cauce del Barranco de Río,
pudiendo observar el núcleo principal de Los Batanes, en la zona de las Casas
Heleras y el camino que asciende por las inmediaciones del Roque de los Milanos
(636 m.), hacia el Caserío de Bejía; a nuestras espaldas se extiende el
Vallito, donde confluyen varios cauces de los barrancos cuyas cabeceras se
encuentran en el Lomo de los Sanguinillos y en el Lomo de las Majadas.
Continuamos con la ascensión, mayoritariamente mediante escalones rocosos, hasta
que en un momento determinado coronamos el Lomo de los Dragos, donde hay un
espacio llano empedrado que es el final de una pista cementada que conecta un
poco más arriba, en la base del Cabezo de Toro (730 m.), con la llamada Pista
del Lomo de los Dragos.
Final de la Pista Lomo de los Dragos.
Desde este punto culminante podemos deleitarnos con las inmejorables
panorámicas del entorno y laderas colindantes del Barranco del Río, donde está
ubicado el Caserío de Los Batanes, y que desemboca bajo las laderas del Roque
de Dos Hermanos (336 m.), en la Punta del Hidalgo, pudiendo observar la
plataforma costera donde está asentada. En este lugar buscaremos el camino que
empieza a descender por el lomo hacia el cauce del barranco; empezamos por un
pequeño tramo cementado que da paso a un sendero muy bien definido y bastante
ancho, que discurre bastante sinuoso y con firme algo pedregoso con vistas
permanentes hacia el valle.
Sendero por el Lomo de los Dragos.
Después avanza en línea recta sobre la Hoya de los
Cardos, pasando por varias degolladas donde suaviza su desnivel y más adelante,
después de una bajada más empinada, donde hay algunos escalones tallados en el
terreno y que discurre bajo un pequeño bosque de Brezos (Erica arborea),
llegaremos a una plataforma rocosa muy expuesta al barranco, que sirve de
mirador natural hacia el mismo, lugar idóneo para un descanso.
Mirador natural hacia Los Batanes.
Continuamos el camino que prosigue descendiendo muy sinuoso y algo
resbaladizo por tener su firme algo pedregoso, aunque hay algunos escalones de
roca y otros tallados en la tosca del terreno; progresa luego bordeando un
promontorio rocoso sobre la Hoya la Fuente hasta llegar a La Asomada, donde
está el final de la Pista del Batán de Arriba y desde donde tendremos unas bonitas
vistas del entorno del Caserío de El Batán y de la Cueva del Lino, ubicada en
el fondo del Barranco del Río.
Panorámicas desde La Asomada (izq.).
A partir de aquí, justo al lado de una vivienda,
afrontamos un descenso moderado por un lomo por donde discurre una vereda
escalonada, que se estrecha unos metros más adelante, después de haber pasado
de largo otra vivienda, tomando a partir de ese punto, una morfología aún más
angosta y un desnivel muy acusado, que va descendiendo muy sinuosa y expuesta
hacia el cauce del barranco.
En la bajada hay que extremar las precauciones, ya
que se hace algo incómoda debido a que el firme, en algunas ocasiones, es
bastante irregular y resbaladizo, aunque en otros tramos está reforzado con
algún paso rocoso más compacto.
Tramo escalonado y tallado en la tosca.
En un momento determinado, nos encontraremos
unos escalones tallados en el terreno, donde el desnivel de la pendiente es más
llevadero y luego, una escalera de piedra que desciende repentinamente por el
costado de una vieja casa donde hay un majestuoso ejemplar de Drago Canario (Dracaena
draco), nos deja en el camino que atraviesa el Batán de Abajo, lugar en el
que nos encontramos en este momento, y donde retomaremos el Sendero Autoguiado
Cueva del Lino.
Drago Canario (Dracaena draco).
Cueva del Lino desde la era.
Aquí está el Punto Número 4 de la ruta
autoguiada, que nos enseña el lugar donde hubo un “Batán”, un viejo artilugio
de madera, parecido a un molino, movido por la fuerza del agua que corría por
el barranco, que servía para golpear las telas ya confeccionadas y darle la
consistencia deseada. Para continuar con la ruta autoguiada cruzaremos el cauce
del barranco por un puente de cemento y luego ascendemos suavemente por un
camino empedrado hasta llegar al Punto Número 2, que nos explica
una vieja técnica realizada con la madera de Higuera, para blanquear las telas ya
confeccionadas.
Ruta Autoguiada.
Punto número 3; mirador hacia la Cueva del Lino.
Hacia la derecha, vadeando la base que sostiene la maquinaria
de un güinche, que sirve para transportar y subir hasta el entorno de la plaza
los productos agrícolas plantados en las huertas de nuestro alrededor,
tomaremos una estrecha vereda que desciende cementada hasta encontrarnos, en un
promontorio rocoso, con el Punto Número 3, estratégicamente
colocado en un pequeño mirador natural con vistas hacia la Cueva del Lino,
lugar que le da nombre al recorrido; es una oquedad situada en una de las
laderas del barranco, utilizada para el almacenaje de la producción obtenida de
la cosecha de la materia prima, que fue el Lino.
Seguimos con nuestro recorrido desandando el camino y volviendo a
cruzar el barranco por el mismo sitio, avanzando por el sendero que vadea una
era situada bajo el Drago (Dracaena draco) que vimos anteriormente; en
la misma hay un cartel informativo y al mismo tiempo es un lugar ideal para
descansar, con la vista puesta en la Cueva del Lino y en el fértil valle de Los
Batanes. El sendero continúa entre unas huertas de cultivo, teniendo que
sortear más adelante una puerta de hierro colocada para que no pase el ganado;
luego iremos progresando hasta desembocar en el cauce del Barranco del Río,
donde el camino bordea el mismo mediante un estrecho paso que termina en el
mismo cauce, donde hay varias pozas de agua y donde está la indicación del Punto
Número 5; en este entorno se sumergían las plantas del lino con el fin
de ablandar su corteza y sacar la fibra con la que se confeccionaba la tela.
Fluyendo el agua en el Barranco del Río.
Punto número 6, inicio de la Vereda del Cuchillete (dcha.).
Vereda del Cuchillete.
Es
un buen lugar para observar algunas especies de pájaros que recalan para beber
agua y refrescarse, como la Alpispa (Motacilla cinérea), el Petirrojo (Erithacus
rubecula), el Herrerillo Común (Parus teneriffae), entre muchos
otros, al igual que distintas especies de ranas, como la Ranita Meridional (Hyla
meridionalis) y la Rana Verde (Pelophylax perezii).
Continuamos el camino por el fondo del barranco, pisando sobre un dique
rocoso que discurre paralelo al mismo, terminando poco después en un llano
situado bajo el Lomo de la Asomada, donde hay unos antiguos lavaderos tallados
en la roca; enseguida veremos el Punto Número 6 de la ruta
autoguiada, justo donde comienza la Vereda del Cuchillete, que nos llevará de
nuevo a la Plaza de Los Batanes.
Vereda del Cuchillete.
Para ello empezamos la subida por un camino
evidente que avanza algo pedregoso, pasando más adelante a discurrir por un
dique rocoso y luego continuar con fuerte ascenso por algunos tramos
escalonados que zigzaguean por terreno de tosca, llegando un tiempo después a
las primeras viviendas del caserío, donde el firme se encuentra cementado;
luego, llegaremos al cruce donde conectaremos con el PR-TF-11 y hacia la derecha
seguimos hasta finalizar en la plaza de Los Batanes, donde dimos inicio a la
ruta y donde se encuentra la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria.