CIRCULAR MONTAÑA DE IFARA
(MONUMENTO NATURAL MONTAÑAS DE IFARA Y LOS RISCOS)
(MONUMENTO NATURAL MONTAÑAS DE IFARA Y LOS RISCOS)
FICHA TÉCNICA
TÉRMINO MUNICIPAL: Granadilla.
COMO LLEGAR: Desde la capital de la isla, Santa
Cruz de Tenerife, tomaremos la autopista del sur, la TF-1, hasta llegar a la salida
número 52, convenientemente señalizada.
COMIENZO: Salida 52 de la autopista TF-1, en el
punto kilométrico 52.
FINAL: Mismo lugar.
DIFICULTAD: Baja.
DURACIÓN: Indeterminada.
LONGITUD: 8,4 Km.
PROVISIÓN DE AGUA: No.
LUGARES DE INTERÉS: 1.- Cuarto del Motor; 2.- Saltadero
de la Gangarrita; 3.- Casa de Cho Felipe; 4.- Cuevas del Tagoro; 5.- Casa del
Tagoro; 6.- Era el Punto; 7.- Era de los Oramas; 8.- Casa de los Bartolos.
VENTAJAS: Recorrido poco transitado bordeando el espacio
natural protegido denominado Monumento Natural de las Montañas de Ifara y Los
Riscos.
INCONVENIENTES: Apenas hay señalización del
recorrido y muchas pistas de tierra que se cruzan, por lo que es posible
confundirnos con el recorrido propuesto.
PELIGROSIDAD: Ninguna digna de mención.
TIPO DE RUTA: Senderismo.
CARTOGRAFÍA
DESCRIPCIÓN
Una vez hayamos salido de la autopista TF-1 por el
carril de desaceleración, veremos el inicio de una pista de tierra que será el
punto de partida de la ruta. Iniciamos el recorrido andando por una superficie
muy pedregosa y sin apenas desnivel; enseguida pasaremos junto a una
edificación ruinosa denominada el “cuarto del motor” y un poco más adelante,
cuando el desnivel se acentúa un poco, nos llamará la atención por nuestra
izquierda, un pequeño salto que se forma en el cauce del Barranco de la
Gangarrita, es el llamado Saltadero de la Gangarrita, que se precipita bajo El
Pilón, un saliente rocoso en cuyas laderas se encuentran algunos frondosos
ejemplares de Cardones (Euphorbia canariensis) y una población bastante
numerosa de Tabaibas (Euphorbia lamarckii y Euphorbia
balsamifera).
La pista
continúa muy degradada y ascendiendo suavemente, nos llama la atención una
vieja señal de dirección perteneciente al espacio natural, que nos da cierta
evidencia que lo recorremos; la vegetación en temporada de lluvias es muy
espectacular, ya que es un territorio bastante árido porque se encuentra en la
banda sur de la isla. Podemos ver mayoritariamente un frondoso Cardonal (Euphorbia
canariensis) que cubre gran parte del entorno, acompañado de multitud de
especies autóctonas como algunos Cardones (Euphorbia canariensis)
aislados, Cardoncillos (Ceropegia fusca), Verodes (Kleinia neriifolia),
Balos (Plocama pendula), Aulagas (Launaea arborescens) y un largo
etcétera, así como algunas otras foráneas, como la Tunera India (Opuntia
dillenii).
Continúa el recorrido desviándonos hacia la
izquierda para ir en dirección a la Casa de Cho Felipe; la pista da luego un
giro a la derecha quedándonos al otro lado la bonita estampa del cono volcánico
de la Montaña de Ifara (303 m.), uno de los volcanes que forman parte del
espacio natural; al fondo podremos observar la banda sur de la caldera de las
Cañadas del Teide, pudiendo visualizar la cara sur de Montaña Guajara (2715
m.), la Montaña de Ucanca (2346 m.) y casi todos los picos que conforman dicha
cuerda montañosa, así como el cono cimero del Teide (3715 m.); en la base de
dicha vertiente la imagen pertenece a las laderas donde crece el pinar del
Parque Natural de Corona Forestal, correspondiente a los municipios de Arico y
Granadilla donde también se puede observar el angosto cauce del Barranco del
Río. Llegaremos a la edificación caminando entre grandes ejemplares de Tabaibas
(Euphorbia lamarckii) y algunos Verodes (Kleinia neriifolia);
dicha casa está situada cerca de la Morra de Cho Felipe y se encuentra en estado
ruinoso y la pista que llega a ella está muy degradada con grandes socavones
que dificultan notablemente el paso.
Casa de Cho Felipe.
Iremos luego al encuentro de la pista principal
donde hay unas canalizaciones antiguas hechas de toba que proceden de la parte
alta del entorno y se dirigen hacia la parte más baja, donde hay restos de
antiguas huertas abancaladas.
Viejas atarjeas de tosca en desuso (dcha.).
Nuestra ruta continúa su curso por la pista que
en esta ocasión discurre menos pedregosa, bordea también viejos muros de piedra
seca que delimitaban viejas huertas; por los alrededores hay Tabaibas Dulces (Euphorbia
balsamifera), acompañadas de algunos ejemplares de Verodes (Kleinia
neriifolia), Balos (Plocama pendula) y Salados (Schyzogine
sericea); pocos ejemplares de Cardones (Euphorbia canariensis),
algunos Cornicales (Periploca laevigata) y también Magarzas (Argyranthemum
frutescens).
En suave descenso sigue la pista por las cercanías del entorno
de la Morra del Majano y la de Cho Abraham con vistas panorámicas hacia la
costa, donde está la caótica imagen del puerto de Granadilla y una zona
industrial anexa; en el camino nos encontraremos otra señal de dirección con el
logotipo correspondiente al Monumento Natural, que indica el itinerario a seguir
por la misma pista, en esta ocasión más pedregosa y erosionada, para llegar a
una amplia llanada de toba o tosca, material volcánico de gran consistencia
mayoritariamente de color ocre.
Cuevas del Tagoro.
En un talud cercano hay numerosas cuevas
excavadas comunicadas entre sí, las Cuevas del Tagoro, que en un tiempo pasado
no muy lejano sirvieron para labores agrícolas o ganaderas, ya que en una de
ellas hay fabricados, lo que parecen ser, unos comederos para animales. El
camino continúa junto a las cuevas y rodeado de grandes ejemplares de Balos (Plocama
pendula) y Tabaibas (Euphorbia balsamifera), hasta que veamos el
cauce del Barranco de Tagoro que aparece perpendicularmente frente a nosotros y
que se dirige de a desembocar en las inmediaciones del polígono industrial y puerto
de Granadilla.
Nuestra ruta da un giro a la izquierda y asciende bordeando una
canalización excavada en el terreno correspondiente una de las vertientes
suaves del barranco, se dirige hacia una torre de alta tensión a cuya base
llegaremos pocos minutos después; una vez allí, en la zona conocida como El
Tagoro, conectaremos con una pista de tierra con superficie bastante pedregosa,
que asciende suavemente rodeada de viejos muros de piedra seca de las huertas
que por la zona abundaban; las Tabaibas (Euphorbia balsamifera), Balos (Plocama
pendula), Salados (Schyzogine sericea), algunos ejemplares de
Cardoncillos (Ceropegia fusca) aislados, Magarzas (Argyranthemum
frutescens) y Aulagas (Launaea arborescens) crecen por el entorno.
Casa del Tagoro.
La pista nos lleva directamente, antes de ignorar una bifurcación a nuestra
izquierda, a la Casa del Tagoro, una edificación de grandes dimensiones que se
encuentra en estado ruinoso, por lo tanto, es aconsejable no acceder a su
interior; por los alrededores hay algunas pequeñas edificaciones anexas y unas
vistas panorámicas muy interesantes ya que está situada en una especie de
altozano que domina una parte del espacio natural.
Cardoncillo (Ceropegia fusca) (Izq.).
La pista de tierra continúa su recorrido alejándose
de la estructura que acabamos de visitar; discurre llaneando por la zona
denominada La Caldera de Ifara, una enorme planicie de terreno volcánico cuya
imagen dominante es la Montaña de Ifara (303 m.), a la cual nos dirigimos
mediante dicho camino, el cual avanza con firme bastante compacto y entre la
vegetación característica de la zona; es común ver en la superficie del terreno
numerosos canales excavados, hechos con la finalidad de transportar agua a los
terrenos de cultivo que por el entorno existían.
Nos encontramos con otro cruce
y tendremos que continuar hacia la derecha ascendiendo con mínimo desnivel y
bordeando el suave cauce del Barranquillo de la Caldera de Ifara, que está
justo en la base de Montaña de Ifara (303 m.). A nuestra derecha hay un
promontorio del mismo material volcánico donde se pueden apreciar curiosas
formas geológicas que han dejado las viejas erupciones volcánicas del entorno.
Era El Punto.
La pista continúa su curso bastante erosionada y después de atravesar las
curiosas formaciones, veremos a nuestra derecha la cabecera del Barranco de
Tagoro y luego seguimos pista arriba unos cuatrocientos cincuenta metros hasta
llegar a la Era el Punto una antigua era de trilla que aún se conserva casi
intacta, que está situada junto al camino y en las inmediaciones de la Morra de
Cho Gabriel; desde aquí podremos disfrutar de una vista general de las
medianías y zona alta del municipio de Granadilla donde se hace protagonista la
Montaña Gorda (646 m.), cerca del pueblo del Charco del Pino.
Viejas canalizaciones de tosca en desuso.
A partir de este hito y si queremos, podemos
continuar unos metros por una senda estrecha que discurre junto a una vieja
canalización de tosca que recorre el borde de la montaña y dejando el cauce de
un barranquillo a nuestra derecha, que viaja por la Hoya de Cho Manuel Gabriel
y bajo la Montaña de los Oramas; si conectamos con la pista de tierra que
veremos a nuestra derecha, llegaremos a la Era de los Oramas, otro punto
etnográfico que podemos asociar a nuestra ruta.
Regresaremos a partir de este último lugar por el
mismo camino, hasta llegar a la Era el Punto y continuaremos en descenso por la
misma pista de tierra hasta encontrar una bifurcación a nuestra derecha que
será por donde continúa nuestro recorrido. Transcurre llana y entre viejas
huertas de cultivo donde crecen Tabaibas (Euphorbia
balsamifera), Balos (Plocama pendula) y algunos Cardones (Euphorbia
canariensis), por las inmediaciones de la Hoya de las Rosas y cruzando el
cauce poco profundo, casi inapreciable, del barranquillo de la Caldera de Ifara.
Continuamos siempre con la imagen permanente de Montaña de Ifara (303 m.) muy
cercana, que en temporada de lluvias ofrece su mejor retrato, ya que la
vegetación que la cubre luce esplendorosa con su color verde que contrasta
perfectamente con los marrones y negros del material volcánico.
En un momento
determinado vemos como un muro de piedra seca se extiende por la Morra de las
Rosas en dirección a la base de la montaña, que acompaña una canalización de
tosca que desemboca en la pista por la que estamos caminando; el recorrido
avanza bastante pedregoso y con un suave desnivel de bajada, a nuestra derecha
queda una amplia planicie cubierta de grandes ejemplares de Tabaibas (Euphorbia
balsamifera), que nacen y crecen entre los muretes de piedra seca de las
huertas de cultivo que se encuentran abandonadas; mientras seguimos con el
recorrido y frente a nosotros, se eleva la Montaña de los Riscos (275 m.), el
otro cono volcánico que forma parte del espacio natural protegido; en la
lejanía y ya en la costa es notablemente visible la Montaña Roja (172 m.),
situada en la zona turística de El Médano.
Montaña de Los Riscos (Izq.).
Más adelante la pista da un giro a la izquierda y
continúa en línea recta con firme más compacto; a pocos metros están las ruinas
de la Casa de los Bartolos, que también tiene anexa una era de trilla y un poco
más alejada el Cuarto de Froilán, otra edificación en estado ruinoso que
alberga un viejo aljibe también destruido. Continuando nuestro andar por la
pista, que en este caso se nos presenta un poco más pedregosa, nos llevará
directamente al punto de partida en el cual dimos inicio la ruta, habiendo
hecho un recorrido circular.
MONUMENTO NATURAL DE MONTAÑA DE IFARA Y LOS RISCOS
Situado en el municipio de Granadilla de Abona, ocupa una superficie de unas 288 hectáreas, siendo sus características geomorfológicas más destacadas dos conos volcánicos muy bien conservados, la Montaña de Ifara con una altitud de 303 metros sobre el nivel del mar y la Montaña de los Riscos, de 275 metros; ambas formaciones volcánicas, junto a un Cardonal – Tabaibal que crece en el entorno y que se encuentra en buen estado de conservación, forman un ecosistema natural de gran belleza que merece ser catalogado como Monumento Natural.
El espacio natural alberga en su interior
poblaciones muy escasas de especies endémicas, tanto de animales como de vegetales,
que merecen un entorno natural donde vivir en libertad, como por ejemplo el
Tabobo (Upupa epops), el Alcaraván (Burhinus
oedicnemus distinctus) o el Bisbita Caminero (Anthus berthelotii),
así como algunas especies de invertebrados que necesitan el Cardonal – Tabaibal
para subsistir, como el Longicornio del Cardón (Lepromoris gibba) y la Stenidea
(Stenidea albida), esto en cuanto a fauna; referente a la flora, destaca,
aparte del citado Cardonal – Tabaibal, especies como el Cardoncillo (Ceropegia
fusca), Salados (Schizogyne sericea), Turmeros (Helianthemum canariense),
Balos (Plocama pendula), y un largo etcétera de especies adaptadas al
medio.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña